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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Sanidad pública vs sanidad universal

Antonio Argandoña, IESE, Barcelona

Cuando yo era un joven profesor de Economía, en mis clases ya aparecían con frecuencia dos temas relacionados con las políticas públicas: la distinción entre financiación yprovisión de un servicio, y la cuestión de la motivación de los políticos y funcionariospúblicos. Han pasado décadas, pero el debate sigue vivo.
Lo que motiva mi comentario de hoy es una reciente noticia en srnet (aquí), que titula “En medio de la vorágine hospitalaria, la ONU apuesta por la sanidad pública”, y en la que critica que el gobierno español apoye una resolución de la ONU pidiendo la protección de la salud universal, al tiempo que privatiza los servicios de salud en España. Como si solo la sanidad pública garantizase la salud universal.
Vamos a la primera cuestión que he apuntado más arriba. La salud puede ser universalpor su alcance y su financiación, pero su provisión no tiene que ser necesariamente pública. La ley puede mandar que todo ciudadano tenga acceso a los servicios médicos, del nivel y calidad que se establezca, pero no importa que el médico que lo atienda o el hospital al que acuda sea público o privado. Y la ley puede decidir que esos servicios se financien con cargo a los presupuestos públicos, total o parcialmente, sea público o privado el médico y el hospital. La razón para que el servicio lo proporcione una entidad privada o pública es otra: una razón de eficiencia y de coste.
Y entramos así en el tema de las motivaciones de los funcionarios y políticos. Suele afirmarse que un hospital privado reducirá la calidad del servicio para obtener beneficios. O sea, los profesionales privados carecen de la calidad ética y del profesionalismo de los servidores públicos o de los políticos. ¿De verdad creemos que esto es lo que ocurre? Parece que los propietarios privados tratarán de llevarse las rentas creadas en la producción de los servicios sanitarios, pero los funcionarios y los políticos no lo harán. ¿Seguro que no hay una apropiación de rentas por parte de los profesionales de la sanidad pública? Los de la privada no lo pueden hacer, porque hay un propietario que se lo impedirá. Los de la pública, ¿no estarán aprovechándose de que ese propietario es el que paga los impuestos, que no está en condiciones de oponerse a las pretensiones de los funcionarios y de los políticos?
La actitud del articulista que comento pesenta el conflicto como ideológico. Yo sospecho que tiene también un interés económico. No son incompatibles, claro: al final, uno acaba pensando como le conviene pensar.

Conferencia de María Vallejo-Nájera en Montevideo

martes, 25 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad! (pero la Navidad es Jesucristo)


La Navidad invita a la tradicional felicitación por estas fiestas, aunque algunos se limitan a desear un buen año  nuevo y otros unas buenas “fiestas” en general, pero no pueden ocultar, a pesar de los esfuerzos, su origen cristiano.

La Navidad es el recordatorio de que Dios vino a vivir con nosotros, en esta tierra, para siempre.  ¿Qué quiero decir cuando digo “Navidad”? ¿Qué siento cuando digo o escucho “Feliz Navidad”? ¿En qué pienso cuando pienso en la Navidad?

Lo esencial de la Navidad es Jesucristo. Sin Jesucristo no hay Navidad y sin Jesucristo no hay cristianismo. Celebrar la Navidad es poner a Jesucristo en el centro de nuestra vida, de nuestra historia.

La Navidad no es una historia antigua. La fiesta de Navidad es la fiesta de la cercanía de Dios. Lo que algunos medios de comunicación dicen sobre la religión cristiana, no se parece en nada a lo que un verdadero cristiano cree y vive. El cristianismo no es, sobre todo, un conjunto de dogmas; ni una moral, como tantas otras; no es una organización con fines políticos que trata de tener poder y su influencia. Es cristiano, en primer lugar, el que se ha encontrado con Dios, hecho hombre en Navidad. Por esto, nuestra vida no es una pasión inútil, ni un valle de lágrimas, ni una ocasión para pasarlo bien (porque, total, son cuatro días): Dios está aquí.

Cuentan los Evangelios que, cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento de Jesús, cantaban pidiendo la paz para los hombres de buena voluntad. Este es también mi deseo para todos vosotros en estas fiestas, y para el año que viene.

viernes, 21 de diciembre de 2012

El gran fallo del catolicismo ha sido la formación



Entrevista de Juan Bosco Martin algarra  a Alejandro Llano, catedrático de filosofía, 10.12.2012
Usted vivió intensamente desde la Universidad las revueltas de 1968. &iq uest;Se puede comparar esta crisis a aquellas?
Esta es menos espectacular que la del 68, pero mucho más profunda, porque recoge semillas plantadas en otras crisis. En el fondo todas conducen a lo mismo: una crisis global de la modernidad, basada en las ideas de la Ilustración (la crítica sistemática, la autonomía moral del hombre, el valor indiscutido de la ciencia...) Hay progresos tecnológicos, pero la ética y la cultura se encuentran en lo que algunos denominan “cristalización”. Yo diría más: desde entonces la ética y la cultura han evolucionado a peor.

