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jueves, 31 de mayo de 2018

Que otros no te impongan los objetivos de tu vida

Por Antonio Argandoña, IESE, Barcelona
La gente que va al mercado de trabajo, sobre todo si son jóvenes y llenos de proyectos, es decir, si no quieren convertirse en “víctimas del sistema”, se va a enfrentar con un reto que parece muy atractivo, pero que, en el fondo, es peligroso, porque puede hacer que, en vez de víctimas, sean cómplices. Todos somos propietarios de varias formas de eso que llamamos “capital humano”, que es fruto de la educación, la experiencia, las capacidades propias y las relaciones con los demás. Los financieros nos dicen que el valor de un capital se calcula a partir del rendimiento futuro esperado del mismo. Por ello, a todos nos interesa invertir en la formación de ese capital, lo cual es muy bueno, claro. Para sacar rendimiento a ese capital hay que competir con otros profesionales,que hasta ayer quizás eran nuestros colegas, pero que ahora se convertirán en nuestros rivales. Y tendremos que invertir con esfuerzo en nosotros mismos para no reducir nuestra capacidad competitiva: más horas, más posgrados, más dedicación… O sea, corremos el riesgo de autoexplotarnos.
Esto supone también tener que competir con la organización que nos contrata, porque nosotros intentaremos crear rentas para apropiárnoslas, en tanto que la organización intentará apropiarse esas rentas; nosotros intentaremos ganar libertad para saltar a otro trabajo en las mejores condiciones posibles, y las organizaciones intentarán hacernos dependientes, para retenernos, si de verdad somos valiosos. En este conflicto de estrategias, quizás nosotros ganemos algunas veces, pero la organización tiene ventaja porque, si entramos en su juego, estaremos renunciando a fijar con libertad los objetivos de nuestra vida profesional. Serán otros, que pueden ser los propietario de la organización en la que trabajamos, o los expertos, los asesores o los creadores de opinión, los que nos dirán siempre dónde está la meta hacia la que hemos de correr. Al final, habremos asumido una definición equivocada de lo que es el éxito profesional. Quizás pensamos que esto puede ser necesario en los primeros años de nuestra vida profesional, y que luego tendremos oportunidades de rectificar el rumbo. El riesgo de esta actitud es muy alto, porque los seres humanos aprendemos, y después de unos cuantos años danzando al son de la música que nos tocan, es muy difícil que seamos capaces de montar nuestra propia orquesta, o cambiar el ritmo de nuestro baile.
Y esto tiene otra lectura, que nos puede servir cuando ya estemos bien colocados en nuestra vida profesional: podemos convertirnos en esclavos del poder o del que paga; podemos dejar de pensar por nuestra cuenta; podemos convertirnos a la tesis de la neutralidad ideológica, la ambigüedad, el conformismo, la cobardía. Podemos perder el espíritu crítico, si es que algún día lo tuvimos, gracias al modelo de nuestros padres o a la educación de la escuela o de la Universidad.

Rechazada la eutanasia en Portugal

El Parlamento portugués rechazó el martes dos proyectos de ley para despenalizar la eutanasia, presentados por el Grupo Socialista y el Grupo Bloquista. 
Ambos proyectos fueron rechazados gracias a los votos del Partido Comunista, socio de Gobierno de ambos partidos. Desde el Bloque, reprocharon al Partido Comunista que en España los comunistas votan en el sentido opuesto. 
La razón por la que el Partido Comunista portugués votó en contra de la despenalización de la eutanasia se formuló así: “El Estado que no pone los medios para garantizar los cuidados paliativos del enfermo sí que los tiene para acabar con su vida.” (Juan María Piñero, para Actuall)

