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jueves, 22 de marzo de 2018

C.S. Lewis teólogo





Todavía no aparece en las historias de la teología del siglo XX. Pero no se puede negar el título de teólogo a uno de los autores que han hecho pensar sobre la fe a millones de personas en el siglo XX, incluidos notables filósofos, teólogos y los últimos Papas
C.S. Lewis es una figura cristiana de rango universal. No se trata de ninguna exageración. Lo confirman las ventas todavía millonarias de sus libros, la amplitud creciente de la bibliografía, también académica, y su constante presencia en los testimonios publicados de cientos de conversos, especialmente en el mundo anglosajón. Contraste que resulta más llamativo si se compara con la caída en picado en los últimos 50 años de todas las estadísticas eclesiásticas en Occidente: de práctica religiosa, de número de vocaciones y, cómo no, de ventas de libros de teología.

La fe que busca entender

Se puede querer ver o no, pero estamos ante un fenómeno teológico. Si queremos seguir repitiendo honestamente la frase de san Anselmo fides quaerens intellectum, hay que poner a Lewis en un lugar privilegiado de la teología del siglo XX.
Además, la frase de san Anselmo le afecta muy directamente, porque a él le preocupaba entender y hacer entender la fe, y hacerla significativa a los hombres y mujeres del siglo XX.
Es frecuente que, en ámbitos académicos, se despeje esta literatura con la etiqueta de “apologética” o con la de “divulgación”, por contraste con otras publicaciones más eruditas, generalmente dedicadas a investigaciones históricas particulares. Pero se da la paradoja de que, en realidad, es más auténticamente teológica y responde mucho más exactamente a la expresión de san Anselmo. San Gregorio de Nisa es un gran teólogo del siglo IV, que merece ser estudiado. Pero para estudiar la Trinidad o la Encarnación en san Gregorio de Nisa en la práctica no hace falta tener fe. Basta resumir inteligentemente una cantidad ya notable de bibliografía secundaria, como hace competentemente la mayoría de los estudiosos. En cambio, para hacer plausible la doctrina de la Trinidad o de la Encarnación en pleno siglo XX y después de dos guerras mundiales, y en medio de un aluvión de filosofías, sí que hace falta fe. Y pensarla muy bien.

Un teólogo laico

C.S. Lewis era un académico y sabía que lo que escribía, aunque no tuviera formas académicas, y estaba expuesto al juicio nada benévolo de sus colegas. Se lo tomaba muy en serio. C.S. Lewis era una persona con una capacidad crítica muy grande, que no aceptaba fácilmente cualquier idea ni cualquier gusto. Al menos al principio, se sentía un tanto incómodo al entrar en terrenos donde podían concurrir especialistas con más autoridad y se disculpa con frecuencia. Tampoco revela sus fuentes, aunque sabemos de algunas, porque se esforzaba en documentarse.
Pero la fuerza de su pensamiento no está en la acumulación exhaustiva de documentación en cada tema, sino en su empeño por plantearlo y resolverlo de la manera más inteligente e impactante posible. Hay una búsqueda crítica de eficacia.

Aprender a traducir, aprender a pensar

Divulgar es decir de manera simple lo que otros han dicho con más profundidad y extensión. Supone rebaja y pérdida. Pero eso no es lo que hace Lewis. Lo suyo es ganancia de pensamiento. Porque traduce a una manera de decir relevante y significativa las doctrinas que otros conservan por repetición, pero descoloridas, deshilachadas e incomprensibles, a medida que se han apartado de las fuentes donde nacieron. Fueron pensadas para iluminar, pero se han convertido en rutinarias construcciones de palabras que se repiten sin pensarlas a fondo.
En unas charlas sobre Apologética cristiana (19445), recogidas en Lo eterno sin disimulo, dice: “Nuestra tarea consiste en exponer lo eterno (lo mismo ayer, hoy y mañana) en el lenguaje de nuestra época”; y también: “Tenemos que aprender y dominar el lenguaje de nuestra audiencia”. Señala gran cantidad de palabras cristianas cuyo sentido es incomprensible o está profundamente alterado y termina: “Como conclusión debo decir que tienen ustedes que traducir cada trozo de su teología a la lengua vulgar. […] Sirve asimismo de gran ayuda para su propio pensamiento. He llegado a la convicción de que si ustedes no pueden traducir sus ideas al lenguaje inculto es que son confusas. La capacidad de traducirlas es la prueba de que han entendido realmente el significado que uno mismo les da. Traducir un pasaje de alguna obra teológica al lenguaje vulgar debería ser un ejercicio obligatorio en el examen antes de ordenarse”.

Cautivado por la alegría (1955)

El itinerario de conversión de Lewis, narrado por él en Cautivado por la alegría (Suprised by Joy), ilustra dos grandes puntos, que podrían considerarse claves de la teología del siglo XX, aunque parecen deberse más a su intuición personal que a sus lecturas.
La primera es el gran tema de la “alegría”, que atraviesa el libro de parte a parte. Unas tempranas experiencias de trascendencia, con un componente estético, despiertan en su espíritu la impresión de lo maravilloso, efímeramente presentido, y le dejan una nostalgia (Sehnsucht) que va a convertirse en el motor de una búsqueda de autenticidad y verdad. Mientras, por encima, un creciente racionalismo y escepticismo, unido a un ateísmo consolidado, le hacen experimentar el mundo como algo absurdo. Esta experiencia se puede analizar desde la perspectiva que ahora preside el Catecismo de la Iglesia Católica: toda persona lleva en el fondo de sí misma una llamada a Dios, porque estamos hechos para Él. La idea está explícita en las Confesiones de san Agustín (“nos hiciste, Señor para ti…”), pero en el siglo XX la teología toma una conciencia muy fuerte de que es la clave de la apologética cristiana (Blondel) y de la entera presentación del cristianismo, y el punto donde se encuentran lo natural y lo sobrenatural (De Lubac) y un gran tema de la antropología cristiana (Gaudium et spes).
El otro descubrimiento fascinante para él, que tiene formación y sensibilidad literaria, es que el misterio de Cristo es el “mito verdadero”. Descubrimiento que debe a una conversación con sus colegas Tolkien y Dyson, y que desencadena su conversión. La figura de Jesucristo, perfectamente situada en la historia real, y sus hechos, también resultan ser formas simbólicas y expresivas que afectan a toda la realidad. La resurrección de Cristo es una primicia absoluta de toda resurrección y el símbolo más eminente de la eficacia cristiana que hace resucitar del pecado a una vida nueva. El tema del “mito verdadero” permite entrever la centralidad de la revelación cristiana, pero también los reflejos y aspiraciones que aparecen en otras religiones.