A peor... ¿por qué?
Porque se ha hecho más superficial, y de ahí que sea menos valorada. Se ha perdido el sentido de la cultura como modo de vida, como cultivo de las facultades superiores del hombre: la inteligencia, la voluntad, la belleza, la convivencia... Estas facultades, cuando están inspiradas en la verdad, se traducen en obras de arte y en costumbres que ennoblecen al hombre. Ahora, sin embargo, se entiende la cultura como “producción”, en un sentido comercial y menos profundo. Todo ello repercute en nu estra concepción del mundo, nuestro estilo de vida y nuestra sensibilidad.

¿Cuáles deberían ser los valores propios de nuestra época?
En 1985 escribí un libro titulado “La nueva sensibilidad”, en el que apostaba por una versión constructiva de la postmodernidad, basada en cuatro pilares: el ecologismo, el pacifismo, el nacionalismo y el feminismoEntonces se rieron de mí, porque pensé que una nueva sensibilidad apoyada en esos valores podría constituir una versión constructiva de la postmodernidad.

Parece que acertó... a hora son valores emergentes.
Pero he de reconocer que no de la forma que yo pensaba: se han tomado de forma muy superficial. De hecho, se aplican como movimientos disolventes y disidentes. Disidentes en tanto se han convertido en una especie de “antioficialismos”. Y disolventes porque rechazan de manera sistemática los valores inspirados en la ética tradicional o clásica, sobre los cuales está cimentada nuestra cultura occidental.

“El feminismo ya no plantea ideas innovadoras acerca de la mujer”
Vayamos por partes... hablemos del feminismo.
Ha quedado reducido a un mero movimiento de protesta, a una mera reivindicación sobre la cuota que deben tener las mujeres en las instituciones o en las empresas. Pero eso es vulgar, puesto que ya se sabía. No hay innovación. No encuentro yo ideas interesantes acerca de su papel diferencial y el respeto a los valores que la mujer ella ha encarnado, como la conservación y cuidado de la vida humana.

Quizá el cuidado de la vida humana haya quedado en otro movimiento que usted citaba, el pacifismo.
No cabe duda que, tras la experiencia de las guerras mundiales, los movimientos pacifistas contribuyeron al concienciar al mundo del peligro de las guerras y de la escalada nuclear. Pero al mismo tiempo el pacifismo ha derivado hacia un cuestionamiento de cualquier tipo de fuerza institucional, como la policía o el ejército. El pacifismo se ha ido escorando hacia planteamientos anarquistas o permisivistas. Y paradójicamente, en algunos casos ha derivado hacia  formas de violencia, incluso el terrorismo.

Hablemos del ecologismo...
Ha pasado algo parecido. Lo hemos reducido todo a los índices de contaminación. Y sigue faltando una concepción más renovada de lo que es la Naturaleza, que no es solo el conjunto de seres vivos que cubren la Tierra. Ese es su sentido romántico. Se refiere más bien a la lógica interna de cada realidad. Por ejemplo, cuando hablamos de la naturaleza del 'hombre' o la 'mujer' no nos referimos primordialmente a lo que son de hecho, sino a lo que racionalmente deben ser.
Del nacionalismo no podrá quejarse. En España se habla mucho de esto últimamente...
A mediado de los 80 yo esperaba un reverdecer del amor a lo genuino, a lo propio, al apegamiento a la tierra en su sentido más maternal y humano... el resultado ha sido una cosa política y sobre todo oportunista.

¿Lo dice por la situación en Cataluña? A Artur Mas se le acusa de oportunista
En el caso catalán es algo obvio: no niego que exista un sentimiento nacionalista auténtico, pero ahora se ha exacerbado como parte de un movimiento político para salvar una situación política desfavorable.

¿Por qué ese nacionalismo español?
No sólo ocurre aquí. Es un fenómeno recurrente en todo el mundo. Ahora sucede también en Grecia o Hungría. En situaciones muy malas, hay gente que propone soluciones que no son tales.

“El imperio de los sentimientos no es bueno en política”
¿Qué recursos tiene la sociedad para plantear otras alternativas a la gente desesperada?
El jurista Rafael Domingo proponía algo muy interesante. Distinguía haber tres planos de interdependencia: la región, el Estado y las grandes configuraciones supranacionales. La relación en estos tres planos debía estar basadas en leyes como la solidaridad, ese sentimiento de unidad que surge de los objetivos comunes, o el principio de subsidiariedad, es decir, que aquella necesidad que pueda satisfacer la unidad pequeña no lo haga la grande. Sería una alternativa, pero lo veo difícil, porque requiere pensar, y hay demasiada gente que no está interesada en eso.

Tras su reunión con Rajoy, Artur Mas, apelaba a los sentimientos del pueblo catalán. Decía que eso no lo podía cambiar nadie.
El imperio de los sentimientos no ha sido nada bueno ni para la política ni para la historia. Soy de Madrid, pero mi infancia transcurrió en Ribadesella. Me emociona escuchar una asturiana bien cantada... pero no daría un paso por anexionarme un pueblo de Cantabria. Sería ridículo. La emotividad nacionalista es un síntoma, y muy negativo. Te aferras a lo inmediato cuando no te queda otra cosa. Y lo más inmediato termina en el clan, el padrino, la mafia...

