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domingo, 29 de julio de 2018

La imposición del control de natalidad

ACEPRENSA


La difusión de la píldora y de otros anticonceptivos se presentó en su día como un medio para ampliar la libertad de los cónyuges. Pero también daba a los Estados un nuevo instrumento para controlar a la población.

Pablo VI lo advirtió en la Humanae vitae en 1968 al señalar “el arma peligrosa que de este modo se llegaría a poner en manos de las autoridades públicas despreocupadas de las exigencias morales”. “¿Quién impediría a los gobernantes –se preguntaba– favorecer y hasta imponer a sus pueblos, si lo consideraran necesario, el método anticonceptivo que ellos juzgaran más eficaz?” De este modo, los hombres “llegarían a dejar a merced de la intervención de las autoridades públicas el sector más personal y más reservado de la intimidad conyugal”.

También aquí Pablo VI fue clarividente. Desde entonces, la libertad para tener hijos se ha visto constreñida en amplias zonas del mundo por campañas de esterilización bajo engaño, como la India o Perú, por políticas del “hijo único” y abortos forzosos, como en China, por imposiciones del control de natalidad como condición de ayudas al desarrollo por parte de organismos internacionales.

El movimiento antinatalista

El movimiento controlista estaba activo desde las primeras décadas del siglo XX, espoleado por el temor a una natalidad exuberante entre las clases sociales populares y los países pobres. En los años cincuenta las principales fuentes de dinero privado para la causa del control de la natalidad fueron las fundaciones Rockefeller y Ford, junto con algunos otros millonarios americanos. La financiación pública provenía de las agencias de ayuda al desarrollo de algunos países, sobre todo de Estados Unidos (USAID), y luego de las de Suecia y Noruega.

Estos actores unieron sus esfuerzos en 1952 para crear el Population Council y la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), como estructuras para recaudar dinero y desarrollar programas de control de la natalidad. Como la financiación a través de USAID despertaba en los gobiernos del Tercer Mundo la sospecha de colonialismo americano, se creó una agencia que pudiera parecer neutral en el reparto de la financiación: el Fondo de la ONU para la Población (UNFPA), que funcionó de modo autónomo como longa manus del movimiento antinatalista americano, hasta que en 1993 la Asamblea General lo puso bajo su control. Siempre ha estado también muy activo en este campo el Banco Mundial, especialmente bajo la presidencia de Robert McNamara (1968-1981), con la política de condicionar los créditos a medidas en favor del control de población.

Esterilizaciones en la India y Perú

La India era el país cuyo crecimiento demográfico despertaba más inquietud en el movimiento antinatalista, que ofreció sus dólares para el control de población. Desde muy pronto, las campañas indias recurrieron a la coacción. Había premios para los pobres que se dejaran esterilizar, y castigos para los que no aceptaran, como denegarles la ayuda alimentaria. La época peor fue de junio de 1975 a marzo de 1977, durante el estado de excepción decretado por Indira Gandhi. En el primero de esos dos años, se esterilizó a más de 8 millones de personas. Se cumplió, como en otros tiempos y lugares, una ley general de estos programas antinatalistas: cuantas más esterilizaciones y más dispositivos intrauterinos (DIU) insertados, menos asepsia y más complicaciones con menos seguimiento.

Todavía en tiempos más recientes estas campañas han seguido cobrándose víctimas. En 2014 fueron noticia las esterilizaciones en cadena en el estado oriental de Chhattisgarh, realizadas en condiciones deplorables y con el resultado de catorce mujeres muertas.
También en Perú en la época del presidente Alberto Fujimori estuvo en vigor un Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar (1996-2000). Incluía la “anticoncepción quirúrgica voluntaria”, que tuvo como resultado la esterilización de más de 200.000 mujeres, la mayoría indígenas, y de 25.000 hombres. Tras la caída de Fujimori salieron a la luz las quejas de muchas de estas mujeres, que habían sido engañadas y que no entendieron la operación a la que iban a ser sometidas. La fiscalía denunció esta política de Fujimori, pero los tribunales desestimaron los cargos por falta de pruebas. La campaña de esterilizaciones había sido financiada por USAID y, en menor medida, por el UNPFA. La Iglesia católica combatió esta campaña.

