Páginas vistas

domingo, 30 de enero de 2011

HUMANO: LO QUE NOS HACE ÚNICOS


  Por Alberto Carrara

 ¿Qué nos hace humanos? ¿Qué nos hace diferentes de los demás animales? ¿Son únicos los cerebros humanos? ¿De dónde viene toda la riqueza y variedad de potencialidades que el ser humano posee y expresa en el arte, en la música, en la filosofía y en la literatura, en la ciencia y en la tecnología, en la economía y en la política?

        Estas son algunas de las preguntas a las que libro reciente de Michael S. Gazzaniga, titulado en español ¿Qué nos hace humanos? (original ingles: Human: The Science Behind What Makes Us Unique, Harper Collins, New York 2008), trata de responder. En las casi quinientas páginas del volumen, ese pionero de la flamante rama de la neurociencia cognitiva va desarrollando una perspectiva antropológica fundada en los descubrimientos más recientes de la investigación acerca del cerebro humano.

        Michael S. Gazzaniga, considerado el “padre” de la moderna neurociencia cognitiva, ha escrito mucho en su 70 años de vida. La revista italiana Mente & Cervello, en una entrevista reciente acerca del citado volumen, sintetiza la genialidad de este hombre apasionado por la verdad: “científico, divulgador, director de un centro para el estudio de la mente, Michael Gazzaniga se mueve entre biología y filosofía para encontrar el misterio de la unicidad del cerebro humano, una maravillosa máquina que nos permite dominar el mundo” (revista Mente & Cervello, n. 66, junio de 2010).

        No se pueden entender a fondo las interpretaciones actuales sobre los avances de la neurociencia sin tomar en cuenta la figura poliédrica de este investigador ítalo-americano que dedicó literalmente su existencia a comprender, desde la ciencia empírica neuronal, lo que distingue y distancia la especie humana de los demás animales.

        ¿Quién es Michael Gazzaniga? ¿Qué aporta a la humanidad? ¿Qué interpretación del ser humano propone a la luz de las neurociencias? Y, sobre todo, ¿por qué su pensamiento resulta tan relevante hoy en día?

        No es nada fácil esbozar los rasgos más sobresalientes de este científico. Sus obras, en realidad, presentan un enfoque provocativo sobre la constitución e interpretación misma de lo que es el hombre.

        Empecemos por el perfil biográfico. Michael S. Gazzaniga nació el 12 de diciembre de 1939 en Estados Unidos. Procedente de abuelos italianos, después de concluir la carrera de psicología realizada al Dartmouth College, Gazzaniga consiguió el doctorado de investigación en psicobiología en el California Institute of Technology. Sus estudios acerca del así llamado split-brain (cerebros divididos), realizados bajo la guía del premio Nobel Roger Sperry, le ganaron notoriedad y prestigio en el sector neurocientífico. Gracias a estos estudios Gazzaniga contribuyó a vislumbrar los mecanismos cerebrales atribuidos a cada uno de nuestros hemisferios. Con el pasar de los años Gazzaniga se dedicó también a los aspectos más especulativos de las neurociencias proponiendo un modelo propio de explicación de la conciencia y de la identidad personal.

        El interés por los aspectos filosóficos del estudio sobre la mente le llevó, primero, a fundar y dirigir el SAGE Center for Cognitive Neuroscience de la Universidad de California en Santa Bárbara; y después, a asumir en 2005 el cargo de consejero del Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica para las cuestiones de bioética. Gazzaniga es también director del proyecto federal del mismo país sobre el derecho y la neurociencia (Law and Neuroscience).

        Neurocientífico de fama mundial, con más de 200 publicaciones científicas y decenas de libros escritos, Gazzaniga es considerado el “padre” de las neurociencias cognitivas. Haciendo una lectura reflexiva de sus obras se reconoce que estamos ante un pionero en el estudio de las relaciones mente-cerebro, alguien que ha hecho por la mente lo que Steven Hawking ha hecho por el estudio del cosmos.

        Su habilidad como científico consiste en lograr una unificación del saber y del mismo ser humano a través del objeto de su estudio y de toda su vida: el cerebro. Esto se demuestra de manera magistral en las más de quinientas páginas de su obra sintética ¿Qué nos hace humanos?

        El propósito de Gazzaniga está en el título mismo del artículo que Arne Rasmusson escribió en la revista Neuroethics: “Neuroethics as a Brain-Based Philosophy of Life: The Case of Michael S. Gazzaniga” (Neuroethics, n. 2, 2009, pp. 3-11). Para Gazzaniga, la neuroética centrada en el cerebro acabará por sustituir todos los sistemas de creencias irracionales características, por ejemplo, de las religiones y de la política. La posibilidad de llegar a explicar todas las dimensiones constitutivas del ser humano, empezando y terminando con y en el cerebro, constituye la firme creencia y esperanza del neurocientífico norteamericano.

        En su precedente libro, La mente ética, Gazzaniga hablaba de manera abierta de esta filosofía de vida neurocéntrica que acabó por perfeccionar en la interpretación antropológica sumamente reduccionista y materialista de Human.

        Bajo un enfoque holístico, en los 4 grandes apartados del índice del libro, que suman al final 9 capítulos, Gazzaniga trata de presentar su comprensión de la condición humana a la luz de las perspectivas biológica, psicológica y social de nuestra especie.

        El hombre está en el centro del universo: ésta es la primera creencia de Gazzaniga, que propone una moderna visión antropocéntrica fundada en el convencimiento de que el largo proceso evolutivo ha producido con el cerebro humano la máquina más eficaz, es decir, el órgano que nos permite, de facto, dominar la naturaleza. Al final, el hombre no es otra cosa que su cerebro.

        Según el neurocientífico americano, hay una verdadera escala jerárquica entre los seres vivientes, pero las razones de las capacidades únicas que el ser humano posee, desde su racionalidad hasta su habilidad artística, desde su espiritualidad hasta su conciencia, serían reducibles a la mera materialidad y estructuración evolutiva del órgano cerebral.

        ¿Qué filosofía se esconde detrás de este pensador? Analizando sus escritos, buscando entre líneas y, sobre todo, escrutando la bibliografía que utiliza, se puede deducir, con buena probabilidad, el influjo del filósofo y científico Charles Sanders Peirce (1839-1914), “padre” de la corriente de pensamiento denominada pragmatismo, en las obras de Gazzaniga.