Aún así, usted cree que existe un nacionalismo, por así decirlo, “aceptable”.
Puede existir un nacionalismo con un amplio sentido cívico y una visión humanista. Ahí juega su papel la cultura. Últimamente leo mucho a Thomas Mann, uno de los grandes escritores de principios del siglo XX. Siendo muy alemán, no era nacionalista ni pensaba que su país fuera el summum. En su doktor Faustus, el personaje principal refleja el carácter demoníaco de ese tipo de nacionalismo.  Por eso era odiado por los nazis y tuvo que exiliarse. Y cuando terminó la guerra, se estableció en Suiza, no en Alemania. Cualquier manifestación cultural reducida para estos propósitos también lo tiene.

“Hay que tener mucho estómago para entrar en el PP o en el PSOE”
Además de estas disidencias nacionalistas, también han surgido movimientos sociales espontáneos que quieren regenerar la vida política.
El 15M me pilló en Madrid y pude observarlo de cerca. Una alumna mía participaba en el grupo coordinador y a través de ella confirmé una idea que ya tenía: se trataba de gente civilizada. El fenómeno me pareció interesante. La gente se daba cuenta de que debía participar, y no podía hacerlo a través de los partidos... porque no te dejan. Cuando uno entra en un partido, los demás militantes te ven como un rival, sobre todo si eres listo. Hay que tener mucho estómago para entrar en PP o PSOE

Se les acus& oacute; de ser de un movimiento para alterar la previsible victoria electoral del PP.
No parecían tener mucho interés en el resultado de las elecciones. Por lo que pude averiguar a través de mi alumna, detrás del 15M no estaba la izquierda como tal, sino muchos voluntarios de ONGs. El 15M apareció como un ideal de participación directa. El problema es que es muy difícil mantener algo así. Al final quedan los que quieren leña. Los otros se retiran. Una cosa que está fundada en las manifestaciones no se sostiene.

¿Cree que las nuevas tecnologías realizar el ideal la democracia directa?
Puede ayudar en el sentido instrumental, pero sólo los procedimientos no te cambian la sustancia. Lo más importante es la participación personal, el discurso y el nivel educativo de la gente que tienen que decidir entre lo bueno y lo malo. El español tiene sentido común. Establece la relación entre causa y efecto. Pero sería bueno que hubiera más lugares de reflexión. Yo soy partidario de los grupos pequeños. Es donde mejor se interactúa.

Usted ha sido profesor durante más de 40 años. ¿Cómo percibe la evolución del nivel académico de los estudiantes?
El bajón cultural ha sido impresionante. La descentralización de la educación ha resultado una medida patética. Me contaron de un profesor de Letras que preguntó a sus alumnos madrileños sobre la isla de Rodas. Nadie sabía dónde estaba. Pero sí sabían distinguir entre las ovejas churras y merinas, y conocían cuáles eran las cañadas de la Comunidad de Madrid... esto es un atentado.

Cuando usted daba clases ¿no había antologías del disparate similares?
En los últimos años que impartí clases de Filosofía me encontraba huecos formativos terribles. Por ejemplo, no podía pronunciar una palabra en latín o griego. Los alumnos no sabían de dónde venían esos términos. Puedes decir algunas cosas en inglés, idioma que interesa poco desde el punto de vista cultural; no así comercial.

Quizá el error sea identificar el latín sólo con los romanos o con la religión.
Sí, porque el latín se usó en el mundo de la cultura hasta bien entrado el siglo XIX. En cuanto termine esta entrevista comienzo un seminario sobre Kepler. Muchos no entienden qué interés tiene dedicar tiempo a Kepler, pero resulta interesantísimo conocer su búsqueda de la verdad acerca del movimiento de los planetas. Pues bien: este hombre sabía latín y griego por un tubo.

El gran fallo del catolicismo español ha sido la formación

Usted ha sido rector de una universidad de la Iglesia Católica, la Universidad de Navarra. ¿Cómo ve el estado del cristianismo en nuestra sociedad?
La llama del cristianismo nunca se va a apagar, pero bien es cierto que ahora se encuentra algo apocado. Está encerrado en sus propios límites, a menos que se produzca un evento como la JMJ, con todas sus manifestaciones lúdicas, además de espirituales. El clero secular joven parece más disciplinado y ortodoxo que el veterano. Pero el gran problema en este aspecto está en la falta de vocaciones de las órdenes religiosas. Ellas tienen en sus manos buena parte del cristianismo, a través de sus colegios.

¿Cuál es la causa de este “apocamiento del cristianismo” al que usted menciona?
El gran fallo del catolicismo español ha sido la formación. Lo he escuchado de muchos obispos. Lamentan que después de dos años de catequesis los niños no sepan explicar algo tan simple como por qué hay que ir a misa todos los domingos. En las catequesis se hacen más razonamientos sociológicos que teológicos. Eso es un fallo y se está corrigiendo.