La abolición del hombre (1943)

Nació como réplica ante un “libro blanco”, un proyecto sobre la educación en el que todos los valores se reducían, en el fondo, a sentimientos subjetivos. El libro de Lewis se convirtió en una eficaz defensa del estatuto natural de las cosas y, en particular, de lo que llamamos “ley natural”, que viene ilustrado en este libro con la idea de “tao”.
El libro manifiesta una cierta sensibilidad fenomenológica al relacionar la captación de los valores con las actitudes que no son fingidas o improvisadas, sino “respuestas adecuadas”, muy en la línea de von Hildebrand. Así sucede con la admiración ante la belleza, o la obligación ante el bien debido o el arrepentimiento ante el mal hecho. No son sentimientos arbitrariamente creados por el sujeto, sino la respuesta adecuada a lo captado. Pero, como de costumbre, Lewis apenas revela fuentes.
Para mi gusto, este libro tiene la virtud de mostrar con gran eficacia lo que enormes libros dedicados a la idea de ley natural no han conseguido ni antes ni después. Porque, en el fondo, hay algo de paradójico en que para fundamentar la existencia de algo tan próximo a la conciencia y una experiencia tan universal como se supone que es la ley natural haya que escribir libros tan difíciles y gruesos. Lewis lo consigue mejor con mucho menos aparato.

El problema del dolor (1940)

Es, en realidad, el libro que le dio a conocer como apologista cristiano, nada más terminar la segunda guerra mundial. Procedente de charlas radiofónicas, es una teodicea en toda regla, en un momento trágico, con toda la resaca de los dolores y las desgracias encima. Momento inoportuno para hacer florituras intelectuales, pero muy oportuno para entrar a fondo. Pero hace falta mucho valor e ideas muy claras para entrarle en un contexto tan duro.
Lewis entra honradamente a todo, al estatuto del dolor físico y moral, a su relación con el pecado y con Dios. El tema conocerá un giro personal con motivo de la muerte de su esposa Joy, narrado desde dentro y como en primera fila, en Una pena en observación. Lo menos que se puede decir de estos dos libros es que se han convertido clásicos sobre la cuestión.

Mero cristianismo (1952)

El libro procede también de diversos ciclos de charlas radiofónicas. Y, en parte, al final es una expansión del anterior en el que se piensa la doctrina de Dios, de la redención del pecado (en el dolor) y de la moral cristiana. Un aspecto particular y tradicional de la apologética cristiana, Los milagros, merecerá un inteligente libro aparte. Lewis prestó una atención muy especial a la mostrar la realidad del pecado y de la redención, porque se dio cuenta de que están muy fuera de lo que la gente es capaz de entender y aceptar. Es una de sus claves teológicas.
En una charla sobre Dios en el banquillo que da título a una recopilación de artículos, dice: “El cristianismo prometía curar a aquellos que sabían que estaban enfermos. […] El hombre antiguo se acercaba a Dios (o a los dioses) como la persona acusada se aproxima al juez. Para el hombre moderno se han invertido los papeles. Él es el juez y Dios está en el banquillo. El hombre moderno es un juez extraordinariamente benévolo: está dispuesto a escuchar a Dios […] incluso en la absolución de Dios. Pero lo importante es que el hombre está en el tribunal y Dios en el banquillo”.
Estos libros encuentran un complemento maravilloso en las Cartas del diablo a su sobrino, obra genial en el que aparecen todas las tretas del enemigo en las luchas de la vida cristiana y también de la conversión.

Alegorías

En paralelo, hay que poner el conjunto de obras alegóricas que son, en sí mismas, también formas de pensar los grandes temas cristianos (Dios, pecado y redención) cambiando los contextos. De distintas maneras funcionan así la Trilogía de Ransom, el ciclo de Crónicas de Narnia, inmensamente famosas y llevadas al cine, y el Gran divorcio. También El regreso del peregrino, hecho sobre la famosa obra protestante de Bunyan (El progreso del peregrino), donde, en el fondo, revisa su itinerario de conversión.

Y más

Y no hemos comentado un libro tan genial como Los cuatro amores, que sitúa y distingue perfectamente la caridad entre el conjunto de los amores humanos (camaradería, amistad, amor conyugal). Y muchos más “escritos menores”, como las Cartas a Malcolm, con muchas indicaciones sobre la oración; y sus comentarios a los salmos. Aparte de su correspondencia enorme, interesantísima y, en su conjunto, bastante bien conservada, con grandes amigos e interlocutores cristianos (Mcdonald, Allan Griffihts, sor Penélope, San Juan Calabria).
Entre los muchos libros interesantes que han surgido en los últimos años, Joseph Pearce ha publicado C. S. Lewis y la Iglesia católica. En él muestra cómo evolucionó Lewis hacia las posiciones más catolizantes de la Iglesia anglicana, que incluían la fe en los sacramentos (incluida la confesión personal) y la doctrina del purgatorio como purificación deseada por el alma (en la misma línea que lo había expuesto Newman). Pero mantuvo hasta el final un vestigio protestante que no quiso o pudo resolver y que se manifestó en su silencio sobre la Virgen María, la infalibilidad pontificia y sobre la bondad de la Reforma.
Juan Luis Lorda
Fuente: Revista Palabra.