        Las teorías filosóficas de Peirce, matemático, filósofo y semiólogo estadounidense, juegan un papel relevantes en los escritos de Gazzaniga, en manera particular en la obra titulada: El intérprete. El mensaje que emerge del texto en consideración es que la porción de nuestro hemisferio izquierdo cerebral, denominada intérprete, es la estructura biológica responsable de darnos el sentido de los acontecimientos y de los hechos de la realidad. No extraña, entonces, el hecho de que fue Peirce el primero en distinguir filosóficamente entre intérprete e interpretante. Tal distinción está a la base de la teoría pragmática que no deja a nuestro intelecto humano la posibilidad de poder separar el conocimiento objetivo de la realidad de la acción eficaz que hay que obrar en ella.

        El modelo neurocéntrico de Gazzaniga es un verdadero compendio de ciencia empírica plasmada por las corrientes filosóficas contemporáneas que comprenden la filosofía post-analítica, el funcionalismo, el “eliminativismo”, y que desembocaron con el relativismo pragmático peculiar de este autor.

        Concluyendo, se podrían sintetizar así las respuestas a las preguntas iniciales: Michael Gazzaniga es un neurocientífico de fama mundial, reconocido y estimado, un profundo conocedor de la biología del cerebro que ha aportado notables contribuciones a la clínica neuropsicológica y neuropsiquiátrica pero que ve al ser humano como un producto de la evolución biológica, punto culmen de un proceso que en su desarrollo ha asignado al hombre un lugar único y privilegiado del universo.

        El pensamiento de este autor tiene tanto éxito porque trata de presentar, a la luz de la ciencia, todas las dimensiones peculiares de lo “humano” que desde siempre quedaban bajo un velo de misterio.

        Tras una lectura agradable, emocionante y estimulante de la obra ¿Qué nos hace humanos?, queda una pregunta: ¿de verdad la interpretación de Gazzaniga da sentido en su totalidad a la persona humana?

        Si no se distinguen las diversas realidades de la persona humana, reconociendo a la vez su complejidad, todo se volverá homogéneo, horizontal, simple, controlable y manipulable. El “alma” se equiparará al “yo”, y el “yo” al cerebro, y será el espíritu tecnicista a prevalecer y a reducir el hombre a una materialidad que ni siquiera corresponde a la de un animal viviente. Entonces la mentalidad difundida hoy día seguirá considerando los problemas y los fenómenos que tienen que ver con la vida interior sólo desde un punto de vista psicológico, e incluso meramente neurológico.

        El de Michael S. Gazzaniga es un viaje fascinante y apasionante que no deja de suscitar preguntas, aclaraciones y, como todos esfuerzos científicos que pretendan vislumbrar más la verdad acerca de nuestra intima identidad, soluciones no definitorias. La vía, siempre ardua, de la antropología es un camino no fácil que todo hombre está llamado a recorrer en primera persona. Hay que lanzarse, sin pasividad, apostando toda la plenitud de nuestra racionalidad, sin tenerle miedo a la posibilidad de que nuestra inteligencia sea capaz de ir más allá de lo empírico.

El Papa propone un 'estilo cristiano' de usar internet

sábado, 29 de enero de 2011

Las niñas quieren ser princesas: menores en una sociedad sexualizada


Por Cristina Abad Cadenas

(foto: "niñas sexys en Vogue")

En los años ochenta, Joaquín Sabina cantaba “las niñas ya no quieren ser princesas”. Era en plena eclosión del feminismo. Hoy, cuando parece haberse alcanzado, si no la cima de la igualdad, al menos una cota elevada, ocurre paradójicamente lo contrario. Vuelven las princesas, pero éstas han perdido la inocencia de los cuentos infantiles. Son princesas de cuentos para mayores.

En el número de diciembre-enero de la revista Vogue la polémica tomó la portada. Tres niñas de entre cinco y siete años desafiaban con actitud provocativa a los lectores, luciendo modelitos, joyas, zapatos de tacón y complementos de Versace, Yves Saint Laurent, Bulgari, Boucheron, Balmain o Louboutin. La publicación de estas fotos le ha valido la dimisión a la directora de Vogue París, Carine Roitfeld, y ha generado una buena polémica. ¿Dónde establecemos la frontera entre la ingenuidad de disfrazarse de mamá y la procacidad de las lolitas? ¿Dónde está el límite ético del periodismo?

Juan Manuel Bellver, corresponsal de El Mundo en París, lo recoge así en su reportaje: “Este juego en el que las hijas deciden robarle la ropa a sus madres y embadurnarse con su maquillaje aparentando ser, por unas horas, unas elegantes damitas, se ha dado toda la vida. Pero la frontera entre lo naif y lo procaz puede ser muy sutil en estos casos y hay quien ha visto en la realización de las fotos poses forzadas, enormes escotes, tacones de aguja y ceñidos vestidos de mujer fatal fuera de lugar a tan tierna edad”.
Quizá la reacción de protesta sea el final de un clamor que va in crescendo desde hace algún tiempo.

Preparadas para comprar
Natasha Walter, impulsora del nuevo feminismo, en su libro Muñecas vivientes, publicado hace unos meses, se lamenta: “No me imaginaba que acabaríamos así: las muñecas han tomado la vida de las niñas, e incluso de las mujeres. (…) La división entre el mundo rosa de las niñas y el mundo azul de los niños no sólo sigue existiendo sino que en esta generación se está extremando más que nunca. Vivir una vida de muñeca parece haberse convertido en la aspiración de muchas jóvenes, que en cuanto salen de la infancia se embarcan en el proyecto de conquistar la imagen teñida, depilada y bronceada de una Bratz o una Barbie a base de arreglarse, ponerse a dieta e ir de compras. Sin un cambio económico y político profundo, lo que vemos cuando miramos a nuestro alrededor no es la igualdad que buscábamos; es una revolución estancada”.

Peggy Orenstein en La Cenicienta se comió a mi hija, publicación que ve la luz editorial en estos días, relata cómo en el año 2000 un ejecutivo de Disney llamado Andy Mooney acudió a un espectáculo y se vio rodeado de niñas con trajes de princesa hechos en casa. De ahí surgió la línea “Princesa” de Disney, que actualmente coloca en el mercado más de 26.000 artículos de la princesa de Disney, y que en 2009, generó ventas por valor de cuatro mil millones de dólares.

“¿Es todo esto ‘rosa’ realmente necesario?”, se pregunta Orenstein. “Sólo si quieres hacer dinero”, responde.

Cabe sospechar que detrás de ambos libros subyace la crítica feminista al hecho de que naturalmente niños y niñas sigan prefiriendo opciones de juego diferenciadas. Y es cierto. Sin embargo, también lo es que el bombardeo publicitario es excesivo y reduccionista y que las niñas de hoy desarrollan gustos y asumen poses de mayores demasiado temprano.