Las encuestas dicen que los obispos son poco apreciados entre la sociedad española.
Con todo mi respeto y aprecio a los obispos, debo decir que yo me explico que sea así: mantienen un tipo de discurso muy críptico, poco inteligible, y sólo aparecen cuando tienen que prohibir una cosa. Y cuando llegan los problemas más populares... no comparecen. O al menos la gente no se entera de que han comparecido.

Se supone que el obispo se debe preocupar por la doctrina, más que por su imagen...
Pero la gente debe saber que, además de dar doctrina, los obispos también ayudan en el comedor de Cáritas, o que organizan los voluntarios que ayudan a paliar una catástrofe. Es bueno que también los vean allí. Quizá ellos temen ser acusados de “populistas” si hacen eso, pero en esta vida también hay que parecer, además de ser. La mayoría de los obispos todavía se presentan de una manera demasiado distante...

Los ‘cristianos anónimos’ como Fernando Savater

A pesar de todo, la sensibilidad moral de la sociedad es cristiana. Quizá de ahí provenga la persistente crítica a quienes tienen algo de poder: políticos, empresarios, obispos...

Efectivamente, es así. Eso se nota también en la gente aparentemente más contraria a la Iglesia. Incluso cuando lees a Fernando Savater te das cuenta de que se trata de una especie de “cristiano anónimo”. Es curioso: a algunos, cuando se hacen mayores, les sale lo que llevan dentro.

¿Qué es “lo cristiano” que tiene dentro el español?
Que no hay que que hacer daño, que la vida humana tiene un valor inmenso, que no hay que mentir, ni robar, que hay que fustigar al fariseísmo... el espa&ntild e;ol tiene un sentido piadoso de la vida. Es un país muy cristiano no sólo en su aspecto cultural, también en el ético o cívico. Eso está muy bien, siempre que no derive al fundamentalismo.

“Fundamentalismo contra grandeza cristiana”

¿Hay fundamentalismo cristiano?
Hay actitudes ultraconservadoras, como las que reflejan aquellos que centran todo su cristianismo en la lucha contra el aborto. Estoy totalmente en contra del aborto, pero cuando te dedicas exclusivamente a polemizar sobre este tema, te agotas frente a posturas de las cuales no se puede sacar mucho. Terminas igual que empezaste. Se logra más a través de vías positivas o culturales, mostrando la grandeza del cristianismo, de su tradición y su bondad intríns eca. Lo vemos en autores como Edith Stein, San Agustín o San Justino, el primero de los padres apologistas.

¿Por qué cree que el diablo es conservador, como usted ha escrito en un libro?
Porque aquellos que unen el enriquecimiento rápido y la moral formal hacen más daño que bien, y esto ocurre con buena parte de la derecha y de los católicos españoles. Obama es abortista, sí, pero los otros provocan también muchos abortos. Conocí a una cubana que decía: : “lo más grave de Fidel  no es que haya traído el comunismo, sino que permita a los negros bañarse en la misma playa que los blancos”.

Claro, así te puedes figurar por qué yo apoyaba a Fidel Castro... hasta que mató a un amigo mío cubano, el mismo que años atrás me había hecho simpatizante del castrismo. El diablo trata de convencernos de que las cosas no pueden cambiar. Pero él sí trata de cambiar las cosas... para mal. Y nuestro ángel de la guarda nos dice lo contrario.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Carta de Felipe Javier Arenas, un hombre abierto y valiente

Donde no hay ni sectarismo, ni adoctrinamiento, ni segregación....

Escrito por: Felipe Javier Arenas Silva el 16 Dic 2012 

Nos encontramos ahora en una coyuntura bastante difícil para los
centros concertados no mixtos(un total de doce en la comunidad
andaluza). La Junta de Andalucía intenta retirar el concierto a los
centros que opten por la educación diferenciada en unos tiempos en los
que hay que hacer un esfuerzo sobrehumano para sobrevivir. De ser así,
muchas familias tendrán que optar por elegir otro modelo educativo,
por meter a sus hijos en otros centros que sí puedan costearse.

Voy a hablarles desde la luz que arroja la experiencia. Al terminar la
secundaria, opté libremente por iniciar el preuniversitario en el
centro Altair, de educación diferenciada y además, perteneciente a la
obra corporativa del Opus Dei. De sobra saben los lectores asiduos a
mi blog mi ideología política y, conviene decir que no la oculté en
ningún momento a lo largo de mi vida; no soy yo quién más próximo esté
a la postura política generalizada en el Opus y no soy yo quién
entiende la vida de una forma espiritual como la entienden ellos. Sin
embargo, a pesar de todo ello siempre opté por el respeto.

No voy a negarles a ustedes que en un principio, me preocupaba que me
pudiesen bombardear día a día con catolicismo y que me intentasen
imponer una ideología que dista mucho de ser la mía. No obstante, sólo
estaba guiado por la opinión de personas que, en la mayoría de los
casos, no habían tenido relación alguna con centros de esta índole;
así que decidí comprobarlo por mi mismo.