martes, 29 de mayo de 2018

El gran negocio para el Estado de la Educación Católica

ABC digital. 29.05.2018

El impacto económico de la educación católica ascendió a los 19.735 millones de euros en 2016, según un estudio presentado este lunes por la Oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y realizado por la consultora PwC. 
La inversión total en los centros de estudios de orientación católica —subvenciones públicas, cuotas educativas y otros recursos aportados por los estudiantes— fue de 4.866 millones de euros en 2016, pero los beneficios económicos que esa labor consiguió revertir en la sociedad ascendieron a los 19.735 millones de euros, cuatro veces más. Esto significa que por cada euro que se invirtió en educación católica, la sociedad recibió 4,1 euros.
Para medir este impacto, la consultora PwC utiliza la metodología SROI (Social Return On Investment), que calcula el retorno a la sociedad de la inversión que se realiza. Para ello, el estudio cuantifica los beneficios económicos que genera para la sociedad una menor tasa de fracaso escolar, el alto porcentaje de actividad de la población que estudia en estos colegios, salarios brutos mayores y una mayor contribución impositiva a lo largo de la vida laboral.
María Luz Castilla, socia de PwC y autora del estudio, precisó además que ese valor económico del retorno a la sociedad de la labor educativa de la Iglesia de los 6 a los 22 años —19.735 millones de euros— se obtiene de la estimación del salario bruto que van a obtener todos esos alumnos en su vida laboral (15.900 millones de euros), la cotización que van a pagar a la Seguridad Social (1.252 millones de euros) y su tributación al IRPF (2.583 millones de euros).


Universitaria y no universitaria

El impacto económico de la educación universitaria de inspiración católica fue de 5.483 euros. Es decir que por cada euro invertido en estos centros (568 millones), la sociedad recibió 9,6 euros en beneficio para la sociedad. 
En el ámbito no universitario ( primaria, secundaria y bachillerato) los centros católicos retornaron a la sociedad 14.252 millones de euros, habiendo recibido una inversión (subvenciones públicas, cuotas y otros recursos aportados por los estudiantes) de 4.298 millones de euros. Es decir por cada euro invertido en estos centros la sociedad recibió 3,3 euros. 
La menor tasa de repetición de los estudiantes que se forman en colegios católicos es una de las variables que hace que el retorno de la inversión sea «más positivo», explicó Castillo. Esa tasa es un 38 por ciento menor en los colegios católicos que la media del resto de centros en España, lo que favorece un menor índice de abandono en la enseñanza obligatoria. En colegios católicos por ejemplo, la tasa de repetición es 3,6 por ciento contra los 5,7 del resto de colegios.Lo que supone un ahorro de 900 millones de euros, indicó Castillo. 
Durante la presentación de este estudio, la directora de la Oficina de Transparencia de la CEE, Belen Martin, recordó «el compromiso de transparencia de la Iglesia» y su interés por «poner luz a todos los ámbitos de su labor para que la sociedad pueda dimensionar su enorme aportación a la sociedad».
España cuenta con 2.591 centros de educación no universitaria en los que estudian 1,5 millones de euros, lo que supone que el 18 por ciento de la educación en el nivel no universitaria está atendida por instituciones vinculadas a la Iglesia. En estos centros trabajan 102.476 profesionales. 
En el ámbito universitario hay 15 universidades vinculadas a la iglesia, en las que estudian 87,425 alumnos, lo que supone el 69 por ciento de los alumnos presenciales de las universidades privadas en España.

lunes, 28 de mayo de 2018

Estados Unidos reprende a la Organización Mundial de la Salud por su activismo abortista.


Edificios Naciones Unidas en Ginebra
By  | May 25, 2018; Traducción Fernando Hurtado

GINEBRA, 25 de mayo (C-Fam)

Estados Unidos advirtió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta semana que debería detener su activismo abortista. En dos declaraciones puntuales, la delegación de EE. UU dejó muy claro que la burocracia de la OMS debe respetar el consenso internacional alcanzado sobre la salud sexual y reproductiva, y que el aborto no es un derecho humano.

Dirigido por Kevin Moley, Subsecretario de Estado para Organizaciones Internacionales, Estados Unidos anunció un cambio radical en su postura hacia un punto de investigación poco conocido pero altamente influyente del departamento de salud reproductiva de la OMS, llamado Programa de Reproducción Humana. La delegación de los EE. UU expresó "profunda preocupación" acerca de las actividades del programa y dijo que su gobierno está "reevaluando" su apoyo. En 2004, el Programa de Reproducción Humana publicó una Estrategia Global de Salud Reproductiva que aboga por el aborto legal.