Muñecas rotas
El ídolo de muchas niñas de todo el mundo ya no es Minnie Mouse, sino otros personajes más sofisticados de Disney Channel, como Hannah Montana (Miley Cirus) o Sunny entre estrellas(Demi Lovato). Ambas actrices, junto con otras como Lindsay Lohan o, yendo más atrás en el tiempo, Britney Spears, engrosan hoy el estante de las muñecas rotas de Disney y ejercen una poderosa influencia sobre el público infantil.
Cuando alcanzan la pubertad, estas niñas que apenas vieron dibujos infantiles se convierten en consumidoras de revistas para adolescentes y de series como las españolas Física o QuímicaAl salir de clase, o las americanas Skins o Gossip Girl, donde el culto al físico, la irresponsabilidad de los adultos, el divorcio de los padres, la pérdida de la virginidad y el consumo de alcohol y de drogas, son temas centrales.

Muchas veces estos productos son vistos a través de Internet, en sesiones maratonianas y fuera del alcance de los progenitores, y compartidos en foros y redes sociales. Y aunque a nadie le gustaría vivir sus ajetreadas vidas, sus protagonistas generan empatía en los telespectadores jóvenes y transmiten la sensación de que lo que piensan y hacen es lo normal o lo que está de moda.

Una sociedad erotizada
Zac Alstin, del Instituto de Bioética Southern Cross en Adelaida (Australia), llega al fondo en un reportaje publicado en MercatorNet.com que lleva por título “La defensa de los niños contra la cultura erotizada de los adultos”. En él llama la atención sobre la preocupación de instancias como la American Psychological Association, un comité del Senado de Australia o el Ministerio del Interior británico con respecto a la sexualización de las niñas, que relacionan con problemas de salud mental como trastornos alimentarios, baja autoestima y depresión.

El corazón del problema, según Alstin, es que los niños –personas cultural, física y mentalmente demasiado jóvenes como para participar en la cultura sexual de los adultos– se han moldeado y modelado para que coincidan con una cultura de adultos erotizada.

Sin embargo, su raíz está en la sexualización de los adultos. Los medios de comunicación y la publicidad inundan de erotismo la sociedad y la cultura. El sexo vende. En las últimas décadas –observa Alstin– la vida adulta ha sufrido cambios significativos en este contexto. Existen tres factores clave: el retraso de la edad del primer matrimonio, el aumento de la edad de los padres, y la disminución de la edad de la primera relación sexual. “Si los jóvenes pueden esperar a tener su primera experiencia a los dieciséis años, pero se casan y tienen hijos mucho más tarde, es evidente que el sexo no se limita al contexto del matrimonio y la procreación”.

Cuando el sexo es parte del paquete de casarse y tener hijos está sujeto a un conjunto más estricto de responsabilidades: ingresos, vivienda, estabilidad, etc. El sexo se convierte en un aspecto más de un compromiso de por vida con otra persona. “Pero si el sexo se separa de todas estas condiciones, nos quedamos con un acto meramente natural y agradable, que está limitado solo por las elecciones y oportunidades de la vida. Esta es la forma idealizada del sexo en el mundo moderno. Todo lo que queda es maximizar el propio potencial, cultivando los atributos sexuales más deseables en la sociedad actual”.

Como los mayores
En este marco, la sexualización de los niños genera conflicto, señala Alstin, “porque la visión del sexo que promueve nuestra cultura es tan libre de limitaciones y responsabilidades, que no hay nada, en principio, que disuada o evite que los niños se socialicen en él”. Después de todo, “los requisitos para tener relaciones sexuales según esta forma idealizada, no son más que el consentimiento y la oportunidad”.
Si en los mayores el sexo se separa del compromiso y de la constitución de una familia, los niños se limitarán a buscar “la apariencia de los ideales sexuales promovidos por nuestra cultura: la moda, el físico, la pose. (...) Nuestra cultura no les exige ser mayores de edad, sólo parecerse a ellos”.

Si la sexualización de los niños es una extensión lógica de nuestra cultura sexual actual –concluye Alstin–, la defensa de la inocencia infantil se convierte en un verdadero movimiento contracultural. Una campaña donde se ataque tanto la pedofilia como la hipersexualización de la cultura que nos rodea.

Y esa batalla le toca sobre todo a los padres.

viernes, 28 de enero de 2011

Autoridades políticas estadounidenses buscan modo de suspender el financiamiento a las Naciones Unidas


 (en la foto, equipo de C-FAM)
WASHINGTON, 28 de enero (C-FAM) Miembros del Congreso se reunieron esta semana para tratar la suspensión de algunas contribuciones a las Naciones Unidas hasta tanto incorpore «drásticas» reformas para prevenir la corrupción y permitir el financiamiento voluntario.
Estados Unidos es el mayor donante de la ONU; cubre casi un cuarto del presupuesto anual de operaciones de la Organización, lo cual no incluye los fondos adicionales que este país provee para las operaciones de mantenimiento de la paz. Los legisladores estadounidenses presionan para que se amplíen los recortes, ya que buscan reducir el déficit presupuestario nacional. 
La representante estadounidense Ileana Ros-Lehtinen, flamante presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, presionó por conseguir «primero la reforma y después el pago» y no anduvo con rodeos sobre su descontento acerca del polémico Consejo de Derechos Humanos de la ONU. 
«Quisiera asegurarme de que de una vez por todas acabemos con todo financiamiento estadounidense a esa bestia», dijo Ros-Lehtinen.
La reforma propuesta por Ros-Lehtinen permitirá a Estados Unidos elegir los proyectos y las actividades que estén en consonancia con los intereses del país y fomentará una mayor transparencia ya que «cada mandato, actividad, programa y subprograma de la ONU, país por país y función por función, debe ser justificado por separado».
Efectivamente, los escándalos de corrupción siguen infestando la ONU. En la actualidad, el principal investigador de este organismo está siendo investigado por represalias en contra de quienes denuncian casos de corrupción. 
A raíz del abrumador déficit federal, otros formuladores de políticas estadounidenses examinan detalladamente el financiamiento de la ONU por parte de su país. En el transcurso de la primera jornada de sesiones de la Cámara baja, el representante Cliff Stearns propuso una medida por la que solicitaba al Congreso que se negara el empleo de fondos federales para el «diseño, renovación, construcción o alquiler de cualquier sede para las Naciones Unidas en cualquier localidad de Estados Unidos», a menos que el presidente Obama «emita al Congreso un certificado de que las Naciones Unidas ha adoptado las mejores prácticas internacionalmente reconocidas en materia de contratos y adquisiciones».
Otro proyecto de ley presentado este mes por el representante republicano de Texas Kevin Brady demanda una reducción del 10% en las contribuciones voluntarias.
Los legisladores estadounidenses retuvieron el financiamiento a la ONU en otros tiempos. En la década del 90, el entonces presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Jesse Helms, logró bloquear toda subvención a la ONU por un largo período. 
A pesar de que el secretario general de la ONU Ban Ki-moon declaró públicamente que está seguro de que se mantendrá el nivel de financiamiento, algunos informes de los medios dan indicios de que Ban estaba ansioso por reunirse con los líderes del Congreso para presentar sus argumentos a favor del apoyo absoluto e ininterrumpido a las Naciones Unidas. 
Wendy Wright, de la organización Concerned Women for America, dijo a Friday Fax: «Los funcionarios de la ONU han vivido bien a expensas de los tributantes estadounidenses». Wright expresó su apoyo a las reformas de Ros-Lehtinen al afirmar: «Es tiempo de transparencia y rendición de cuentas, y del fin del fraude del despilfarro y de los excesos en la ONU». 
Las contribuciones a las Naciones Unidas deben ser financiadas mediante planes de gastos anuales aprobados por el Congreso y están sujetas a la ratificación tanto de la Cámara baja como del Senado. Ros-Lehtinen prometió que la reunión de esta semana es sólo la primera de una serie de consultas que el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes realizará respecto del financiamiento a la ONU.