“La Marcha por la Vida es la mayor movilización por los derechos humanos”

Kate Bryan es escritora y experta en comunicación. Los últimos años ha liderado la campaña de prensa de la Marcha por la Vida (MPV) en Washington D.C. Nos responde a algunas preguntas sobre la MPV y el movimiento provida en Estados Unidos.
– El 19 de enero de este año se llevó a cabo la 45ª edición de la Marcha por la Vida en Washington D.C. ¿Cómo ha evolucionado con los años?
– Ha evolucionado mucho. Fue fundada en 1973 –el año en que Roe v. Wade legalizó el aborto en Estados Unidos– por una mujer llamada Nellie Gray, quien dirigió la organización durante casi 40 años. La MPV ha crecido cada año y ahora atrae a cientos de miles de personas a Washington D.C. cada año. Es la manifestación por los derechos humanos más grande y antigua de Estados Unidos. Mi objetivo ha sido atraer la atención de los medios hacia los cientos de miles de personas que se reúnen en la marcha y promover la dignidad de cada vida humana en el espacio público. Desde que nos hicimos cargo de la campaña de prensa de la MPV hemos visto crecer la cobertura de los medios enormemente y esta cobertura ha sido, en general, justa. Esto creo que es un gran avance, así que misión cumplida.
– ¿Qué novedades ha habido este año? ¿Qué nuevos asuntos o visiones ha presentado?
– Cada año tiene un tema diferente que resalta un aspecto de la cuestión provida. El año pasado fue “El poder de uno” y se enfocó en mostrar que cada persona tiene la capacidad de influir y cambiar el mundo. Hace algunos años fue “Adopción: una decisión noble”. Y este año, “El amor salva vidas”. La última convocatoria fue particularmente conmovedora porque constantemente hablamos de amor, pero pocas veces pensamos en el poder para salvar vidas que puede tener. La MPV se enfoca solamente en asuntos del comienzo de la vida, pero desde mi punto de vista, este tema abre una discusión importante acerca del amor. Este es un mensaje necesario hoy: el mundo necesita amor.
Un movimiento sin afiliación política
– Este año ha sido la primera vez que un presidente de Estados Unidos se dirigió expresamente a la Marcha. ¿Qué significó para el evento y para el movimiento provida en Estado Unidos?
– El año pasado Mike Pence habló en la Marcha por la Vida, lo cual fue histórico pues era la primera vez que un vicepresidente se dirigía a la MPV. Este año, se hizo historia nuevamente cuando Donald Trump se dirigió a la Marcha vía satélite desde la Casa Blanca. Nos sentimos honrados de que el presidente de Estados Unidos se haya dirigido a la marcha este año y nos sentimos agradecidos por su apoyo y acciones para proteger la vida.
– Aunque esta acción por parte del presidente Trump significó un reconocimiento oficial de la Marcha, ¿estas acciones dejan fuera a personas provida con otras afiliaciones políticas, tales como los Demócratas por la Vida?
– La Marcha por la Vida es una organización sin afiliación política e invita a miembros de todos los partidos que compartan la misión de proteger la vida humana. Me gustaría que hubiera más demócratas en el movimiento provida, pero por desgracia son pocos. Con Dan Lipinski (representante por Illinois) trabajamos muy de cerca, pero esperamos ver más demócratas provida en el Congreso. Desgraciadamente, el Partido Demócrata se ha vuelto tan extremo en la cuestión del aborto que no es muy probable ver a muchos hasta que esto cambie. A pesar de que hay muchos provida que no son entusiastas del presidente Trump, él ha sido coherente en sus palabras y acciones para proteger la vida del no nacido.
De infrecuente a por cualquier motivo
– Algunos líderes demócratas se preguntan si el apoyo legal al aborto se ha convertido en una marca de identidad para la izquierda, y si es un requisito para que los candidatos reciban el apoyo del partido. Por ejemplo, el año pasado Heath Mello, candidato a la alcadía de Omaha, Nebraska, tuvo roces con algunos miembros del partido por sus creencias provida. ¿Qué puedes decir de la diversidad ideológica del Partido Demócrata?
– El Partido Demócrata se ha radicalizado respecto al aborto. Antes solía decir que quería abortos “seguros, legales e infrecuentes” y ahora ha anulado lo de “infrecuentes”; en 2016 adoptó en su programa la posición más extrema sobre el aborto en la historia del país.
Esto no coincide con lo que muchos estadounidenses creen sobre el aborto, y yo diría que no coincide con lo que la mayoría de personas en el mundo cree. Tras analizar 10 años de encuestas por el Instituto Marist, una compañía demoscópica utilizada por The Wall Street Journal y NBC News, se ve que que la mayoría de estadounidenses –incluyendo a mujeres favorables al aborto– creen que el aborto debería limitarse al primer trimestre. Estos resultados muestran una opinión mucho más restrictiva respecto a las expansivas leyes de aborto que Estados Unidos tiene actualmente. El Partido Demócrata está fuera de contacto con la mayoría de estadounidenses en este punto y creo que esto es una de las razones por las que han estado retrocediendo en las urnas, incluso una razón por la que perdieron las elecciones presidenciales en 2016.
El Partido Demócrata no parece estar abierto a otras visiones sobre el aborto y presiona a sus miembros hasta echarlos del partido si no se “alinean”–tal como hicieron con Heath Mello y lo están haciendo actualmente con Dan Lipinski.
Respetar la vida en todas sus etapas
– El Nuevo Movimiento Provida (NMPV) ha surgido en Estados Unidos como una nueva manera de enfocar holísticamente la defensa de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte natural. ¿Qué opinas de este grupo? ¿Crees que algunos de los reclamos que hacen al movimiento provida tradicional están fundados?
– Desde que era muy joven he estado involucrada en el movimiento provida, en muchos de sus aspectos y con grupos dentro y fuera de Estados Unidos. Intento ser provida en todos los aspectos: aborto, inmigración, etc. Soy provida por los cuatro costados y la mayoría de mis visiones políticas nacen desde este “lente” con el que veo el mundo. Por esa razón comprendo bien de dónde nace el NMPV y apoyo su misión. Sin embargo, no concuerdo con sus críticas al movimiento provida. La mayoría de grupos e individuos eligen cuál es su enfoque y se mantienen en su misión. De hecho, creo que una de las razones por las que el movimiento provida ha sido tan exitoso en los últimos 45 años es porque muchos grupos e individuos se han “mantenido en su carril”.
Estoy de acuerdo con el NMPV en que debemos trabajar por la meta del respeto a la vida humana en todas las etapas, y que debemos ser provida en todos los sentidos. Pero apoyo a muchos grupos e individuos y a su decisión de enfocarse solo en un aspecto de la causa provida, especialmente la más urgente, que es el aborto. Esta es la mayor atrocidad de nuestro tiempo y si hay grupos e individuos provida que quieren dedicar su tiempo y sus vidas a acabar con el aborto, les apoyo en esto.
–Se habla mucho de encontrar terrenos comunes en el debate del aborto. Tal como dicen, tanto aquellos que son provida como los que son favorables al aborto creen que es algo malo, ninguno piensa que sea algo “positivo o divertido”...
– El único terreno común entre los provida y los prochoice es, desde mi punto de vista, apoyar a las mujeres que no quieren abortar. Tanto unos como otros probablemente no van a cambiar su visión sobre el aborto, pero en lo que ambos lados pueden unirse es en apoyar a las mujeres que deciden quedarse con su hijo o darlo en adopción. Muchas mujeres embarazadas en situaciones difíciles sienten que no tienen opciones, sienten que solo tienen una: abortar. Necesitamos empoderar a las mujeres y ayudarles a ver que son fuertes y poderosas, que son capaces de todo –incluso de traer una nueva vida al mundo.