Estados Unidos también se quejó de que el Programa de Reproducción Humana otorga "status elevado" a una organización no gubernamental -referencia a la Federación Internacional de Planificación de la Familia-,  "para operar en pie de igualdad con gobiernos y organizaciones internacionales que excluyen  otros puntos de vista ".

Estados Unidos nostró también su disconformidad  con la OMS por su comprensión de que la salud sexual y reproductiva incluye el aborto, una posición que está en desacuerdo con el consenso internacional. A última hora de la noche del jueves, la doctora Alma Golden, en representación de la Agencia de Desarrollo Internacional de los EE. UU, dijo a la asamblea respecto al Programa de Acción: "Hemos expresado claramente, y en muchas ocasiones, en consonancia con la Conferencia Internacional sobre Población [y Desarrollo], que no reconocemos el aborto como un método de planificación familiar, ni apoyamos el aborto en nuestra asistencia de salud reproductiva. El término salud sexual y reproductiva no incluye la promoción del aborto ni reconocemos un derecho internacional al aborto".

Establecido en 1972, el Programa de Reproducción Humana fue el primero en insertar la "salud sexual y reproductiva" en el contexto de la ONU en 1992 a través de un informe interno. Esa definición incluía el aborto para la regulación de la fertilidad. Cuando la definición se hizo pública dos años más tarde en la Conferencia de El Cairo sobre Población y Desarrollo, las naciones retrocedieron. El documento de El Cairo terminó por poner el aborto en una posición negativa, excluyendo  como planificación familiar o como un derecho humano.

La censura de Estados Unidos ocurre al mismo tiempo que el liderazgo de la OMS está impulsando el aborto más abiertamente que en el pasado. El director ejecutivo de la OMS, el Dr. Tedros Ghebreyesus no ha seguido el enfoque de su predecesor de equilibrar las opiniones de los países donantes liberales y las naciones receptoras tradicionales. En comentarios sobre la Estrategia global de la secretaría para la salud de las mujeres, niños y adolescentes, incluyó una referencia al controvertido término "aborto seguro". En sus declaraciones de esta semana, las naciones "notaron" la estrategia y no la respaldaron. En respuesta, la secretaría refirió las preocupaciones de los países a este respecto, pero  manifestó que de todos modos seguiría prestando servicios de salud reproductiva en contextos humanitarios.

La referencia de la secretaría a los entornos humanitarios fue una señal de alarma para los defensores de la vida que están preocupados de que la OMS pueda promover el aborto "como un derecho en contextos humanitarios".

Los defensores del aborto han estado montando un "ejemplo con muy poco razonamiento" para tal derecho a través de una supuesta semejanza con las leyes en caso de conflicto armado. El cuerpo de leyes supera a las leyes nacionales sobre aborto en el contexto de crisis y conflicto. Los delegados en la sede de la ONU en Nueva York negociaron esta semana una resolución humanitaria en la Asamblea General donde los Estados Unidos trabajaron para mantener la salud sexual y reproductiva fuera del acuerdo.

Los Estados Unidos tomarán de nuevo el problema, junto a ​​la oposición europea y canadiense,  en la Cumbre del G-7 en Canadá el próximo mes.

jueves, 24 de mayo de 2018

Buenas noticias desde China

       

El Estado dejará de controlar la natalidad, dejando atrás la ley del único hijo. A partir de 2019, el país dejará de limitar el número de hijos por familia. La política de hijo único estuvo en vigor hasta 2016. Entonces, se permitió a las familias tener hasta dos hijos. En 2019, desaparecerán todas las restricciones en un país donde se ha practicado la esterilización y los abortos forzosos para frenar la natalidad. La agencia oficial Xinhua comunicó la noticia de la desaparición de las restricciones a la natalidad tras el cierre del plenario del Comité Central del Partido Comunista. 

sábado, 19 de mayo de 2018

¿Embriones o hijos?