martes, 25 de enero de 2011

LOS SOFISTAS

Por Alejandro Llano


Especializados en convertir el argumento más débil en la razón más fuerte, los sofistas manejan el lenguaje como un instrumento puramente utilitario para convencer a los demás de aquello que a los propios sofistas les conviene. Hablar ya no es una actividad que esté al servicio del encuentro con la verdad, sino que se encamina al logro del poder. Parecen sabios, pero no lo son. Tampoco el sofista se identifica con el retórico. El retórico trata de hacer verosímil lo verdadero, mientras que el sofista intenta hacer verosímil lo falso.

A los sofistas griegos, Platón los llamó mercaderes ambulantes de golosinas del alma. Ahora bien, su vigencia no se limita a la antigüedad clásica. Los sofistas han revivido y hoy se los encuentra por todas partes. Expenden ideas-basura, comida rápida para alimentar mentes adocenadas por medios de comunicación que ocultan datos y —por poner un caso reciente— han pasado de ser periódicos de referencia a prensa amarilla, según ha dicho Hermann Tertsch acerca de un diario madrileño del que tuvo que salir por atreverse a decir la verdad.\"\"

En la España actual la sofística ha dejado de ser una curiosa anomalía para convertirse en un fenómeno global. Los discursos de muchos personajes cercanos al Gobierno constituyen ejemplos de constantes atentados a la lógica y al sentido común. Cuanto más próximos parece que se encuentran a la verdad, más niegan la evidencia. La reciente declaración de Manuel Conthe en el Congreso representó una valiente excepción. Habló de presiones sobre el organismo regulador del mercado de valores y apuntó cuál era el origen de semejantes extorsiones. Pero, desde el punto de vista del ambiente informativo, también esta excepción vino a confirmar la regla. Porque inmediatamente, esa misma noche, los medios paraoficiales manipulaban sus palabras y tergiversaban sus ideas. Aquí no ha pasado nada. Los socialistas seguimos siendo tan honrados como antes y nunca hemos roto un plato.

El gran maestro de sofistas, el gurú de la confusión mental, es el presidente del Gobierno. No se sabe cómo, pero cuando la realidad refuta sus palabras, se las apaña para hacer ver a muchos que en rigor ha sucedido lo que él anunciaba y que, por lo tanto, continuará por el mismo camino. Cuando surja el próximo encontronazo con los hechos, ya encontrará otro modo de ejercitar sus artes de ilusionista. Y, si los hechos no concuerdan con sus palabras, ¡peor para los hechos! Al fin y al cabo la tajante diferencia entre la verdad y el error, entre el bien y el mal, entre lo útil y lo perjudicial para el país, todo eso corresponde a un modo rígido y superado de pensar. Él es más comprensivo, más flexible, conecta mejor con el sentir de amplios sectores de la población española.

Y lo peor es que esto último parece ser cierto. En los dos programas de preguntas a Zapatero y a Rajoy, lo más penoso fue precisamente el modo de razonar de la mayor parte de un público presuntamente seleccionado por procedimientos sociológicos neutrales. Salvo contados casos, ofrecieron un panorama de planteamientos económicamente interesados, talantes foscos, actitudes sentimentales y notoria incapacidad para la réplica. Si tal es el retrato robot del español medio, nuestros actuales gobernantes tienen por delante una larga vida política.

El único modo de romper tal círculo vicioso es la formación intelectual y la cultura política. Pero esta educación para la esfera pública tendremos que buscarla cada uno por nuestra cuenta —o trabajar para adquirirla en pequeños grupos más o menos clandestinos— porque lo que nos llegue por vía oficial y burocrática vendrá ya empapado del aroma de la sofística. Siempre se ha pensado que la clave para la educación de todo un pueblo es el bachillerato. Ahora bien, la confusa reforma de este ciclo escolar, tal como estos días se anuncia, no promete nada bueno ni desde el punto de vista de la enseñanza ni desde la perspectiva del civismo. Lamentablemente, la educación se está convirtiendo, cada día más, en adiestramiento y domesticación con creciente ausencia de aprendizaje de las ciencias teóricas y de las humanidades.

Como se trata de una perspectiva dilatada, de un largo camino por recorrer, deberíamos procurar entre tanto no acoger acríticamente las versiones convencionales de las ideas y los acontecimientos. El tópico, el lugar común, es la muerte en flor del pensamiento libre. Lo políticamente correcto nos acogota y empequeñece nuestra talla ciudadana. Sócrates pagó bien cara su disidencia respecto a los sofistas. Pero su conducta sigue iluminando nuestra civilización. Desconfiemos de los panfletos de autoayuda y de los bestsellers de divulgación. Busquemos la mejor calidad intelectual que seamos capaces de asimilar. El mercado laboral se afana por contratar talentos. Pero esa excelencia intelectual sólo la roza quien se decide a pensar por cuenta propia.

domingo, 23 de enero de 2011

jueves, 20 de enero de 2011

ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN ECONÓMICA ACTUAL

Reproducimos un video realizado por el Gabinete de Tele-Educación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). El ponente es Julián Pavón, catedrático y Director de CEPADE (Centro de Estudios de Postgrado de Administración de Empresas de la UPM), sobre la imposible -y, sin embargo, real- resurreción de Keynes y su teoría económica de la Demanda Global ante la actual situación de crisis generalizada, con especial riesgo para algunos países europeos.