Niños con síndrome de Down: lo que la sociedad se está perdiendo

La gran mayoría de los niños con síndrome de Down no llegan a nacer: son abortados. La forma de comunicar el diagnóstico es crucial, y los médicos se sienten presionados por la posibilidad de una demanda. Dos madres y un médico nos hablan de lo que esto significa y de la pérdida que representa para la sociedad.
El 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down, designado por la ONU en 2011 con el objetivo de aumentar la conciencia pública sobre esta discapacidad y recordar la dignidad inherente de las personas que la padecen. Sin embargo, muchos de estos niños no pueden celebrar su día, puesto que no llegan a nacer. La gran mayoría de diagnósticos positivos para el síndrome de Down acaba en aborto, tanto es así que, a pesar de ser una cromosomopatía frecuente (1 de cada 700 embarazos), en España la tasa está en torno a 1 por 2.000 nacidos vivos. Esto significa que la gran mayoría de los niños diagnosticados con síndrome de Down no llegaron a ver la luz.
Los médicos hablan de la creciente presión por diagnosticar a estos niños. Luis Chiva, responsable del departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra, nos explica que muchas veces, desde el punto de vista de la atención perinatal u obstétrica, se ha considerado como un indicador de calidad el hecho de que se pueda diagnosticar el síndrome con certeza, para así poder ofertar la terminación del embarazo. “En definitiva, los médicos en España nos sentimos presionados porque existen sentencias firmes del Tribunal Supremo que han condenado a colegas con grandes sumas por no haber diagnosticado a un bebé con síndrome de Down y, como consecuencia, por haber provocado una teórica pérdida de oportunidad para los padres: la opción de terminar el embarazo. En algunos casos, con estas sentencias se ha concluido que había nacido un ser humano con una vida que no merecía la pena vivir”.
A este respecto, Teresa Sancho nos explica que esta idea está tan metida en la sociedad, que cuando nació Teresita, su hija, muchas personas le preguntaban por la calle que por qué no se había hecho la amniocentesis o que por qué no había abortado si sabía que la niña podía nacer con este síndrome. “La gente no tiene idea de lo que te está diciendo, no se da cuenta de que es tu hijo y le quieres. Hay que perdonarlos porque no saben lo que dicen”.
Por su parte, Teresa Ruiz Maeso, madre de María, nos dice que los médicos no dan información de asociaciones o fundaciones a las que puedan dirigirse los padres para conocer más sobre esta condición. “Por desgracia, lo único que te recuerdan es que hasta tal semana aún puedes abortar”, explica.

Recibir la noticia

Médicos y padres coinciden en que la información que se dé en el momento del diagnóstico es clave para el modo en que la familia encaje la noticia. “Sabíamos que había probabilidades, pero hasta un mes después de que naciera Teresa no teníamos certeza. De entrada nos quedamos muy desconcertados; cualquier persona que diga que se lo tomó fenomenal desde el primer momento está mintiendo. Cuando la pediatra nos lo confirmó, la primera reacción que me salió fue decir: ‘Pobrecita’. Pero inmediatamente ella me dijo: ‘No, pobrecita, no. Ella puede ser muy feliz y lo importante es que la queráis tal y como es’”, explica Teresa Sancho.
Sin embargo, otros padres no han tenido tanta suerte. Ruiz Maeso dice que el diagnóstico fue muy frío. “Te dicen que tu hijo puede tener síndrome de Down y poco más. No te informan de la calidad de vida, de las posibles complicaciones de salud, etc.”.
El doctor Chiva explica que hay algunas pautas clínicas para dar estos diagnósticos a los padres, pero que no siempre se siguen correctamente. Según lo publicado en el Americal Journal of Medical Genetics, el diagnóstico corresponde tanto al ginecólogo como al pediatra, la información debe ser precisa y detallada, y se debe dar la posibilidad a la pareja de entrevistarse con otros padres de niños con síndrome de Down. Por último, el lenguaje debe ser positivo y se debe evitar comunicar pena o tristeza. También se recomienda ofrecer información sobre grupos de apoyo y otros recursos. “Sin embargo, hay una cuestión que ningún diagnóstico prenatal puede predecir, y es lo felices que pueden ser estos niños”, concluye Chiva.
Lo que se hace con los niños con síndrome de Down, añade el ginecólogo, es una injusticia, pues nuestra sociedad está penalizando la discapacidad. “Es una infinita pérdida de oportunidad. Los seres humanos con síndrome de Down tienen una serie de características que los hacen muy especiales: un gran deseo de querer, aceptan a cada uno como es, respetan a quien es diferente, disfrutan de la cotidianeidad, aman la vida, no tienen prisa, son muy pacientes, etc. Son seres humanos que son muy queridos por nuestra sociedad y, sin embargo, no se les deja nacer”.
Sancho asegura que los médicos podrían ayudar a que la decisión de los padres no se viera condicionada por información parcial: “El diagnóstico definitivo me lo dieron en un minuto. Los médicos podrían crecer en empatía y pensar que en ese momento tienes muchas preguntas. Aunque no tengan las respuestas, te pueden atender humanamente: dedicarte un rato, una conversación…”.