Abortos forzosos en China

Los métodos más coercitivos se emplearon en China, donde el gobierno comunista instauró la política del “hijo único” en 1979, campaña que contó con financiación del UNFPA y asesoramiento de la IPPF. Esta política demográfica se impuso con penalizaciones, multas e incluso abortos forzosos. En 1983, el gobierno decidió que toda mujer que diera a luz un hijo debería insertarse el DIU; toda pareja con dos hijos debería ser esterilizada; y la mujer que se saltara los límites debería abortar obligatoriamente.

Las autoridades provinciales podían perder el puesto si no cumplían con los “objetivos de planificación familiar” fijados desde arriba. Pero esta política ha tenido efectos perversos, como los abortos selectivos de niñas y el consiguiente desequilibrio de sexos, la dificultad de atención a los padres ancianos, el envejecimiento de la población y ahora empieza el descenso de la población en edad de trabajar.

Aunque se autorizaron algunas excepciones, esta política estuvo vigente hasta 2013, en el que se permitió a las parejas chinas tener dos hijos, si uno de los consortes es hijo único. Pero el cambio de política no ha tenido aún el efecto deseado de estímulo a la natalidad.

Del control a los derechos reproductivos

Las quejas contra las campañas autoritarias del control de población y la afirmación de la autonomía de cada país frente a las imposiciones de organismos internacionales, provocaron un cambio de enfoque. En la Conferencia Internacional de Población de El Cairo (1994) se enterró el discurso sobre el control de población y se sustituyó por otro sobre los derechos reproductivos de la mujer. El proyecto de documento final, cocinado por el UNFPA y apoyado por la Administración Clinton, se encontró con la fuerte oposición de la Iglesia católica, que aglutinó también la de varios países latinoamericanos y musulmanes. Al final se aprobó el plan de acción por amplio consenso pero con cambios importantes que implicaban no reconocer el derecho al aborto, ni subsumir el matrimonio dentro de una pluralidad de formas de familia, y dar a las políticas demográficas un enfoque más global que el mero control de la natalidad. Pero aunque cambió el discurso, el objetivo principal siguió siendo el de reducir la población.

El segundo asalto tuvo lugar al año siguiente en la Conferencia de Pekín sobre la Mujer (1995), en la que se pretendió incluir el derecho a la salud sexual y reproductiva como una cuestión de derechos humanos. Hubo numerosas críticas ante el excesivo peso dado a la salud reproductiva en relación con otras necesidades sanitarias de primer orden, aún no cubiertas en el Tercer Mundo. El aborto siguió siendo motivo de polémica, y se recomendó a los países “considerar la posibilidad de revisar las leyes que prevén medidas punitivas contra las mujeres que han tenido abortos ilegales”. En cambio, no se mencionó la posibilidad de revisar la política de abortos forzosos, como la vigente en el país huésped de la Conferencia.

El gobierno chino ha podido contar siempre con la cooperación del UNFPA. Este fue el motivo invocado por la Administración Trump en abril de 2017 para retirar al Fondo la financiación de unos 75 millones de dólares anuales que EE.UU. le entregaba. La razón mencionada es que el UNFPA “apoya o participa en la gestión de un programa de aborto forzoso o esterilización involuntaria en China”, prácticas que aún no han sido abandonadas.

Una Europa musulmana dentro de 50 años. El olvido demográfico se paga muy caro.

Volvemos a publicar este artículo de 2016. En Turquía se han radicalizado más.