CAUSA DE LA CATÁSTROFE EDUCATIVA


Autor: José Javier Esparza 
De todo lo que argumenta José Javier Esparza, en su artículo publicado en La Gaceta (12-XII-2010), quizá se pueda concluir que lo que provoca la debacle en todos los Estados es la lucha ideológica por dominar antidemocráticamente a los ciudadanos desde sus primeros años de vida. Nada hay más devastador para éste, en principio, el mejor de los modelos para gobernar un Estado, que convertir a todos sus ciudadanos en personas clónicas, engañadas o atraídas por ideologías banales. Dice Esparza: "Lo que la educación socialista propone es un tipo de hombre hedonista y lúdico, una suerte de versión progre del 'buen salvaje', sin reparar en que ese hombre, por su absoluta carencia de asideros éticos y conceptuales, lo tiene todo para convertirse en un esclavo voluntario.”

Se producen verdaderos crímenes intelectuales, confeccionando programas erróneos, se retuercen y cambian hasta los hechos de un pasado reciente; el profesorado asiste, atónito o amedrentado, a la mala educación en las aulas. En fin, llega el tiempo de evaluar y los resultados son catastróficos. Ya ahora es en la Universidad dónde se palpa este ambiente. Siguiendo este rumbo, ¿qué sucederá en el mundo del trabajo dentro de quince ó veinte años?
El informe PISA planea sobre nosotros. Es muy interesante la lectura de este artículo de José Javier Esparza que busca las causas de esta catástrofe educativa.




(artículo completo)
El Informe PISA nos suspende. La educación en España roza la catástrofe. Pero hay tres razones que hacen la catástrofe más honda: una, que es la tercera vez en 10 años que pasa esto, o sea que somos tenaces reincidentes; dos, que a la mayor parte de la sociedad le da igual; tres, que esto no es un azar desdichado, sino el fruto directo de un sistema de enseñanza que nuestros gobernantes se niegan a cambiar.

En nuestro naufragio educativo hay razones ideológicas de fondo y conviene ponerlas en claro. El modelo de educación vigente en España desde hace un cuarto de siglo, implantado por el PSOE de Felipe y Rubalcaba, obedece a un objetivo: crear una sociedad igualitaria sobre la base de “valores” supuestamente compartidos por todos. Frente a la escuela tradicional, que enseñaba materias concretas, en sentido vertical, a un alumnado desigual por naturaleza, la escuela socialista aspira a enseñar valores en sentido horizontal a unos alumnos igualados de grado o por fuerza. En ese camino, los psicopedagogos socialistas encontraron una buena herramienta en las teorías de la “escuela comprensiva”. Eso fue la Logse. Esta gigantesca operación ideológica no ha sido exclusiva de España; otros países pasaron antes por ella y vivieron sus nocivas consecuencias. Pero sólo España sigue aferrada al modelo.

CAUSAS DEL DESASTRE
Como la Logse era un fiasco, los Gobiernos de Aznar intentaron cambiar las cosas. Fracasaron. La primera vez, por la oposición de las minorías separatistas. La segunda, por la mala gestión del propio PP, que no acabó el proyecto de Ley de Calidad de la Educación hasta el último año de legislatura y, por eso, no llegó a entrar en vigor. Zapatero lo primero que hizo fue anular esa reforma sin contemplaciones. Y para sembrar de sal el campo, hizo aprobar una nueva ley que no es sino un ahondamiento en los desastres de la vieja Logse.

¿Cuáles son esos desastres? Desterrar el mérito y el esfuerzo; la LOE lo confirmó al permitir el paso de curso con dos asignaturas suspensas. Privar de autoridad a los profesores. No garantizar la libertad de elección de centro; la LOE elevó el problema al cubo al afirmar el privilegio estatal de mediatizar la elección de los padres. Arruinar la formación del espíritu con la amputación de las Humanidades y el destierro de la asignatura de Religión. En definitiva, menos calidad, menos libertad, menos excelencia; más igualitarismo por abajo, más vulgaridad, más control estatal y, evidentemente, más fracaso. En vez de proponer un horizonte de excelencia al que todos puedan llegar, se propone un horizonte de mediocridad del que nadie pueda escapar.

Las soluciones al problema son bien conocidas. Hay que organizar la educación pensando en los alumnos y en la sociedad. La escuela está para impartir conocimientos, no ideología. Es llamativo que los dos puntos negros de la enseñanza en España sean precisamente las dos asignaturas más objetivas y menos ideológicas: Matemáticas y Lengua. Además, si las personas son diversas por naturaleza, habrá que aceptar que los resultados de la educación sean desiguales. La única manera de estimular el aprendizaje es premiar el esfuerzo, así que habrá que reintroducir el concepto de mérito. Como no hay esfuerzo sin autoridad, será preciso subrayar el papel del docente. Y aquí habrá que recordar a las familias cuál es su papel.

Todas estas cosas, que parecen elementales, causan erisipela en las mentes “progresistas”. El problema es que su luminoso mundo no termina de amanecer. Y lo que emerge, en su lugar, es un escenario de descomposición social, incultura individual y zozobra colectiva. El gran drama de la izquierda ilustrada española es que su programa regenerador se ha resuelto en el fracaso escolar, el desamparo ético y la telebasura. La izquierda haría bien en preguntarse en qué se ha equivocado. Porque la sociedad española presente es hija de esa izquierda que lleva 30 años (¡30!) ejerciendo el monopolio del poder cultural. Esto que hay lo han hecho ellos.

LO QUE SÍ Y LO QUE NO
En cuanto a los proyectos de reforma que abandera la derecha, si se limitan a acentuar el éxito de la formación técnica, so pretexto de “utilidad”, tampoco nos llevarán muy lejos. No basta con exigir más en “inglés y nuevas tecnologías”. Eso no sirve de nada si no se devuelve a las Humanidades al lugar que merecen. Porque si no sabemos dónde está lo bueno, lo bello y lo justo, ¿para qué sirve lo útil? La tragedia del utilitarismo es que termina siendo inútil. Es lo que pasa con la estúpida pregunta “para qué sirve estudiar Filosofía”: estudiar Filosofía sirve para no hacer preguntas tan tontas. La finalidad de la educación no es sólo formar seres útiles para la sociedad, fabricar buenos aparatos; criar bestias eficientes es un horizonte más bien poco prometedor. La educación sirve para cosas mucho más altas. Los griegos veían la formación del ciudadano como una obra de arte. Por eso enseñaban cosas tan poco “prácticas” que han proyectado su sombra durante milenios. Los egipcios, al contrario, limitaban la enseñanza a la instrucción técnica de los escribas; su civilización obtuvo logros, pero desapareció sin dejar rastro vivo.