En poco tiempo, el mito quedó derrumbado y calcinado; ni se
adoctrinaba ni se catolizaba; sólo se enseñaba y además, se enseñaba
bien, desde el respeto y en un ambiente idóneo para el trabajo,
aderezado además con el buen hacer de profesionales altamente
cualificados y esmerados en su labor. También está la parte humana;
Altair es un centro en el que, además de preparar muy bien tu futuro
en lo académico te enseñan a ser mejor persona. Siempre me sentí
arropado en un centro en el que no existen ni condiciones sociales ni
prejuicios por razones de sexo, religión o ideología. Todos allí saben
lo que soy y si lo saben es porque me sentía completamente libre para
expresar mi punto de vista y, además, siempre queda lo más importante:
por muy diferente que fuese su pensamiento, jamás fui despreciado ni
adoctrinado si no todo lo contrario.

Quizás, sin concierto, no habría podido acceder a Altair y me hubiera
perdido un centro en el que me han formado de una forma insuperable; y
muy orgulloso que me siento. Si la Junta de Andalucía y en especial,
su máximo responsable, Pepe Griñán (compañero de partido, por cierto)
es tan socialista como yo lo soy no privará a las futuras generaciones
de entrar en un centro que es, a todas luces, de lo mejor que hay en
enseñanza (y lo digo por las importantes personalidades que de allí
han salido y que, en este momento, se siguen forjando). No olvidemos
que Altair es un oasis en un barrio obrero que se halla bastante
deprimido; es una estrella que alumbra allá donde, de no ser por ella,
no habría si no oscuridad.

Hay que hacer menos caso a las opiniones viciadas de los sociólogos y
pedagogos que atacan sin piedad a un modelo educativo tan válido como
cualquiera. No olvidemos que el ministro Wert es sociólogo; ya ven lo
que hace...

Desde aquí pido a la Junta que no haga como el Gobierno Central y
recorte en Educación, porque sin duda ésto es un sesgo a la libertad
educativa. Y se educa muy bien en Altair, un centro que siempre podrá
contar con mi apoyo.

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martes, 18 de diciembre de 2012

¡Salvemos la economía de los economistas!


A sus 101 años de edad, Ronald Coase, premio Nobel de Economía en 1991, sigue activo. Mi colega del IESE Rafael Andreu me ha hecho llegar un artículo de una página que acaba de publicar la Harvard Business Review, en el número de diciembre de 2012, con un título en inglés cuya traducción en castellano viene a ser la que he puesto en esta entrada.
“La economía que presentan ahora los libros de texto y que se enseña en las clases no tiene mucho que ver con la dirección de empresas, y menos aún con la iniciativa emprendedora. El grado de aislamiento de los economistas respecto de la vida de las empresas es extraordinario y desafortunado”. Coase señala algunas de las causas de ese aislamiento: los economistas escriben para ellos mismos; su enfoque es demasiado teórico y se aleja de los problemas de la vida real; su enfoque, demasiado estático, se centra en laasignación de recursos, y sus instrumentos son demasiado abstractos y especulativos. “La separación de la economía respecto de la vida real ha dañado gravemente a la comunidad empresarial y a la disciplina académica”, de modo que, al final, se ha convertido en una herramienta para la gestión de la economía por el Estado. “Para esta disciplina es suicida el deslizamiento hacia una ciencia dura de la elección, ignorando las influencias de la sociedad, la historia, la cultura y la política en la operación de la economía”.
Me parece que alguna de las opiniones de Coase merecerían alguna precisión. Hay muchas “economías” científicas, y algunas de ellas trabajan cerca de los temas de la empresa y la iniciativa emprendedora, y prestan atención a los factores sociales, políticos y culturales. Pero, si no bajamos a detalles, Coase tiene razón. ¿Su conclusión? “El conocimiento vendrá solo si la economía puede reorientarse como el estudio del hombre, que eso es, y delsistema económico, tal como existe”.

martes, 11 de diciembre de 2012

Eliminación de "Educación de la ciudadanía"


Querido amigo,

Acabo de enviar al Ministro de Educación, D. José Ignacio Wert, un correo electrónico, a través de este enlace de la página web de Profesionales por la Ética, felicitándole por la eliminación definitiva de EpC, pidiéndole que mantenga esta decisión durante todo el proceso parlamentario y que conceda a los objetores la normalización académica. Es la mejor manera que tenemos de mostrar nuestro agradecimiento a los miles de padres y alumnos objetores que han luchado frente al adoctrinamiento escolar manteniendo su objeción de conciencia contra viento y marea;  es el momento de pedir que se haga justicia, de compensarles por la discriminación sufrida y de darle el valor que merece el esfuerzo que han  realizado en bien de todos.

Pincha aquí para enviar tú también ese correo.