Después del diagnóstico

Una vez pasado el momento duro de la noticia, las cosas empiezan a tener mejor color. Como todos los niños, son una población heterogénea y los hay con más y menos capacidades. Sin embargo, explica Chiva, quien también es padre de un niño con síndrome de Down, es tarea de los padres y de las autoridades educativas sacar lo mejor de cada uno. Sin generar expectativas irreales, pero buscando que cada niño pueda dar lo mejor de sí. “Nos gustaría que Josemaría tuviera cierta autonomía, que desarrollara un trabajo y pudiera llevar una vida sencilla. Pero no pretendemos que sea algo que no puede ser. Queremos adaptarnos a su capacidad de crecer”.
Sancho, a su vez, aconseja a los padres no dejar de hacer las cosas que harían si el niño hubiera sido normal: “Seguir adelante es seguir estudiando, trabajando, tener más hijos o lo que sea que quieras. Teresa es una más de la familia, no la tratamos de manera especial, le cuesta más y se lo explicamos a sus hermanos, y ellos le estimulan mucho. Pero, tanto por ella como por sus hermanos y por el matrimonio, es importante no preocuparse excesivamente, seguir adelante y confiar en que te va a dar muchas cosas maravillosas”.
Por su parte, Ruiz Maese asegura que su hija María es un regalo: “Lo primero que pensé fue: ¿por qué a mí? Fue como un jarro de agua fría, un regalo mal envuelto. Pero poco a poco te vas dando cuenta de que da igual que no esté bien envuelto: ha sido lo mejor que la vida me podía ofrecer. Me hace mejor persona, aunque a veces no sea fácil, me hace valorar cada esfuerzo y cada objetivo conseguido, cada palabra pronunciada…”. El doctor Chiva, en su calidad de padre de un niño Down, asegura que esto es hoy en día lo que más feliz le hace: “Es un reto, un acicate. Es una fuente de cariño y un ejemplo de cómo hacer las cosas. La sociedad se está perdiendo a estos niños”.

jueves, 15 de marzo de 2018

La forma del agua


The Shape of Water
Contenidos: Imágenes (varias V+,S, X), Diálogos (frecuentes D), Ideas (tortura, sadismo F). 
Reseña:
Un sobrenatural cuento de hadas que, con el telón de fondo de la Guerra Fría, transcurre en Norteamérica alrededor del año 1962. En el oculto laboratorio gubernamental de alta seguridad donde trabaja, la solitaria Elisa (Sally Hawkins) se halla atrapada en una vida regida por el aislamiento. La vida de Elisa cambia para siempre cuando, junto con su compañera Zelda (Octavia Spencer), descubre un experimento clasificado como secreto.
El mexicano Guillermo del Toro entrega un cuento de hadas que se desarrolla en un contexto histórico bien preciso, esquema que ya utilizó exitosamente en El laberinto del fauno. Aquí la guerra fría reemplaza a la guerra civil española, en vez de un fauno tenemos al humanoide anfibio.
La historia de amor entre una limpiadora soltera y solitaria y muda que ya no cumple los 40, y un tritón andrógino confinado en unas instalaciones ultrasecretas del siniestro gobierno norteamericano de 1962 tiene momentos emotivos junto con otros de un sadismo brutal.
Pesan algunos trazos gruesos, los toques gore de los que Del Toro parece no poder prescindir –a diferencia de lo que hizo su colega Peter Jackson al abordar el universo de Tolkien–, y el componente erótico que podía haber sido más comedido, aunque se revista a veces de sensual lirismo. 

Los grupos de derechos humanos agradecen a los Estados Unidos por revertir el aborto en un informe inminente