Lo que la educación socialista propone es un tipo de hombre hedonista y lúdico, una suerte de versión progre del “buen salvaje”, sin reparar en que ese hombre, por su absoluta carencia de asideros éticos y conceptuales, lo tiene todo para convertirse en un esclavo voluntario, en una épsilon sin voluntad que flota en el universo blando del consumo. La alternativa tiene que ser una idea distinta y más alta: un hombre que sepa pensar y actuar en contextos complejos, acostumbrado a exigirse y a dominarse, enraizado en una cultura y una patria, con sentido de la justicia para valorar el mérito y la excelencia, con una formación espiritual para saber que el sentido de la vida va más allá del propio apetito individual. Ahí hay que apuntar.
 

sábado, 15 de enero de 2011

Diversas autonomías españolas acogerán a jóvenes italianos

 José Maria Moriano

Italia y España, dos países que han compartido una común historia, unos mismos orígenes. Dos naciones mediterráneas hermanas de rica espiritualidad e impulso misionero. Ahora miles de jóvenes católicos de ambos países se ponen de acuerdo para verse en Madrid, en la próxima Jornada Mundial de la Juventud. Pero antes pasarán unos días juntos para conocerse y estrechar lazos.

        Los jóvenes italianos se repartirán por diversas diócesis españolas que serán acogidos por familias voluntarias. Así, Roma, casi toda la Toscana y medio Piamonte, irán a Valencia. Milán, Nápoles y buena parte de la Campania acabarán en Barcelona. Hacia San Sebastián se dirigen los de la Liguria; los de la Umbria, la tierra de san Francisco de Asís, escogieron Santiago de Compostela; la Marca harán escala en Toledo.

        Las diócesis de Turín, y de Bari-Bitonto optaron por Tarragona mientras que Palermo lo hizo por Getafe. «Allá, los programas prevén menos reuniones y vivirán en familias. De esta manera, sin estar condicionados por las prisas, las convivencias podrán ser más auténticas y las amistades más sinceras», afirma Don Nicolò Anselmi, responsable del Servicio Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Italiana. Son ya 40.000 los jóvenes italianos que se han apuntado a la cita en Madrid. Y se prevé que el número aumentará los próximos meses.

        De la parte española se encuentra el sacerdote Don Javier Igea, responsable y coordinador nacional para el hermanamiento entre las diversas diócesis. Para Don Javier, esta oportunidad «es una hermosa experiencia en donde los jóvenes que vengan con nosotros tendrán la posibilidad de compartir lo más importante que un joven tiene, que es la fe» Para ello cuenta con un equipo de cinco personas entregadas a la organización del «gemelaggio» con las diócesis italianas.

        Sin duda es de alabar la eficacia que se está demostrando en la organización del encuentro eclesial más importante del año. Todo ello nos dice que cuando hay buena voluntad y entendimiento se logran metas sorprendentes que se traducirán en infinidad de conversiones, llamadas a la entrega total y en un impulso renovador sobre toda la Iglesia. Estas iniciativas no dejan de llenarnos de esperanzas y por ello las acogemos y promovemos con entusiasmo.

El Papa Benedicto XVI beatificará a Juan Pablo II el 1 de mayo

El Papa Benedicto XVI beatificará a Juan Pablo II el próximo 1 de mayo, Domingo de Pascua de la Divina Misericordia, según informó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi.


Sobre la beatificación de Juan Pablo II se publicó ayer un comunicado en el que se señala que este viernes 14 de enero "durante la audiencia concedida al Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa ha autorizado a este dicasterio a promulgar el Decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla). Este acto pone fin al proceso que precede al rito de beatificación".
        El texto explica luego que la causa de Juan Pablo II se inició antes de los cinco años después de la muerte que exigen las normas vigentes, gracias a una dispensa pontificia, debido a "la imponente fama de santidad de la que gozó Juan Pablo II en su vida, en la muerte y después de la muerte. Por lo demás, se observaron en su totalidad las disposiciones canónicas comunes acerca de las causas de beatificación y canonización".

 El comunicado señala además que entre junio de 2005 y abril de 2007 se realizó la investigación principal romana y las rogatoriales en diferentes diócesis sobre la vida, virtudes, fama de santidad y de milagros.
        "La validez jurídica de los procesos canónicos fue reconocida por la Congregación para las Causas de los Santos con el Decreto del 4 de mayo de 2007. En junio de 2009, examinada la 'Positio' (expediente de la causa), nueve consultores teólogos de la Congregación dieron su parecer positivo sobre la heroicidad de las virtudes del Siervo de Dios".
        "En noviembre, siguiendo el procedimiento habitual, la misma 'Positio' fue sometida al juicio de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que se expresaron con sentencia afirmativa".
        Tras esa investigación el Papa Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre la heroicidad de virtudes el 19 de diciembre de 2009.
        El texto señala luego que la postulación de la causa de Juan Pablo II "presentó al examen de la Congregación para las Causas de los Santos la curación de la 'enfermedad de Parkinson' de la hermana Marie Simon Pierre Normand, religiosa del Institut des Petites Soeurs des Maternités Catholiques".
"Como es habitual, las numerosas actas de la investigación canónica, regularmente instruida, junto con los detallados exámenes médico-legales, se sometieron al examen científico de la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos, el 21 de octubre de 2010".
        Los expertos, indica el texto, "tras haber estudiado con la habitual minuciosidad los testimonios procesales y toda la documentación, se expresaron a favor de que la curación era científicamente inexplicable".
        "Los consultores teólogos, tras haber revisado las conclusiones médicas, el 14 de diciembre de 2010 procedieron a la valoración teológica del caso y reconocieron por unanimidad la unicidad, la antecedencia y la invocación coral dirigida al Siervo de Dios Juan Pablo II, cuya intercesión había sido eficaz para la curación milagrosa".
        El comunicado concluye indicando que el 11 de enero de 2011 se celebró la Sesión Ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos que "emitió un fallo unánime y afirmativo, considerando milagrosa la curación de la hermana Marie Simon Pierre, en cuanto realizada por Dios de modo científicamente inexplicable, después de interceder al Papa Juan Pablo II, invocado con confianza tanto por la misma persona curada como por muchos otros fieles".