Un abrazo,
Fernano

jueves, 6 de diciembre de 2012

"Ustedes son formidables"


Por Antonio Argandoña, Catedrático Economía Universidad de Barcelona, Ordinario del IESE
Este es el título de mi artículo de hoy en El Periódico (aquí), tomado de un programa de radio de la cadena SER de los años sesenta y setenta. Quiere ser un elogio de las personas, empresas e instituciones que lo están haciendo muy bien en esta crisis -en todas las crisis hay muchos “formidables”. Es una protesta, más o menos explícita, contra los que todo lo ven mal, no porque ellos lo vean mal, que están en su derecho, sino a los que lo hacen por una actitud, digamos, ideológica (si las cosas se están arreglando, hay menos razones para salir a la calle a protestar, para echar la culpa a otros, a los banqueros, a los políticos, a la señora Merkel o al capitalismo, que claro que tienen culpa, pero no solo ellos).
Son formidables las familias que están sosteniendo a sus miembros en paro, quejándose, como es lógico, pero sosteniéndolos. A las que ayudan a los vecinos con problemas, bien manifestándose contra los desahucios, bien dando su ayuda económica a un comedor de caridad o a unas personas necesitadas. A los trabajadores que, como las empresas tienen dificultades, aprietan los dientes, trabajan más y tratan de salir adelante, ellos y su empresa -quejándose, claro, pero trabajando más y mejor. Y a los que se aprietan el cinturón, que no están los tiempos para excesos.
Son formidables las empresas que, ante la caída de la demanda y del crédito, se han lanzado a explorar nuevos mercados (casi el 50% de las exportaciones españolas va ahora fuera de la Unión Europea), mantienen el empleo como pueden y siguen al pie del cañón. Como he dicho otras veces, son ellas las que nos sacarán del atolladero. Y aprovecho para recordar las fortalezas que se ocultan en ellas: buen tejido empresarial (no en todas partes, claro), capacidad de trabajar bien, mano de obra cualificada y productiva…
Hay más formidables. Y muchos contraformidables, si se me permite la expresión. Políticos que siguen jugando a la corrupción, porque su patrimonio es más importante que el bien común; banqueros que, a estas alturas, no han dado una explicación de cómo tomaban sus decisiones en los años de la burbuja y que no han sabido tener la gallardía de hacer frente al problema de los desahucios hasta que estos han estallado en la calle; gobernantes que no han dado explicaciones de sus errores y que no saben renunciar a sus objetivos personales o de partido para colaborar en la solución de los problemas de la sociedad; sindicatos que no han sabido hacer el examen de conciencia necesario para entender su parte de culpa en lo que ha pasado; familias dealtos ingresos que han reaccionado a la crisis con la actitud egoísta de sacar su dinero del país, no sea que tengan que pagar más impuestos…
Pero mi objetivo en el artículo citado no era criticar a los contraformidables, sino alabar a los formidables, y pedirles que aguanten, que sigan colaborando. Porque, al final, nos sacarán adelante a todos.

El joven de 23 años que habló muy claro a cardenales y obispos en el Vaticano



Del 7 al 28 de octubre de 2012 se tuvo en el Vaticano el sínodo de los obispos sobre el tema de la nueva evangelización en el tercer milenio. Cardenales y obispos católicos de todo el mundo pudieron exponer y discutir puntos de vista sobre este tema de tanta relevancia para la vida de la Iglesia católica.
 
Algunos laicos también pudieron participar como auditores. Uno de ellos fue Tommaso Spinelli, un joven italiano de 23 años que dejó con los ojos abiertos a todos los obispos presentes. Y es que Tommaso tiene claro que la evangelización pasa por los pastores, por los sacerdotes, de ahí que sus palabras hayan suscitado admiración y hayan dado materia para la reflexión.

No es lo habitual que un joven de 23 años les ponga las cosas claras a los obispos del mundo... ¿Qué fue lo que les dijo?, ¿qué es lo que espera un joven católico de la nueva evangelización? Este fue el discurso -por cierto muy breve- del participante más joven en el pasado Sínodo (una lectura especialmente recomendada para sacerdotes y personas consagradas):
 
***
"Mi reflexión quiere ser simplemente una ayuda para entender qué espera un joven de la nueva evangelización.
Vosotros sacerdotes -dirigiéndose a los obispos- habéis hablado sobre el papel de los laicos, yo que soy laico, quiero hablar a del papel de los sacerdotes.
Nosotros los jóvenes tenemos necesidad de guías fuertes, sólidos en su vocación y en su identidad. Es de vosotros, sacerdotes, de quien nosotros aprendemos a ser cristianos, y ahora que las familias están más desunidas, vuestro papel es todavía más importante para nosotros. Vosotros nos testimoniáis la fidelidad a una vocación, nos enseñáis la solidez en la vida y la posibilidad de elegir un modo alternativo de vivir, siendo éste más bello que el que nos propone la sociedad actual.

Mi experiencia testimonia que allí donde hay un sacerdote apasionado la comunidad, en poco tiempo, florece. La fe no ha perdido atractivo, pero es necesario que existan personas que la muestren como una elección seria, sensata y creíble.
 
Lo que me preocupa es que estos modelos se han convertido en una minoría. El sacerdote ha perdido confianza en la importancia de su propio ministerio, ha perdido carisma y cultura. Veo sacerdotes que interpretan "dedicarse a los jóvenes" con "travestirse de joven" o, peor aún, vivir el estilo de vida de los jóvenes. Y lo mismo en la liturgia: en el intento de hacerse originales se convierten en insignificantes.
 