By Austin Ruse | March 9, 2018
WASHINGTON DC, 9 de marzo (C-Fam) Una coalición de 197 grupos de todo el mundo ha enviado una carta al Secretario de Estado de los EE. UU., Rex Tillerson, agradeciéndole los cambios esperados en el informe anual del Departamento de Estado sobre los derechos humanos.
La carta agradece a Tillerson “… por apoyar la comprensión adecuada de los derechos humanos internacionales en el próximo informe anual de derechos humanos del Departamento de Estado. Al rechazar los intentos de incluir el aborto y otros asuntos polémicos, que no están universalmente acordados, usted está regresando a Estados Unidos a su rol de liderazgo en la promoción del derecho a la vida y la protección de la familia “.
La carta “… recibió con agrado las noticias de la portavoz Heather Nauert de que el Departamento de Estado ya no intentará diluir la seriedad de los derechos humanos y agudizará el enfoque del informe sobre los abusos de los derechos humanos reconocidos y los asuntos más atroces”. ”
En los últimos años, bajo la administración de Obama, el informe se convirtió en un saco de sorpresas de temas que no se consideran derechos humanos, pero que se consideran importantes para la izquierda política, especialmente el aborto, y también para los asuntos LGBT.
El informe pretende arrojar luz sobre los abusos y las preocupaciones sobre los derechos humanos en todo el mundo. Tradicionalmente, los derechos humanos son los que se encuentran en los documentos de derechos humanos acordados, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos; derecho a votar, reunirse, libertad de religión, autodeterminación política y otros.
Desde la izquierda política, trasladada a las Naciones Unidas, hace varios años, se han intentado reinterpretar documentos de derechos humanos. Estos esfuerzos, para hacer que el aborto sea un derecho humano e incluir protecciones especiales basadas en prácticas sexuales, han fallado consistentemente en la ONU. Pero esto no ha impedido que los gobiernos de izquierda intenten exportarlos a través de informes como el que se espera en cualquier momento del Departamento de Estado de EE. UU.
En las últimas semanas, miembros del personal de izquierda en el Departamento de Estado de los EE. UU. filtró los cambios inminentes a la publicación en línea, Politico, que publica dos historias, ninguna de las cuales presentó los puntos de vista de la comunidad pro-vida y pro familia de derechos humanos. Los grupos pro-aborto también enviaron una carta grupal de queja al Secretario Tillerson.
La carta de los grupos pro-vida de derechos humanos señala que los organismos de derechos humanos de la ONU han presionado a 154 países 479 veces para que liberalicen sus leyes de aborto en base a sus propias opiniones personales sobre los tratados de derechos humanos. Señalan que los EE. UU. Enviarán una fuerte señal de que esto es inaceptable y que los EE. UU. Se adhieren a una comprensión adecuada de los derechos humanos.
Un vocero del Departamento de Estado dijo al Friday Fax que la carta fue emitida por “un grupo impresionante” y que “ayuda a nuestros esfuerzos para alinear el informe con la intención legal/estatutaria”. El portavoz aludió a la tendencia de los funcionarios de la rama ejecutiva de ampliar la intención del Congreso cuando tales informes son obligatorios. El Congreso nunca tuvo la intención de que el informe de derechos humanos, por ejemplo, criticara a la Iglesia Católica en algunos países por oponerse al matrimonio homosexual.
Defensores de los derechos humanos sostienen que los intentos de ampliar los derechos humanos para incluir temas controvertidos como el aborto y los asuntos LGBT tienen la tendencia a diluir los derechos humanos existentes. Si todo es un derecho humano, entonces nada es un derecho humano.

El Papa Francisco conversa con un sociólogo agnóstico

Si para Wolton “el humor es un atajo de la inteligencia”, para el Papa, “el sentido del humor es lo que, en el plano humano, más se acerca a la gracia divina”
“La mayor lección que aprendí de esas reuniones es que este Papa sigue los Evangelios. Solo dice lo que está en los Evangelios” (Dominique Wolton)
“La mayor lección que aprendí de esas reuniones es que este Papa sigue los Evangelios. Solo dice lo que está en los Evangelios” (Dominique Wolton)
E. Encuentro Madrid (2018). 312 págs. Traducción: M. M. Leonetti
Recensión de Salvador Bernal
El autor de este nuevo libro-entrevista con el Papa, Dominique Wolton, presenta su trabajo como una investigación –a través de un diálogo que da sentido a la comunicación humana– acerca de la naturaleza del compromiso social y político de la Iglesia, y de su diferencia con la de un actor propiamente político. Aborda las grandes facetas culturales de la modernidad, así como problemas derivados de las desigualdades humanas o del intento de respuesta desde la llamada teología de la liberación, ensayo fallido y no grato al actual pontífice, al que presenta como el “primer papa de la mundialización, a caballo entre América latina y Europa”. Reconoce que, en las doce entrevistas realizadas en Santa Marta, entre febrero de 2016 y febrero de 2017, “nos hemos quedado más en el ámbito de la historia, de la política, de los hombres, que en el de las dimensiones espirituales”.
Tal vez no podía ser de otro modo si se tiene en cuenta la condición personal de Wolton, nacido en 1947, profesional de la sociología, especialista en comunicación, discípulo de Alain Touraine, de formación en el fondo cristiana, pero agnóstico. Dirige la revista Hermès desde su fundación en 1988, y en ella estudia la comunicación como una actividad difícil, pero que permite, a través de la negociación, llegar a los demás –a diferencia de la “com”, que busca la sencillez como medio de manipulación de los espíritus. Ha publicado antes otros libros-entrevista: con Raymond Aron, con Jacques Delors, y también con una gran figura de la Iglesia en el siglo XX, el cardenal Jean-Marie Lustiger.
El autor ha distribuido libremente las preguntas y respuestas de sus extensas entrevistas, a lo largo de ocho capítulos, con títulos expresivos de su contenido: paz y guerra; religiones y política; Europa y diversidad; cultura y comunicación; alteridad, tiempo y alegría; tradición y modernidad; destino. Como es natural, el Papa leyó previamente el manuscrito y, en la última conversación, se pusieron “fácilmente de acuerdo”. Los textos orales se completan con pasajes de grandes discursos de Francisco, pronunciados en lugares muy diversos del mundo, desde su elección en marzo de 2013.