Fernando Pascual


        Una mujer acaba de descubrir el inicio del embarazo. En su seno hay un nuevo ser, pequeño, indefenso, necesitado de todo. ¿Cómo lo llamará, cómo pensará en él?
        Quizá alguno le diga: ¡felicidades, ya tienes un embrión! Sería un modo extraño de dirigirse a esa mujer. Lo normal es que le digan: ¡felicidades por tu embarazo, por esperar a un hijo!
        No se trata de una simple discusión sobre palabras. Al nuevo ser la biología podrá llamarlo con distintos nombres (zigoto, mórula, blástula, etc.). Para la mujer tiene un nombre muy concreto y relacional: “mi hijo”.
        La palabra embrión, ciertamente, es correcta, incluso más precisa. Describe la etapa de desarrollo de la “creatura”. Pero la palabra hijo indica una relación y recuerda la otra parte del binomio: la mujer es madre.
        No existe, por lo tanto, una disyuntiva entre embriones e hijos, entre fetos e hijos, entre bebés e hijos. Lo importante es descubrir, en el ser que ha iniciado el camino de la existencia, a alguien muy cercano, tanto que puede ser llamado con un nombre y reconocido como “mi hijo”.
        Lo que se dice sobre la mujer-madre vale para el hombre-padre. También él ha cambiado, aunque su cuerpo no se sienta implicado, en primera persona, como ocurre con la madre. Pero no por ello su vida tiene un sabor diferente. Antes era simplemente un hombre. Ahora ha empezado a ser padre.
        Hombres y mujeres cambian, por lo tanto, cada vez que inicia un embarazo. Cambian, e inician una aventura, la de la paternidad y la de la maternidad. En cierto modo, repiten la historia, al revés, de lo que ocurrió cuando ellos fueron hijos acogidos por sus respectivos padres.
        Mientras tanto, el hijo (embrión) sigue su camino, en medio de transformaciones y de esperanzas, sin darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Un día abrirá los ojos y verá rostros que le sonríen y que le manifiestan amor. Y otro día, cuando tome conciencia de sí mismo, podrá agradecer a sus padres porque le acogieron en la gran aventura de la existencia humana.

viernes, 18 de mayo de 2018

El Congreso pide al Gobierno cambiar la ley para "prohibir de forma expresa" las cláusulas antiembarazo

(Publico este artículo, porque la claúsula antiembarazo es impuesta en España en muchas otras empresas y despachos a ejecutivas)
Por Raúl Piña, el Mundo Digital 17 de mayo 2018
Mariajo Pons, portera de la selección española de fútbol
Iniciativa aprobada con 23 votos a favor de todos los partidos, salvo el PP
Los populares argumentaron que "ya hay suficientes armas legislativas para combatir" estas cláusulas ilegales
Son nulas de pleno derecho, pero existen. No pueden ser sostenidas como justificación de un despido, pero se hace. Las cláusulas antiembarazo en el deporte femenino siguen existiendo. Los clubes las imponen. Ante este hecho, el Congreso, a través de la Comisión de Igualdad, ha aprobado una iniciativa que pide al Gobierno que acometa las "modificaciones legislativas pertinentes" a efecto de "prohibir de forma expresa" la introducción de las cláusulas antiembarazo a las deportistas profesionales y amateurs.
a iniciativa ha salido adelante con los votos a favor de todos los grupos (23 - ERC, PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos-) y las 14 abstenciones del PP. El partido del Gobierno ha justificado su posición en que "ya hay suficientes armas legislativas para combatir" estas cláusulas ilegales. "Las leyes ya están ahí para ser respetadas, son los clubes las que no las respetan con esos contratos".
La iniciativa aprobada, asimismo, urge al Gobierno de Mariano Rajoy a llevar a cabo las modificaciones legislativas y reglamentarias oportunas, "con la finalidad de sancionar y prohibir el acceso a subvenciones o ayudas de carácter público, a aquellos clubs deportivos que introduzcan cláusulas antiembarazo".