La demografía es una continuación de la guerra por otros métodos. Esta variante de la famosa definición de Clausevitz resume el discurso sobre natalidad que Tayyip Erdogan dirigió este lunes por televisión a los turcos, especialmente los musulmanes. 
Erdogan los animó a “multiplicar nuestros descendientes”, y sostuvo que “ninguna familia musulmana” debe usar métodos anticonceptivos ni –por supuesto– contemplar la práctica del aborto, que en Turquía es legal durante las primeras diez semanas de gestación. 
El impulsor de la Alianza de Civilizaciones –junto al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero– habló a la población como un estratega de la guerra cultural, consciente del decisivo papel que la demografía va a tener –está teniendo ya– en la reconfiguración de Europa.
El presidente turco, padre de cuatro hijos, recomendó a las mujeres tener al menos tres, y destacó su papel como madres y educadoras. 
La tasa de fertilidad en Turquía fue de 2,14 hijos por mujer en 2015, justo por encima de la tasa de reemplazo de la población. Aunque sigue siendo una de las tasas más altas de Europa, ha descendido a la mitad desde 1980. Esta es la perspectiva que Erdogan ha tenido en mente, en su arenga natalista televisada.
Para el Fondo de la Población de Naciones Unidas, Turquía no hace lo suficiente por los llamados derechos sexuales y reproductivos. Y para la Unión Europea, el discurso pronunciado este lunes por Erdogan representa justo lo contrario de lo que Bruselas fomenta: una contracepción más accesible, incluido el aborto; unos modelos alternativos a la familia y la crianza natural de los niños por un padre y una madre; unas políticas fiscales que desincentivan la natalidad, inspiradas en un obsoleto pánico malthusiano a la superpoblación.
El discurso natalista de Erdogan pone a Europa frente a su encrucijada más decisiva, que no es el referéndum por la continuidad del Reino Unido en la UE, ni la crisis del euro, sino el desafío demográfico. Turquía no es un país lejano al que se pueda tratar con condescendencia, sino el vecino imprevisible que tiene en sus manos la llave de las esclusas de la inmigración masiva, y un socio al que Berlín y Bruselas tratan entre algodones, cebándolo con miles de millones de euros y mirando para otro lado en la deriva autoritaria de Erdogan.
Lo que Erdogan propuso en su discurso televisado de este lunes es relevante. Su visión es la de una Europa con una hegemonía cultural musulmana, de aquí a cincuenta años. Raad Salam, un experto en estudios árabes islámicos consultado por Javier Torres para Actuallve muy difícil que las comunidades musulmanas se integren en la forma de vida europea.
El momento elegido por Erdogan para formular su visión demográfica también tiene sentido. El presidente turco cree que Europa está madura para un cambio de civilización que conseguirá, por la vía de una colonización pacífica, lo que no se consiguió por las armas en Bizancio y en Lepanto. Envejecida, infértil y relativista, Europa es un blanco fácil. Y el ensañamiento de sus élites dirigentes con Polonia, Hungría o Eslovaquia muestra que está demasiado ocupada en desactivar sus propias resistencias.– V. Gago
[Con información de Reuters, BBC y el Informe de 2015 sobre Turquía, del Fondo de Naciones Unidas para la Población, en inglés]

miércoles, 25 de julio de 2018

Eutanasia para los discapacitados


«La singularización de las personas con discapacidad transmite un mensaje nefasto a la sociedad: su vida vale menos que las del resto de las personas»