Sorprendido por la cordialidad de Francisco

Las conversaciones reflejan un clima de franqueza y cordialidad que ha sorprendido positivamente al sociólogo francés, aunque era consciente de la capacidad humana de Francisco para conectar con la gente: desde los primeros días “mantuve mi distancia como investigador, pero su humanidad me impactó”. A la vez –de acuerdo con un rasgo típico de la cultura francesa–, ofrece una especie de clara síntesis de las grandes cuestiones de la doctrina social de la Iglesia que preocupan de modo particular al Papa: con un estilo claro, animado por los detalles propios de una charla viva y amistosa, con bastante sentido del humor a pesar de la seriedad de los temas. Si para Wolton “el humor es un atajo de la inteligencia”, para el Papa, “el sentido del humor es lo que, en el plano humano, más se acerca a la gracia divina”.
Quizá la personalidad de Francisco ha desconcertado en parte al sociólogo, que no acierta a describirlo netamente. Reconoce que le impresionó “su fe, alegría, bondad, modestia y lucidez”. Destaca también la ponderación y oportunidad con que usa el vocabulario religioso, hasta el punto de que le parece “un laico en esto”.
Puesto a usar estereotipos, los funde con referencia a notables familias religiosas históricas: “Desde el punto de vista social, es un poco franciscano; desde el intelectual, un poco dominico; desde el político, un poco jesuita... En cualquier caso, muy humano. Probablemente, harían falta muchas otras cosas para comprender su personalidad...” Me permito añadir que son quizá precisamente las grandes cuestiones espirituales, que estaban fuera del propósito científico del diálogo. Aunque Wolton reconoce que “en el Santo Padre todo procede de la religión y de la fe”: “La mayor lección que aprendí de esas reuniones –confió a Jean-Marie Guénois, de Le Figaro– es que este Papa sigue los Evangelios. Solo dice lo que está en los Evangelios”.
En este trabajo hay muy pocas referencias a cuestiones intraeclesiales, pero, a juicio de Wolton, “Francisco está obsesionado con la comunión entre todos en la Iglesia. Presta gran atención al pueblo cristiano para que no se produzcan rupturas. No es un hombre de conflicto, un hombre de ruptura. Él quiere unir, unir continuamente. Ve las cosas a largo plazo, confía en el tiempo, con paciencia infinita, sin enfadarse, con una especie de confianza impresionante”.

Las palabras esenciales

Los planteamientos de fondo de entrevistador y entrevistado son distintos. Resultan inevitables las que llama “pequeñas incomunicaciones”. Pero con evidente libertad y apertura de espíritu, de las que derivan aproximaciones decisivas para abordar los retos de la mundialización: “La religión cristiana, con su perspectiva universalista, está preocupada en nuestros días por preservar el diálogo, con esas palabras esenciales de ‘respeto’, ‘dignidad’, ‘reconocimiento’, ‘confianza’, que se encuentras asimismo en el corazón del modelo democrático”.
Un reflejo de la confianza en el diálogo son las diversas propuestas que hace al Papa sobre posibles temas de encíclicas, aun consciente de la complejidad de los problemas. Así –a propósito de los retos planteados por la diversidad cultural, la educación y el conocimiento, o la comunicación humana en la globalidad–, sugiere que hay un “retraso” de la Iglesia... “Pero si lo pensamos bien, es posible que la Iglesia no vaya retrasada en estos momentos, ¡incluso puede ser que vaya por delante!”. Y Francisco responde con sencillez: “Sí, pero yo no sé cómo responder. Es preciso trabajar sobre ello”.
En un momento, después de páginas recurrentes sobre los problemas de la comunicación, que muchos piensan equivocadamente que se resuelven con soluciones técnicas, Wolton afirma con espontaneidad, tras una broma: “Nuestro encuentro es increíble. Usted tiene a fin de cuentas la misma filosofía humanista y política de la comunicación que yo. Es algo bastante raro. Cuando usted dice ‘rigidez’, se refiere a lo mismo que la a-comunicación de que yo hablo. Internet, contrariamente a todas las apariencias, es rigidez”.

Espontaneidad

El libro refleja un diálogo netamente intelectual, celebrado en sucesivas sesiones, con inevitables repeticiones y saltos temáticos. Pero se lee con mucho interés, porque está bien traducido: el estilo refleja la espontaneidad de las conversaciones, en las que no falta ninguno de los grandes temas que ocupan a la gente realmente interesada por el futuro de la cultura mundial.
Al final del libro, una selección atinada de “frases del Papa Francisco” y una síntesis biográfica y bibliográfica, junto con la información sobre publicaciones de Dominique Wolton. Pero, propiamente, y como no podía ser de otra manera, el texto termina así:
Dominique Wolton: ¿Por qué pide siempre que recen por usted?
Francisco: Porque lo necesito... Porque me siento apoyado por la oración del pueblo. De verdad.

María Magdalena

Director: Garth Davis
Guion: Helen Edmundson, Philippa Goslett.
Intérpretes: Rooney Mara, Joaquin Phoenix, Chiwetel Ejiofor, Tahar Rahim, Denis Menochet, Shira Haas, Hadas Yaron.
120 min.
Jóvenes-adultos.
Estreno:
 16-03-2018.
Un título muy esperado… que tiene un par de problemas importantes. El primero y fundamental es que no funciona como película, el segundo es que su poca base histórica, religiosa e incluso filosófica tampoco ayudan a que el conjunto se perciba como una obra notable… Lo suyo es un aprobado muy, muy raspado.
Antes de entrar en otras disquisiciones, conviene recordar quién era María Magdalena, una de las seguidoras de Jesús de Nazaret. Los Evangelios canónicos cuentan que estaba en el momento de la crucifixión de Jesucristo y fue la primera persona que lo vio después de la Resurrección. Por eso en la Iglesia católica siempre se ha venerado su memoria, y el año pasado el Papa Francisco instituyó la fiesta de María Magdalena otorgando a esta celebración el mismo rango que las de los demás apóstoles.
Hasta aquí, la historia. Ahora, un poco de ficción. Desde los primeros tiempos del cristianismo, algunos creyentes identificaron a María Magdalena con otras Marías del Evangelio y de ahí surge la idea de que podía haber tenido un pasado oscuro (podría haber sido la mujer adúltera, la endemoniada, una prostituta, la mujer que Jesús alabó porque amaba mucho después de que se le hubiera perdonado mucho, etc.). Como el pasado nunca ha sido problema para una religión –la católica– que cree en la misericordia, la gracia y la conversión, esto no impedía que María Magdalena se siguiera considerando como ejemplo para todos los creyentes.
Más ficción. En el siglo II se escribió un evangelio apócrifo llamado “De María Magdalena”. Es un texto gnóstico, muy oscuro y complejo –a pesar de su brevedad, apenas mil palabras– en el que, después de una reflexión sobre las vías para que el alma llegue al conocimiento, se afirma que la revelación de Jesús le fue dada a María Magdalena. Después de esta frase, los Apóstoles discuten porque a unos, esta doctrina les parece verdadera (a Mateo, por ejemplo) y a otros, falsa (a Pedro y a Andrés). Este relato –al que hay que dar el valor que tienen los apócrifos y que sería muy largo detallar en unas líneas– acaba aquí, pero estas pocas líneas, unidas a las de algunos otros apócrifos, han estimulado la imaginación de muchos, convirtiéndose en fuente de una gran cantidad de best sellers y películas románticas o supuestamente transgresoras. De aquí, por ejemplo, nace la María Magdalena casada con Jesús de Dan Brown y de otros autores.

