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viernes, 17 de junio de 2016

Ganas de invadir Polonia otra vez

Polonia fue invadida, y no cedió a su identidad nacional, por Hitler y por la Unión soviética. El Castillo-Catedral de Wabel, donde estuvieron instaladas las SS es un canto a la libertad polaca.
Polonia debe dejar de poner pegas legales a la práctica del aborto y empezar a impartir “una educación sexual comprensiva” –esto es, con perspectiva de género– a los niños del país. Hay, además, “barreras persistentes” que impiden a las mujeres acceder a los métodos de contracepción. En cuanto a la “violencia doméstica y de género”, Polonia ha hecho avances, pero aún tiene que hacer más, mejorando la aplicación de las órdenes de alejamiento de los agresores, entrenando a los funcionarios que se ocupan de los casos de violencia, o aumentando las ayudas para las víctimas y la financiación de las ONG. 
Estas son algunas de las conclusiones del informe sobre la situación de los derechos humanos en Polonia, presentado este miércoles en Varsovia por el comisionado del Consejo de Europa, Nils Miznieks. Puedes leer el resumen para la Prensa aquí. El informe se votará en la Asamblea Parlamentaria y, si es aprobado, se convertirá en una resolución del Consejo, sin fuerza legal en los países miembros –toda Europa, incluida Rusia, con la excepción de El Vaticano–, aunque con vocación de ser un marco orientador de las políticas nacionales y, sobre todo, una fuente de legitimidad para que los grupos de presión que actúan a favor de la instalación del aborto en el mundo.
Más de 200.000 polacos han presentado una iniciativa legislativa en el Parlamento para que se proteja el derecho a la vida, un objetivo que sigue gozando del respaldo mayoritario de la población en todos los sondeos. En 2015, el partido Justicia y Libertad, de la primera ministra Beata Szydlo, obtuvo mayoría absoluta en las elecciones, con un programa inspirado –entre otros valores– por una clara perspectiva provida y profamilia. Aun así, las instituciones europeas siguen menospreciando la soberanía de Polonia para decidir en cuestiones culturales con un criterio propio, y perseveran en la vía de la presión y la amenaza. La Comisión Europea ha activado, por primera vez en la historia de los Tratados de la Unión, el mecanismo de supervisión democrática para obligar a Varsovia a plegarse al consenso ideológico imperante en Europa, bajo la amenaza de suspender su derecho a voto en el Consejo Europeo.
He aquí una de las principales razones que explican por qué el proyecto de integración europea pasa por la peor crisis desde la visión de los padres fundadores al acabar la Segunda Guerra Mundial. Sencillamente, muchos europeos perciben que Bruselas y sus instituciones se han convertido en una tiranía de baja intensidad. (Con información de Euronews y del Consejo de Europa)

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