Tolerancia cero

"No puede ser tolerado que en el siglo XXI el embarazo sea uno de los supuestos que permitan la resolución unilateral de un contrato; no podemos tolerar que para una deportista quedarse embarazada sea equiparable a dar positivo en un control antidopaje", ha expresado Ester Capella (ERC). "Por desgracia vemos como al Gobierno le falta liderazgo en esta iniciativa. Tendría que tener una actividad más proactiva, estar con las deportistas hablar con ellas, ayudarlas", ha incidido Rodrigo Gómez (Cs).
"Ya sabemos que las cláusulas son nulas de pleno derecho, pero es algo que está pasando. No se reconocen las ligas profesionales femeninas, el deporte femenino se basa en las relaciones contractuales no declaradas, en la economía sumergida. Son lentejas", ha descrito Teresa Arévalo (Unidos Podemos). "Se trata de una práctica extendida que supone una vulneración de uno de los derechos más fundamentales de las mujeres: decidir sobre su propio cuerpo y su maternidad", ha sido la exposición de Natalia González (PSOE).

Necesidad de inspecciones

El Congreso también traslada al Gobierno la necesidad de impulsar, en coordinación con las comunidades autónomas con competencias en materia de inspección laboral, las oportunas inspecciones para detectar y en su caso sancionar, las cláusulas antiembarazo.
No obstante, no es la primera vez que el Congreso se pronuncia sobre este asunto. Después de que este diario destapara el asunto, la Comisión de Deportes ya pidió al Gobierno que acabara con estas cláusulas antiembarazo.

jueves, 17 de mayo de 2018

En el 50 Aniversario de mayo 68: La revuelta de los “hijos de papá”


Por Rafael Alvira, Catedrático de Filosofía, en Aceprensa
Pasados cincuenta años del “mayo francés” y los demás sucesos similares de 1968, lo que más importa es comprenderlos y valorar la huella que han dejado hasta hoy. Se los puede interpretar como una rebelión, pero no tanto de excluidos cuanto de acomodados, que trajo un gran cambio social entronizando una libertad más hedonista que heroica.
La tendencia innata de simbolizar, propia del ser humano, se lleva a cabo de mil maneras, por la naturaleza misma del símbolo, que encierra siempre una gran riqueza de significado, imposible de desglosar analíticamente de modo exhaustivo. Eso sucede con el 68, cuya descripción histórica sería inacabable si intentáramos relatar lo que en torno a ese año sucedió, pero que convertido en símbolo no resulta descriptivamente inabarcable –pues él es la unidad de aspectos significativos– aunque sí inagotable en la riqueza de su significado.
Por tanto, queda a la responsabilidad del que se ocupa del 68, el intentar que su simbolización se ajuste lo mejor posible tanto a los hechos como a lo que ellos significan. Se puede usar aquí la famosa tesis hegeliana de la “astucia de la razón”, la cual realiza en la historia lo que los propios protagonistas desconocían o apenas sabían.
Se ha escrito mucho sobre el 68 y, como suele suceder, con interpretaciones diversas, aunque en este caso en general bastante cercanas. Los sucesos del 68, simplemente en cuanto tales, son mero objeto de descripción, pero los consideramos históricos en cuanto les ligamos un significado, y es en él en el que encerramos nuestra interpretación.
¿Qué nos dicen? De un lado, que las circunstancias hicieron posible que una filosofía configurase más a fondo una sociedad; de otro, que esa nueva configuración propició lo que vino después. Y estos son los aspectos que vamos a tratar a continuación.