Víctor Torre de Silva es Profesor de IE Law School, en ABC digital 24.07.2018

NO, no es ciencia-ficción. Tampoco aludo al programa del III Reich para la eliminación de los discapacitados, de acuerdo con el cual unas 275.000 personas con discapacidad fueron objeto de «muerte por compasión» durante la Segunda Guerra Mundial. Me refiero a la proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia que se tramita en el Congreso de los Diputados, tras su toma en consideración el pasado 26 de junio.
Oficialmente se trata de introducir «un nuevo derecho individual», según dice la exposición de motivos de la iniciativa legal. Un derecho, dicho sea de paso, que no existe en las declaraciones internacionales de Derechos Humanos. Su fundamento es la «decisión autónoma» de morir (artículo 4.2), que ha de producirse «con absoluta libertad, autonomía y conocimiento, protegida por tanto de presiones de toda índole», conforme expresa la misma exposición de motivos. Sobre el papel, se trata de exaltar la libre determinación del individuo, que ahora se amplía con el derecho a exigir que lo maten o le ayuden a suicidarse. Desde luego, lo menos que se puede pedir a quien solicite su propia muerte es que lo haga con libertad.
Según la futura Ley Orgánica, son dos las causas que habilitan para pedir la aplicación de la eutanasia a cualquier mayor de dieciocho años: una enfermedad grave e incurable o una discapacidad grave crónica (artículo 5.4º). Me gustaría centrarme en esta última.
La singularización de las personas con discapacidad transmite un mensaje nefasto a la sociedad: su vida vale menos que las del resto de las personas. La discapacidad grave crónica justifica la petición de eutanasia, cosa que no hace ninguna otra condición personal o social, salvo la enfermedad. La Ley entiende que quien la padece está legitimado para pedir su muerte, al considerar sus condiciones «incompatibles con su dignidad personal». ¿Acaso un discapacitado debería pensar que su discapacidad es incompatible con su dignidad personal? ¿Esto debe ser aceptado y acogido en una norma legal? ¿No es lesivo para todos los discapacitados? De un modo claro se está comunicando a la ciudadanía que la vida de los discapacitados es de segunda clase, que se puede prescindir de ella con más facilidad que si no estuviera discapacitado.
El artículo 49 de la Constitución, con un lenguaje de los años 1970, ordena a los poderes públicos realizar «una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este título otorga a todos los ciudadanos». Todo esto, como es lógico, requiere recursos públicos, lo queramos o no, en competencia con otras políticas presupuestarias. Como la muerte de la persona con discapacidad puede suponer un ahorro cuantioso, se establece una aparente «salida» para quien no quiera «ser una carga». Además, desde el punto de vista de la ciudadanía, se inocula el mensaje brutal de que si alguien está discapacitado es porque en definitiva no quiere usar su «derecho» a la eutanasia, decisión respetable pero que no puede trasladar a la comunidad en forma de «exigencia» de protección.
Meter en un mismo saco a la enfermedad y a la discapacidad tiene profundas consecuencias para el concepto que la sociedad tiene de la discapacidad. En efecto, durante más de medio siglo ha prevalecido el llamado «modelo médico» de la discapacidad, según el cual esta era una cuestión sanitaria, que debía tratarse por los sistemas de salud para lograr que el discapacitado se aproximase lo más posible al patrón por excelencia del ser humano: el sano no discapacitado. Tal planteamiento se halla hoy felizmente superado. La discapacidad constituye tan solo una situación social en la que se encuentran determinados individuos: ya no es un déficit individual, sino un reto social, por tanto una cuestión de lucha contra la exclusión y la discriminación, en definitiva, en pro de los derechos humanos.
La Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006, ratificada por España, claramente se enmarca en este modelo social. Por eso prohíbe vigorosamente toda discriminación «por motivos de discapacidad» (artículo 5). Si la igualdad exige tratar igual a los iguales, no se entiende por qué son distintas, en relación con la eutanasia, la persona con discapacidad de la que no la tiene.
Quedan meses de tramitación parlamentaria de la nueva Ley Orgánica. Por fortuna, tiempo más que suficiente para que nunca llegue a aprobarse en España una «eutanasia para discapacitados». Ojalá sea así.

sábado, 14 de julio de 2018

Ante el abuso del gobierno en su política sobre la educación, y la enseñanza religiosa

NOTA DEL COMITE EJECUTIVO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, reunido en sesión ordinaria, quiere hacer pública su postura sobre algunas cuestiones importantes de la actualidad.

1.- En relación a las declaraciones de la ministra de Educación Sra. Celaá sobre la consideración de la educación concertada y la clase de religión, que nos han preocupado profundamente, creemos necesario recordar los derechos a la libertad religiosa y a la educación. Son derechos inalienables de la persona humana, reflejados en nuestra constitución (arts. 16 y 27) y en los tratados internacionales a los que España se ha adherido.