El proceso de canonización solo puede comenzar una vez transcurridos un mínimo de cinco años desde la muerte del candidato. El primer paso es el reconocimiento de la heroicidad de virtudes; es decir, el haber vivido en grado sobresaliente la fe, la esperanza y la caridad.
        Tras el decreto de heroicidad, se espera un milagro obrado por la intercesión del Siervo de Dios, con lo que se abre el camino a la beatificación.
        Una vez proclamado beato, se espera a un segundo milagro debidamente investigado y aprobado por las autoridades eclesiales que abrirá el camino a la canonización.
        Todos los pasos mencionados en este proceso pasan por la aprobación del Papa.

domingo, 2 de enero de 2011

La guerra y san Josemaría Escrivá, según el director de cine Roland Joffé

Entrevista al autor de la película de próximo estreno "There Be Dragons"
ROMA, sábado 1 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El mundo del cine y el mundo católico están impacientes por ver la película que presentará en la primavera de 2011 el director de cine Roland Joffé, "There Be Dragons" ("Encontrarás dragones", http://www.therebedragonsfilm.com), en la que tiene un papel protagonista san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.
Se trata de un drama épico, escrito y dirigido por el cineasta británico, conocido por filmes como  "La misión" y "Los gritos del silencio", ambientado en la guerra civil española, en el que afronta cuestiones como la santidad y la traición, el amor y el odio, el perdón y la violencia, así como la búsqueda del sentido de la vida.
La trama entremezcla las historias de soldados revolucionarios, un periodista, su padre y el mismo san Josemaría, llamado el santo de la vida ordinaria, a quien éste conoce en el seminario.
Al inicio del año 2011, en el que se celebrarán los 75 años del estallido de la guerra civil española, Joffé ha querido compartir con los lectores de ZENIT las convicciones que compartirá con quien vea esta película. La segunda parte de esta entrevista se publicará en el servicio del 6 de enero.

--¿A qué alude el título de la película "There Be Dragons", "Encontrarás dragones"? --Roland Joffé: Los mapas medievales calificaban los territorios desconocidos con las palabras "Hic sunt dragones", "aquí hay dragones". Cuando comencé a investigar sobre el tema y a escribir el guión, dado que realmente no sabía lo que me esperaba ni cómo acabaría, "Encontrarás dragones" me pareció un título apropiado. Era como si me saliera de mi mapa y me adentrara en un territorio inexplorado al tocar temas como qué es la santidad, temas de religión y de política del siglo XX, el pasado de otro país. Me había golpeado la afirmación de Josemaría: a Dios se le encuentra en "la vida ordinaria", y esa vida ordinaria, en su caso, fue la guerra civil española. Me pregunté: ¿cómo es posible encontrar lo divino en la guerra? Pero la misma pregunta puede hacerse sobre todos los desafíos fundamentales de la vida, y sobre la manera en que los afrontamos: cómo respondemos al odio y al rechazo, o al deseo de venganza y justicia. Todos estos dilemas aumentan en tiempo de guerra. Estos dilemas son, en cierto sentido, los "dragones" de la película, momentos de inflexión en nuestras vidas en los que afrontamos opciones decisivas. Opciones que afectarán a nuestro futuro. "Encontrarás dragones" habla de las diferentes opciones que asume la gente en esos momentos de inflexión --tentaciones, si usted quiere-- y de lo difícil que es --y necesario-- huir de los ciclos de odio, resentimiento y violencia.
--La película tiene lugar en el contexto de la guerra civil española, que en cierto sentido es el paradigma de la violencia que genera violencia, la violencia sin sentido. En este escenario de violencia fratricida, ¿hay espacio a la esperanza?
--Roland Joffé: Sí, pero es sumamente difícil. Entre las personas hay demasiados hechos abominables, horrendos, que parecen imposibles de perdonar, de rescatar, imposibles de superar. ¡Pero el perdón es posible! Los ciclos de violencia pueden detenerse, como lo demostró el presidente Nelson Mandela en Sudáfrica. El perdón ha sido posible para muchos héroes en Ruanda, y ha sido ofrecido y aceptado por muchos valerosos palestinos e israelíes. Josemaría aseguró que las personas normales son capaces de ser santas, y creo que se refería a esta clase de perdón heroico. La inagotable posibilidad de perdonar deja espacio a la esperanza. Pero el precio es alto: exige un profundo sentido de lo que es plenamente humano, un profundo sentido de compasión, y una resolución firme, y sí, heroica, para no quedar atrapado por los odios imperantes, sino luchar contra ellos con un amor inquebrantable.
Buena parte de la trama de la película se desarrolla durante la guerra civil española, pero se despliega entre ese telón de fondo y el año 1982. Hay muchas generaciones involucradas en esta historia: el pasado proyecta una sombra sobre el presente. Lo que las une es Robert, un periodista a quien se le ha pedido que haga una investigación sobre Josemaría Escrivá en tiempos de su beatificación. Poco a poco descubre que su padre, Manolo, fue en la infancia amigo de Josemaría, y que estuvo en el seminario con él, aunque luego sus vidas tomaron caminos totalmente diferentes. Robert y Manolo se han alejado, pero la película les une según va revelando la terrible verdad sobre el pasado. Por tanto, es también la historia de un padre y un hijo, y la historia de la verdad que necesitan afrontar para superar lo que les separa. Es sobre todo una película sobre el amor, sobre la fuerza de su presencia y sobre el árido y aterrador mundo en el que vivimos con su ausencia.
Las guerras civiles son mucho más atroces porque enfrentan a hermano contra hermano, familia contra familia. Al final de la guerra civil española, se contaba medio millón de muertos. Una guerra civil es una poderosa metáfora de una familia. Al igual que en las guerras civiles, los miembros de la familia toman partido y se desgarran; los antiguos resentimientos se convierten en manantiales de odio. No le perdonamos a nuestra tía lo que ha hecho, no nos hablamos con nuestro padre porque dejó a nuestra madre, no nos hablamos con nuestra madre porque se fue con otro, o no nos hablamos con nuestro hijo porque escogió una profesión diferente de la que esperábamos. Estas son las guerras civiles de nuestra vida ordinaria. "Encontrarás dragones" habla de estos dos tipos de guerra civil.
Fundamentalmente, todos tenemos que optar entre dejarnos vencer por nuestros resentimientos o encontrar la manera de conquistarlos. Puede verse la vida como una serie de injusticias, de rechazos y heridas, o como una serie de oportunidades, de ocasiones, para vencer a esos dragones a través del poderoso deseo de sustituir el odio por el amor y la unidad. Muchos albergan en su interior ese amor para tomar esta heroica opción. Se dan cuenta de que pueden tomar la opción de ser libres. Tienen la fuerza de carácter para comprender que el odio es una prisión. Nadie que odia puede ser libre.  ¿No hemos visto acaso tantos ejemplos de esto en los años transcurridos desde la primera guerra mundial? Por otro lado, cuando las personas optan por el amor, el observador imparcial puede ver en ellas el sentimiento de libertad, de compasión, de generosidad.
Al final, todos nos encontramos ante estas opciones. Incluso a Robert, el agnóstico y el materialista, se le pide que elija entre el amor y el odio, que en cierto sentido se enfrente al mundo con amor, o como dice Aline, que "se enfrente a Dios con el amor".
Para mí la película habla de esto. El perdón deshiela lo que ha quedado congelado. Toca lo humano en el interior de quien ha sido perdonado, así como toca lo humano en el interior de quien perdona. El amor no siempre es fácil, no puede serlo. No puede proceder de una actitud de superioridad, sólo puede proceder de una actitud de humildad y de humanidad. Y, sin embargo, su belleza es poderosa. Dice: "Sí, sal de ti mismo. ¿Crees que no puedes perdonar?". Pues bien, no sabrás si puedes perdonar hasta que no perdones. Y, ¿cómo puedes perdonar? Para perdonar necesitas identificarte con el otro. Perdonas poniéndote en la piel del otro. Debes dejar de demonizarlo, no puedes decir "Soy mejor que él, yo nunca podría hacer eso". Por el contrario, tienes que mirar a la persona y decirte: "podría ser yo". Por tanto, sí, hay espacio a la esperanza, incluso en las circunstancias más dolorosas, trágicas y terribles, donde la esperanza parece imposible.
--¿La película se dirige a creyentes o a no creyentes?