En la corriente revolucionaria

En primer lugar: ¿qué conexión significativa tiene el 68 con el pasado? A mi modo de ver, fue un paso más en el despliegue histórico de las ideas de la Revolución de fines del XVIII. Algunos autores han negado el carácter revolucionario del 68, ya que –según ellos– toda revolución es violenta y busca alcanzar el poder político, rasgos ambos que en pequeña medida se pueden aplicar a nuestro objeto de estudio. Se generó poca violencia –aunque la hubo, en EE.UU., en París, en Praga, etc.–, y no había esperanza seria de lograr un cambio de actores políticos a corto plazo –aunque en algunos lugares, como en Praga, la hubo, pero por poco tiempo–.
Sin embargo, desde el punto de vista de la “corriente de la historia”, de la astuta razón histórica, el 68 fue un claro avance en la línea del desarrollo de lo iniciado políticamente en 1776 en América y en 1789 en Francia. Más aún: la cercanía intelectual, moral y política de los movimientos “sesentayochistas” en EE.UU. y Francia mostraron que la tan repetida tesis de la diferencia entre la Revolución americana de 1776 y la francesa de 1789 no lo fue de fondo, sino solo de forma de producirse, por la diferencia de ambas sociedades en aquel momento histórico.
Y el fondo es claro: la primacía revolucionaria de la libertad, entendida como total autonomía independiente, implica la igualdad social, dado que toda desigualdad amenaza el ejercicio de ese tipo de libertad. En efecto, un desigual superior es una amenaza para la libertad del inferior. Pero como la libertad completa de cada uno genera personalidades muy distintas y con diferente poder, el problema esencial y constitutivo de la democracia fue, lo era en el 68 y lo sigue siendo, cómo combinar libertad e igualdad.

Crisis de la sociedad tradicional

Esa combinación resultaba además particularmente difícil en una época en que todavía la familia, las corporaciones, la Iglesia y una estructura económica fija y jerarquizada tenían un gran poder. Por ello, la filosofía democrática fue cristalizando solo poco a poco, de manera desigual en los tiempos y en los países, en las esferas política, jurídica y económica, siempre bajo la tensión libertad-igualdad.
Donde, con todo, avanzó más rápido fue en la esfera cultural. El primer lugar donde el tradicionalismo comenzó a perder fuerza fue en este campo. Y ello se debió al entrelazamiento de factores adversos: la industria y el comercio comienzan a cambiar las condiciones económicas de vida; el Estado impone cada vez más la enseñanza “laicista”; y la Iglesia –aunque más tarde– pierde vigor. Las nuevas condiciones económicas dificultan la vida familiar; la enseñanza estatal difunde la crítica a las instituciones clásicas, particularmente el matrimonio indisoluble, la autoridad y la religión; la propia Iglesia, a partir sobre todo de los años 30 del siglo XIX, empieza a sufrir la reivindicación interna de los “modernistas”.
En consecuencia, las columnas de la sociedad clásica –familia, centros de enseñanza religiosos, e Iglesia– van poco a poco desmoronándose, para dejar sitio de modo progresivo a una sociedad que pretende ser plenamente libre e igual. Pues bien, el 68 simboliza un nuevo paso –y muy profundo– en esa dirección. Y ello se realiza porque en los años en torno a él se dio una fuerte intensificación de los factores que, combinados, eran desde el principio la condición imprescindible para el desarrollo de las nuevas ideas.