Los padres tienen el derecho a elegir el modelo educativo que desean para sus hijos. El sistema educativo, que engloba la educación pública, concertada y privada, es un sistema consolidado en nuestro ordenamiento, que respeta la libertad de elección de los padres.

La asignatura de religión debe tener una consideración adecuada en el sistema educativo. Es necesaria para una formación integral de la persona, según la libre decisión de los padres, y no puede ser sustituida por una ética del estado impuesta por los poderes públicos.

2.- Por otro lado, consideramos importante y necesario en estos momentos, reivindicar el papel de la Transición española que se plasmó en la Constitución de 1978, con el consenso de todas las formaciones políticas y sociales. Deseamos que el espíritu de la Constitución no sea ahora despreciado, minusvalorado o transformado por iniciativas que dificulten la necesaria concordia que exige la cohesión social.

3.- Al mismo tiempo, queremos hacer pública nuestra comunión y solidaridad con los obispos nicaragüenses, violentados por defender los derechos legítimos de los ciudadanos de esta nación hermana. Deseamos que el respeto a la dignidad de las personas y el diálogo entre las partes enfrentadas sean el camino para la necesaria pacificación de la sociedad.

viernes, 13 de julio de 2018

La Creación, por Mons. Robert Barron

Robert E. Barron nació en 1959 en Chicago y fue ordenado sacerdote en 1986. Es Doctor en Teología por el Institut Catholique de París (Francia) y en su ministerio pastoral ha sido, entre otros, vicario parroquial, profesor de Teología Sistemática en la University St. Mary of the Lake, profesor invitado en diversas universidades. Últimamente era el rector y presidente de la University of St. Mary of the Lake/Mundelein Seminary, un seminario interdiocesano que atrae estudiantes de todo el país y es punta de lanza en formación sacerdotal para la nueva evangelización. Los Ángeles es una diócesis enorme y siempre en crecimiento, con 1.100 sacerdotes, 2.200 religiosos y 380 diáconos permanentes, pastoreada por el arzobispo José Gómez, hijo de familia mexicana, que muchos consideran cercano al Opus Dei y a menudo publica sus posts de Facebook y Twitter en español. Al jubilarse el obispo auxiliar Gerald E. Wilkerson, el Papa ha nombrado tres nuevos obispos que ayuden a José Gómez. Además del padre Barron, los otros nuevos obispos auxiliares son Joseph V. Brennan y David G. O´Connell. (Se puede ver con subtítulos en castellano, seleccionándolo en el video)
 

El mejor verano de mi vida


El mejor verano de mi vida
Contenidos: ---
Reseña: 
Curro es un fantasioso vendedor de robots de cocina que sueña con un trabajo en el mundo financiero. En plena crisis de pareja y con fuertes deudas hace una promesa que no puede cumplir: si su hijo Nico de nueve años saca todo sobresaliente, le llevará a unas vacaciones de verano inolvidables. El niño lo consigue y padre e hijo emprenden un viaje que les llevará a conocer gente y vivir situaciones que jamás hubiesen imaginado y que cambiarán sus vidas.
 Leo Harlem demuestra tener la gracia por arrobas, y con sus largas parrafadas trufadas de chistes y fantasmadas, sostiene una simpática trama familiar vertebrada por el estrechamiento de los lazos entre padre e hijo, en que trata de convencer al peque de que nada hay mejor que "el sol a cántaros" del pueblo, y los amigos que supuestamente puede hacer ahí.
Además el film sabe derramar buenos sentimientos cuando en el periplo veraniego se topan con una madre con una niña, que se niega a hablar, y se aprovechan los momentos en que toca socializar con la "jet", con un gurú y con un inversor, para hacer bromas en torno a la banalidad de cuidar las apariencias a toda costa, y en cifrar todo en tener dinero y posición. 