Os pido el coraje de ser vosotros mismos. No temáis, porque allí donde seáis auténticamente sacerdotes, allí donde propongáis sin miedo la verdad de la fe, allí donde no tengáis miedo de enseñarnos a rezar... nosotros los jóvenes os seguiremos. Hacemos nuestras las palabras de Pedro: "Señor, ¿a quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna". Nosotros tenemos hambre de lo eterno, de lo verdadero.
 
Por tanto, propongo:
1) Aumentar la formación, no sólo espiritual, sino también cultural de los sacerdotes. Con demasiada frecuencia vemos a sacerdotes que han perdido el papel de maestros de cultura que les hacía importantes para toda la sociedad. Hoy, si queremos ser creíbles y útiles, debemos volver a tener buenas herramientas culturales.
2) Redescubrir el Catecismo de la Iglesia Católica en su carácter conciliar: en concreto la primera parte de cada sección, donde los documentos del Concilio iluminan los temas tradicionales. De hecho, el Catecismo pone con sabiduría como premisa a la explicación del Credo una parte inspirada en la Dei Verbum, en la que se explica la visión personalista de la revelación; a los sacramentos, la Sacrosantum Concilium, y a los mandamientos, la Lumen Gentium, que muestra al hombre creado a imagen de Dios. La primera parte de cada sección del Catecismo es fundamental para que el hombre de hoy sienta la fe como algo que le afecta de cerca y sea capaz de dar respuestas a sus preguntas más profundas.
3) Por último, la liturgia se olvida y se desacraliza con demasiada frecuencia: hay que volver a ponerla con dignidad en el centro de la comunidad parroquial.
Concluyo con las palabras que dieron inicio al nacimiento de la Europa Medieval: "Nosotros os queremos, dad prueba de vuestra santidad, del lenguaje correcto y de vuestra instrucción; de tal modo que cualquiera que vaya a vosotros se edifique con vuestro testimonio de vida y vuestra sabiduría (...) y regrese alegre dando gracias al Señor omnipotente" (De la carta Letteris Colendis de Carlo Magno al monasterio de Fulda, año 780). Gracias”.

Entrevista a Amparo Medina, ex guerrillera y ahora defensora de la vida

sábado, 24 de noviembre de 2012

El triunfo de los mediocres

 Por Antonio Fraguas de Pablos (Forges

Quienes me conocen saben de mis credos e idearios. Por encima de éstos, creo que ha llegado la hora de ser sincero. Es, de todo punto, necesario hacer un profundo y sincero ejercicio de autocrí­tica, tomando, sin que sirva de precedente, la seriedad por bandera.

               Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo.

               Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra baterí­a de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle para protestar los unos contra los otros.

               Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel.

               Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un paí­s mediocre. Ningún paí­s alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.

               Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que la hay. Tan solo porque son de los nuestros.

               Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado  natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.

               Mediocre es un paí­s donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al dí­a frente a un televisor que muestra principalmente basura.

               Mediocre es un paí­s que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos mí­nimos conocimientos sobre polí­tica internacional.

               Mediocre es el único paí­s del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo.

               Mediocre es un paí­s que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.

               Mediocre es un paí­s que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.

               Mediocre es un paí­s con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un paí­s vecino bromean sobre sus deportistas.

               Mediocre es un paí­s donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada - o cuando no robada impunemente - y la independencia sancionada.

               Mediocre es un paí­s en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes polí­ticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Polí­tica el más relevante modo de vida.

               Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por polí­ticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.

               Mediocre es un paí­s que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: o marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.

               Es Mediocre un paí­s, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo.

              