Una película naif

A Garth Davis (Lion) hay que agradecerle que no tire por la vía más fácil y, aunque el cineasta británico reconoce que se ha basado en el Evangelio apócrifo, no desarrolla la trama sentimental y simplemente ahonda en la idea de que María Magdalena fue la apóstol preferida por Jesús porque era la única que le entendía y que fue después marginada por culpa de Pedro y la Iglesia.
Pero que nadie piense que esta tesis se defiende de forma combativa o desagradable para el creyente. Todo en la película de Davis es naif. También su propuesta narrativa y visual. Estamos ante una cinta de larguísimos silencios y eternas miradas. De hecho, lo más claro de la película son los créditos finales. Sin esa explicación entenderíamos muy poco de lo que Davis quiere contar. Pero esto ocurre en mucho cine de autor, y este pretende serlo.
Hay eternos parlamentos sobre el Reino y se ve la disparidad de criterios de los apóstoles. Hay mucha presencia de Judas, porque también se toman bastantes elementos del apócrifo de Judas, otro de los textos gnósticos por excelencia. Hay algunos capítulos con base histórica y un poco más de acción –la expulsión de los mercaderes o la propia crucifixión–, pero el resto se construye a partir de implícitos tan deslavazados que quien no conozca a fondo el Evangelio no va a saber colocar ni una ficha, y el que lo conozca se verá obligado a “rellenar” excesivos huecos con la riqueza de unos hechos que sí están contados. Eso, siempre que el espectador consiga superar el tono plúmbeo que envuelve la película y la irritación que puede provocar ver a dos inmensos actores – Joaquin Phoenix y Rooney Mara– absolutamente desaprovechados por un guion que, en vez de personajes, ha escrito símbolos e ideas. El comportamiento errático de Jesucristo –que va de la furia al zen sin solución de continuidad– es especialmente doloroso.
En cuanto al fondo, Davis es honesto. Reconoce que no es creyente pero que no quiere enfadar a ninguno. Por eso, la conclusión final, muy gnóstica, es un cristianismo –paradójicamente– sin mucha necesidad de fe en Cristo.
Simplificando el mensaje que sí aparece en el Evangelio, se acentúa la idea de que el Reino famoso del que se lleva hablando toda la película estaba ya dentro de nosotros y que lo que tenemos que hacer no es ni creer, ni convertirnos, ni nada de eso. Solo sacar nuestra bondad de dentro y hacer bueno el mundo. Magnífica enseñanza pero que quizás a más de uno se le quede un poco corta para una supuesta película religiosa. Entre otras cosas, porque lo de “sed buenos” también lo decía ET, y la película de Spielberg era tremendamente entretenida.

miércoles, 14 de marzo de 2018

La batalla de los sexos


Battle of the Sexes
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2017
  • País: EE.UU.
  • Dirección: Jonathan Dayton, Valerie Faris
Contenidos: Imágenes (varias X), Ideas (lesbianismo, discurso LGTB F)

Reseña: 

A raíz de la revolución sexual y la progresión del movimiento feminista, el partido de tenis que tuvo lugar en 1973 entre la número uno mundial del tenis femenino Billie Jean King (Emma Stone) y el excampeón de tenis pero también estafador Bobby Riggs (Steve Carell) fue anunciado como “la batalla de los sexos” y se convirtió en uno de los eventos deportivos más vistos de todos los tiempos, alcanzando la cifra de 90 millones de espectadores en todo el mundo. Mientras la rivalidad entre King y Riggs alcanzaba su máximo apogeo, fuera de la cancha, cada uno de ellos libraba batallas más personales y complejas.
 La ferozmente militante King no abogaba solamente por la igualdad, sino que también luchaba por aceptar su propia sexualidad, mientras desarrollaba una íntima relación con Marilyn Barnett (Andrea Riseborough). Y Riggs, una de las primeras celebridades –por méritos propios– de la era de los medios de comunicación, lidiaba con su particular demonio, la ludopatía, a expensas de su familia y de su mujer, Priscilla (Elisabeth Shue). Juntos, Billie y Bobby proporcionaron un gran espectáculo de índole cultural cuyo eco repercutió más allá de la pista de tenis, provocando discusiones que todavía siguen resonando hoy en día.
La película de entrada está planteada como la lucha de unas mujeres que tratan de hacer valer sus derechos en un mundo machista dominado por los hombres. Esta parte funciona razonablemente. Al mismo tiempo, se sigue la trayectoria personal y sentimental de Billy Jane King y Bobby Rigs, para plantear otras batallas de sexos diferentes a las del tenis y la equiparación profesional.
La historia del lesbianismo de Billie Jean King, a pesar de ser cierta, resulta bastante inverosímil, quizás porque está contada de una forma acelerada, muy parcial (la relación terminó años más tarde de una forma muy dramática) e innecesariamente explícita. Por otra parte, la defensa del discurso LGTB –que es una causa en la que Billie Jean King no militó hasta 25 años después– hace que pierda fuerza el verdadero motivo que llevó a la joven tenista a enfrentarse con Bobby Riggs: demostrar que las mujeres no eran seres inferiores a los hombres.

¿Qué le pasa a la ONU?

   Por    Stefano Gennarini, J.D       La ONU pierde credibilidad con cada informe que publica. Esta vez, la oficina de derechos humanos de ...