Tully


Tully
Contenidos: Imágenes (algunas X)
Reseña: 
Marlo (la oscarizada Charlize Theron), madre de tres hijos, el último un recién nacido, recibe un inesperado regalo de parte de su hermano (Mark Duplass): una niñera para las noches. Al principio le parece una extravagancia, pero Marlo acaba teniendo una relación única con Tully (Mackenzie Davis), una joven niñera amable, sorprendente y, en ocasiones, difícil.
La trama tiene su punto de gracia, aunque también puede resultar desconcertante. Lo que resulta innegable es que plantea de modo original ideas de calado, acerca de la importancia de buscar la cohesión del hogar, con la conciliación de familia y trabajo, donde ambos progenitores han de procurar la complicidad y el equilibrio, para que ninguno de ellos –y sobre todo la mujer, a la que toca casi siempre llevar más peso– se rompa; no bastan las propias fuerzas, por poderosas que sean.
Charlize Theron hace un magnífico trabajo, más difícil lo tiene Mackenzie Davis, por su desconcertante aura; aunque sirve para los propósitos argumentales, mostrar la paulatina evolución de ambos personajes, que se van aproximando, y permiten deslizar la arriesgada sorpresa final.

A la deriva


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  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2018
Contenidos: Imágenes (algunas X)
Reseña: 
Tami (Shailene Woodley) y Richard (Sam Claflin) se conocen tras un encuentro fortuito y deciden atravesar el océano en velero, pero en medio de su viaje se ven sorprendidos por el huracán más catastrófico de la historia. Más unidos que nunca, tendrán que sobrevivir a uno de los desafíos más duro de sus vidas.
Recreación de la historia real de Tami Ashcraft, a partir de su libro autobiográfico de 2002 “Red Sky in Mourning: A True Story of Love, Loss and Survival at Sea”, centrado en su dramática experiencia.
Quizás le perjudican sus frecuentes flash-backs a los momentos felices de los protagonistas, que sacan un poco de situación al lector. Pero A la deriva mantiene la tensión, pese a que casi todo el metraje presenta a Woodley casi en solitario, hablando con Sam Claflin, la mitad del tiempo inconsciente, y su protagonista femenina realiza una labor encomiable.

jueves, 12 de julio de 2018

Hace falta narrativa. Y proyecto

Por Antonio Argandoña, Catedrático de Economía, Barcelona

Cuando empecé este blog, hace ya unos años, lo hice, entre otras razones, porque se me ocurren a veces tonterías, que pueden ser útiles a otros; de este modo, gracias al blog podría divulgarlas y recibir comentarios y críticas, sin necesidad de vestir mucho el producto. Esta es la última tontería que se me ha ocurrido, cuando me pregunté: ¿por qué no hacemos caso a nuestros políticos, por qué no les creemos, por qué la gente se queda con lo que dicen los medios y las fake news? Y me dije que la respuesta está en la narrativa y el proyecto.
Y me imaginé un político en la televisión contando una historia. Sí, ya sé que cuentan muchas, quizás falsas, pero esta , sin ser del todo verdadera, sería creíble. Supongamos que el político quiere vender la necesidad de una reforma laboral. Primero, contar historias, brevemente.  La persona mayor, 55 años, que ha perdido su puesto de trabajo, no le quiere nadie, se ha echado a perder su capital humano… El joven de 18 años, flojo en estudios, sin capacidades desarrolladas, no encuentra un empleo decente… El de 28 años, que va saltando de un contrato basura a otro, sin fijeza, sin capacidad para montar su futuro… Y van apareciendo los fallos de nuestro mercado de trabajo: mala preparación para el empleo, formación deficiente, estructura de contratos inadecuada… Nada, cinco minutos, para decir cuáles son los problemas, cómo están relacionados, y apuntar la necesidad de ponerles remedio, pero a todos a la vez. Esta es la segunda parte: la narrativa nos lleva a la descripción de los problemas. O, si se prefiere, mirar hacia el futuro y contar la historia que nos gustaría que fuese la real, desde la formación hasta el primer empleo, lo que aprende el trabajo, cómo salta al segundo, cómo mejora su formación, cómo le ayudamos a reciclarse… hasta que se jubila. Y la conclusión: todo esto no funciona, porque necesitamos al reforma del mercado laboral.
Y aquí viene la segunda parte: el proyecto. Primero, los principios, y luego las etapas y, al final, las medidas concretas, con su calendario: arranque desde la escuela y la universidad, cómo ha de ser el primer paso hacia el mercado, cómo consolidar la carrera, necesidad de reciclaje, qué pasa si pierde su empleo, qué pasa si quiere cambiar a otro empleo mejor…
¿Escucharíamos a ese político? Me parece que sí, sobre todo si va contando su historia y su proyecto, una vez y otra, de diversas maneras pero siempre con los mismos mensajes.
Y me parece que esto vale también para la empresa, o para cualquier organización. Al fin y al cabo, es lo que hacen los buenos CEOs: contar historias de la empresa, del producto, de la innovación… y vender su proyecto, con diversas modulaciones, según se dirija a sus empleados, a los inversores, a los clientes, a los reguladores…