Una narración como la de un evangelista


Entrevista a Bernardo Estrada, profesor de Sagrada Escritura


¿Cómo cambia la forma de ver la infancia de Jesús el libro del Papa?
        –El libro no contiene grandes novedades, pero completa la imagen de Jesús que teníamos con los libros anteriores, dedicados a la vida pública, a la Pasión y a la Resurrección. Faltaba que Benedicto XVI analizara los llamados Evangelios de la infancia. Se trata de narraciones sugestivas, realizadas por los evangelistas Mateo y Lucas. Este volumen muestra que la fe cristiana está anclada en la historia: son hechos que realmente sucedieron.
¿Despejará el libro las dudas de algunos sobre la figura de Cristo como hombre?
        –Ayuda a superar las dificultades que plantea el conocimiento de la infancia de Jesús. Hay quienes decían que se trataba de una historia inventada, pero el Papa hace ver como estudioso que lo que dijeron los evangelistas es cierto. Constataron los hechos y luego fueron al Antiguo Testamento para intentar explicárselos. No se inventaron nada, tienen sus fuentes. En el caso de Mateo, derivan de San José, y en el de Lucas, de la Virgen María.
¿Puede haber sido alterada la narración de San José y de la Virgen María hasta que llegó a los evangelistas debido a los intermediarios?
        –Ésta es la misma pregunta que surge con el resto de los Evangelios. Existe un riesgo de que se perdieran anécdotas, pero siempre se transmitía la verdad fundamental. Con los hechos principales de la infancia de Jesús, es muy remoto el riesgo de que haya habido cambios en las cosas importantes. Vemos esta situación en todos los Evangelios: se cuentan los mismos hechos fundamentales, aunque cambian algo los detalles.
¿Puede entenderse sin recurrir a la fe que Jesús fuera concebido sin que la Virgen conociese varón?
        –Es difícil. Los milagros despiertan la incredulidad porque superan nuestra capacidad de conocimiento y nuestra razón. Requieren de la fe. Dios, el creador del orden natural, puede cambiar las reglas cuando quiere decirnos algo.
Además de los Evangelios, ¿hay otros textos que nos permitan conocer la infancia de Jesús?
        –La Iglesia primitiva quería saber más sobre los primeros años de Jesús, como vemos en los Evangelios apócrifos. El hecho de no ser canónicos no significa por fuerza que el contenido de todos ellos sea falso. El Protoevangelio de Santiago, por ejemplo, nos informa del nombre de los padres de la Virgen María, San Joaquín y Santa Ana. Tienen cierto valor histórico, aunque no contienen mensaje de fe. Hay otros Evangelios apócrifos que presentan a un Jesús niño que hace milagros, lo que no es correcto.
¿Dónde hay que ubicar este libro dentro de la obra de Ratzinger?
        –Completa su trilogía sobre Jesús. El Papa ha hecho como los evangelistas, narrando al final el relato de la infancia. Los primeros Evangelios que se escribieron contaban la Resurrección, porque era lo que salvaba. La predicación empieza ahí. Luego viene el interés por conocer la figura de Jesús y sus palabras, como las parábolas, que tienen un fuerte impacto retórico y son convincentes. Por último viene la infancia. El Papa cierra con este libro su trilogía, a la que ha dedicado nueve años de trabajo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

¿De quién nos podemos fiar?


Por Juan García Inza    

Confieso que estoy un poco confuso cuando trato de descubrir por que caminos transitan  nuestro políticos. En el espectro ideológico hay de todos los colores, pero me da la impresión que hay un patrón común, una falsilla, en la que cada cual coloca sus matices, pero sin grandes diferencias en el terreno moral. Todos conocemos lo que defendía el PSOE de Zapatero, pero no conocemos a ciencia cierta lo que defiende el PP de Rajoy en este terreno.
                 Sigue habiendo abortos legales, la clase de Religión sigue discriminada, el matrimonio está a la intemperie y pueden acceder con este nombre todo aquel que se invente cualquier tipo de unión, el Tribunal Constitucional resuelve contra la Constitución en esta materia, los jóvenes siguen yendo a la deriva en muchos ambientes... , hay delitos que se quedan impunes etc.  Y uno piensa si será verdad que lo más importante es la economía, y lo demás puede esperar.
                 Cuando escuchas a un experto en sectas, como lo es D. Manuel Guerra, que tanto en la izquierda como en la derecha está infiltrada la Masonería, y que  Zapatero como Rajoy son masones (entrevista mantenida con D. Manuel Guerra en “Intereconomía” y publicada en distintos medios), y que en las cúpulas de los partidos predomina la ideología masónica, uno ya no sabe que pensar, que hacer y qué votar. ¿Todos los “perros” son iguales aunque con distintos collares?  
                ¿Se prometen cosas en campañas que después se quedan sin cumplir? Y no hablo de economía, hay algo más importante que está en la base de los problemas que estamos padeciendo. No hablo tampoco de política que no es lo mío, pero sí hablo de Etica, Moral, Humanismo , dignidad de la persona humana... Tenemos que andar con campañas mediáticas emprendidas por iniciativas  privadas para intentar forzar el cumplimiento de leyes constitucionales que defienda al ser humano, y las instituciones acordes con su dignidad. ¿Para qué están las Cortes y el Defensor del pueblo?
                Cuando se defiende la vida, o el matrimonio, enseguida salta la “alarma” hipócrita que pone en guardia a la población asegurando que estas son cuestiones religiosas que se deben recluir en el rincón más oscuro de la conciencia. Señores ideólogos de turno, apaguen las alarmas y recurran a la voz más genuina que brota de su interior, y observen si de verdad es humano matar a seres inocentes e indefensos, si es lógico que a la unión afectiva de dos hombres, o dos mujeres, se le puede llamar matrimonio, suprimiendo de un plumazo, de un decretazo,  el origen de una  institución que se pierde en la noche de los tiempos.
                Necesitamos políticos con criterio definido, que defiendan un humanismo respetuoso con la suprema dignidad del hombre, y que no nos confundan con tergiversaciones interesadas y tendenciosas. Los que pensamos así defendemos al ser humano desde su concepción hasta su fin natural, defendemos la libertad para que cada uno enfoque su vida de acuerdo con sus creencias sin atentar contra el orden natural, defendemos el matrimonio y la familia, defendemos nuestra Religión que necesariamente ha de influir en nuestro modo de pensar y actuar,  defendemos a una España que hunde sus raíces en una concepción cristiana de la vida, y profesamos nuestra fe inquebrantable en Dios, respetando a los que piensen lo contrario.
Juan García Inza

¿Qué le pasa a la ONU?

   Por    Stefano Gennarini, J.D       La ONU pierde credibilidad con cada informe que publica. Esta vez, la oficina de derechos humanos de ...