--Roland Joffé: "Encontrarás dragones" se toma la fe en serio; se toma la santidad en serio. Pero su interés va mucho más allá de un público religioso. Su pregunta presupone una separación que, en realidad, es falsa. Todos vivimos en un mundo perturbado, todos tenemos que afrontar el dolor y la alegría de la vida ordinaria, y aunque recurramos a diferentes interpretaciones de la realidad sobre esta experiencia, al final todos moramos en el mismo mundo desgarrado y perturbado.
Es una película sobre creyentes y no creyentes. Quedé profundamente impresionado por la convicción de Josemaría de que todos somos santos en potencia, por su fe en que cada quien es en última instancia capaz de acabar con sus propios dragones. Espero que la gente que vea la película lo descubra en sus propias luchas con sus dragones y que comprenda que ningún santo ha llegado a serlo sin haber luchado.
La película también habla de muchas formas de amor. El amor de Ildiko por Oriol es una forma particular de amor. Su amor apasionado por edificar un mundo mejor es otra forma de amor. El amor de Manolo por Ildiko es también otra forma de amor, aunque esté atado por los celos y el resentimiento. El amor que anhela Manolo y que acaba recibiendo es también otra forma particular de amor. Estos diferentes tipos de amor se unen como en una tela de araña, formada por hilos individuales: cada hilo parece estar separado, pero luego la realización de la tela muestra que todos ellos forman parte de un conjunto más grande, que están unidos a la misma realidad, orientada hacia el mismo punto, hacia el mismo centro. Al final, todos estos hilos diferentes de amor, que parecen tan diferentes, convergen en un punto fundamental: "¿Este amor es más grande que el amor propio?". Esta es una pregunta importante. Y a ella se dedicó buena parte de la política de los inicios del siglo XX. De todos modos, plantea otra cuestión de una gran complejidad. Si este amor apasionado se basa en un ideal, o en una idealización, si consiste en la aceptación de un solo modelo de comportamiento humano, ¿cómo puede evitar caer en el fanatismo o la demonización? Desde tiempos de la Ilustración, esta ha sido una cuestión fundamental. En nombre del amor de un bien más grande, cuántos actos inhumanos se han cometido. Me parece que sólo si se comprende la trágica falibilidad de todos los seres humanos y de todos los comportamientos humanos podemos encontrar la senda del entendimiento y de esa profunda empatía, ese sentido de identificación con el otro, que libera de la demonización y de las espirales de violencia sin esperanza.
No se trata de una película católica, sino que trata de un tema clave en la teología cristiana y en todas las iglesias cristianas, así como en muchas otras religiones. Todas las religiones comprenden que los seres humanos, en sus relaciones unos con otros, toman opciones divinas, opciones que afectan profundamente a la vida de los demás y al mundo que les rodea. Esta interconexión constituye el fundamento del amor: lo que hacemos a favor o en contra de los demás nos afecta a nosotros y a ellos porque todos estamos unidos los unos a los otros.
--¿Hasta qué punto su personaje de Josemaría Escrivá, que hoy es un santo de la Iglesia católica, se basa en hechos o es un producto ficción?


--Roland Joffé: De todos los personajes de la película, Josemaría es el único que ha existido históricamente, el único sobre el que abundan testimonios y pruebas. Creo que la representación de Josemaría que ofrecemos de su sensibilidad, su sentido del humor, que indudablemente tenía, surge de los acontecimientos de su vida y es en realidad muy cercana a lo que fue él en realidad. He querido encontrar un punto de vista honesto al trazar su perfil, y tomar su fe en serio, como él lo hizo. Supongo que en el caso de los santos es algo típico ver en ellos, en extraña oposición con la pecadora de corazón de oro, a hombres con corazón de plomo; pero esto no es más que un cómodo convencionalismo. De hecho, la historia de Josemaría es la de un hombre que logra el éxito extraordinario de simplificar su vida entorno a un amor a Dios auténtico y poderoso. Este amor a Dios se convierte en un principio organizador que le da forma, así como una especie de sencillez y fuerza.
Pero esto no hace que sea aburrido o soso, pues este amor se dio en el mundo real, y el fruto de esta existencia en el mundo real, y con frecuencia cruel, es en todo hombre honesto la duda. Dudar de Dios y dudar de la bondad. Esta duda es sumamente fecunda. El amor no es algo caído del cielo, como algo sine qua non. Hay que luchar por él. Es lo que, como seres humanos, debemos llevar a la mesa. Tenemos que encontrar este amor profundo en nosotros mismos, comprendiendo la belleza escondida de nuestra fragilidad y de la fragilidad de los demás. En un sentido profundo que ilustra, me parece, la historia de Cristo. Si somos creyentes, tenemos que seguir buscando ese amor profundo en nosotros mismos y ofrecerlo a Dios y a su creación. Si no somos creyentes, tenemos que seguir buscándolo y ofreciéndolo a los demás, sin tener en cuenta su política, raza o religión.
Por Jesús Colina

¿Qué le pasa a la ONU?

   Por    Stefano Gennarini, J.D       La ONU pierde credibilidad con cada informe que publica. Esta vez, la oficina de derechos humanos de ...