sábado, 7 de julio de 2018

La número uno


Numéro une
Contenidos: ---
Reseña: 
La historia de Emmanuelle Blachey, una brillante ingeniera que ha conseguido escalar y finalmente entrar en el comité ejecutivo de su empresa, el gigante francés de la energía. Un día, una red de mujeres influyentes le propone ayuda para conquistar la dirección de una importante empresa que cotiza en bolsa. Esto la convertiría en la primera mujer en ocupar un puesto de tal calibre. Pero en las esferas aún dominadas por los hombres, los obstáculos de tipo profesional y personal se multiplican. La conquista se anunciaba triunfal, pero en realidad se trata de una guerra.
Aunque algo premiosa y con alguna caída de ritmo, la cinta tiene la virtud de mostrar las dificultades que puede atravesar una mujer para alcanzar el poder empresarial, y hacerlo sin caer en el cliché y los estereotipos. De modo que los obstáculos que surgen en el camino de Emmanuelle hacia su objetivo son semejantes a los que se encontraría un hombre, si tuviera un rival que apetece el mismo puesto.
La película muestra sobre todo la deshumanización del mundo empresarial, con el habitual reduccionismo a luchas de poder y obtención de contratos millonarios, donde hablar chino o seguir sus espantosos gustos enológicos es pura estrategia comercial, no hay empatía, camaradería, amistad. El cinismo y la crueldad están a la orden del día, todo vale, y sólo ciertas líneas rojas hacen que los personajes se pregunten adónde van. El contraste entre el entorno de las oficinas, los foros empresariales y las comidas de trabajo, y las visitas al padre enfermo en el hospital, o el fin de semana familiar junto al mar, indican a las claras el precio que está pagando por escalar a la cúspide de la profesión.

Ant-Man y la Avispa


Ant-Man and the Wasp
Contenidos: ---
Reseña: 
Mientras lucha por conciliar su vida familiar y sus responsabilidades de Ant-Man, Hope van Dyne y el Dr. Hank Pym le encargan una nueva y urgente misión. Scott debe volver a enfundarse el traje y aprender a luchar junto a la Avispa mientras el equipo trabaja al unísono para descubrir secretos del pasado.
Peyton Reed sorprendió con Ant-Man, una de superhéroes Marvel que rompe un patrón de películas de tipos con poderes que empieza a ser cansino. Con esta secuela prueba que ese film no fue fruto de la casualidad, la fórmula funciona, y aquí vuelve mejorada y aumentada-reducida, según sea el caso.
Un trama de este tipo, pura diversión, no exige interpretaciones memorables. De todos, todos se esmeran y parecen haber disfrutado con la función, incluso los actores más secundarios. En cualquier caso, hay que destacar la escena en que Scott debe ejercer de antena de Janet, las interpretaciones de Paul Rudd, Michael Douglas y Evangeline Lilly en ese momento son fantásticas, se evita el ridículo y se ofrece cumplida diversión, una tónica, el sentido del humor, muy presente, sin empalago.

Nivel récord de infelicidad

 P or MARK GILMAN, The Epoch Times en español Según Gallup, el aislamiento es uno de los principales problemas que afectan la felicidad de l...