Factores de cambio

El primero es la riqueza. Sin instrumentos para ejercerla, la libertad es mera palabra, a no ser que se trate de pura libertad “interior”, pero no hay interioridad sin amor verdadero, y este es incompatible con la total independencia autónoma. La democracia nunca se ha propuesto este tipo de libertad. Pues bien, a lo largo de los años 60 Occidente experimenta un crecimiento espectacular y muy rápido de la riqueza.
El segundo es la movilidad, física y psicológica. Por un lado, crece la capacidad de transporte rápido y a lugares lejanos, junto a un tipo de trabajo móvil y cambiante; por otro, aumenta enormemente la cantidad y variación de datos que llegan a todas las personas, tanto por la gran expansión del número de quienes estudian algo, como por la aparición de la televisión y la multiplicación de medios de comunicación. Todo ello amplía el espacio físico y psíquico, lo que facilita la libertad.
El tercero, unido a los dos anteriores, es la progresiva rapidez del cambio –y más aún– de la sensación psicológica de cambio, en todos los planos de la vida. Disminuye así la capacidad de “fijar” la propia vida y su modo externo, lo que aumenta el sentido de vivir en libertad.
El cuarto es la comercialización en gran escala de la píldora anticonceptiva, que acabó con el concepto clásico de “clase media” como “clase de la responsabilidad”. Solo los muy ricos o los muy pobres tenían frecuentemente hijos extramatrimoniales. La clase media no los podía pagar ni justificar socialmente. Ella era así guardiana de la familia y de la moral pública. Todo eso se viene abajo con la píldora. Ahora bien, como escribe ya Aristóteles, la democracia es imposible sin clase media, lo que hace que el 68 tenga que empujar hacia una nueva visión de aquella, que no podía ser otra que la anarquista: todos somos iguales porque todos somos ricos.
El quinto es la crisis del Concilio Vaticano II. No es ninguna casualidad el que este terminara a las puertas de 1966, y está bien probado en concreto el papel de ambientes clericales en la preparación del 68. Sobre todo, el “postconcilio”, en el que se pretendió modernizar y por tanto democratizar, definitivamente la Iglesia, contribuyó de manera decisiva a debilitar las tres columnas de la sociedad clásica: familia, centros religiosos de enseñanza, e Iglesia.
Esta enorme debilitación fue utilizada sin tardanza por el marxismo, que abrió el famoso diálogo cristiano-marxista, con buenas consecuencias para el marxismo. Sin embargo, este último no tuvo papel predominante en el 68, con la excepción latinoamericana.

Libertad de ricos

En efecto, esta revolución fue la primera históricamente relevante hecha por “hijos de papá”, por “niños bonitos”. En EE.UU., en Europa e incluso en Checoslovaquia, país rico del bloque soviético. En España, el ejemplo más divertido de ello fue la calle Don Ramón de la Cruz (Madrid), rebautizada por los sesentayochistas como “Moncho Street”, lugar donde se vendía a los jóvenes revolucionarios ropa de aspecto pobre a precios muy superiores a la misma sin ese aspecto.
Pero al joven libre y rico le interesa la libertad total, no la disciplina marxista. Si además de libres hemos de ser iguales, e incluso liberarnos de la cansada rutina de la vida burguesa –que impone además, subordinaciones, entre otras, de estilo–, lo que hemos de organizar son comunas, a ser posible campestres, en las que todos somos iguales, simpatizamos tiernamente, y hacemos lo que nos da la gana. Claro está que, escondidos tras unos árboles, se encuentran los “jeeps” (hoy “monovolúmenes”) heredados de y pagados por papá, que sirven para ir a comprar alimentos y medicinas cuando hagan falta.
En Latinoamérica fue un poco diferente porque la riqueza era mucho menor, la sociedad más tradicional, y el postconcilio más marxista aún que en Europa o EE.UU.
El 68 fracasó a corto plazo, pero su triunfo a medio plazo ha sido espectacular. La cultura en Occidente lo muestra: la familia matrimonial y la Iglesia han perdido fuerza social en gran medida. La enseñanza es “modernista” por doquier, incluso en muchos de los colegios de religiosos que aún subsisten. Las costumbres son totalmente permisivas. Y aunque la igualdad sigue siendo una asignatura pendiente de completar, se ha conseguido ya algo muy relevante para lograrla: expandir por todas partes un estilo de vivir, de vestir, de hablar, de actuar, igualado por abajo, es decir, sin estilo.

domingo, 13 de mayo de 2018

Clave de la enseñanza: el maestro motivado ACEPRENSA 11.MAY.2018


En las últimas semanas, miles de profesores de escuelas públicas norteamericanas han salido a las calles a reclamar mejores sueldos. Lo económico solivianta al sector a tal punto que solo en 2017 hubo que “importar” a más de 2.800 profesores extranjeros, para quienes 40.000 dólares al año son miel sobre hojuelas. Los nacionales, que llevan tiempo bregando con los problemas del aula, saben que es muy poco para recompensar su dedicación.

Que sí, que la vocación docente es impagable, pero no está de más recordar que los maestros también comen, pagan alquiler, gasolina, envían a sus hijos a la escuela… Por eso, un reciente informe de la OCDE sobre el tema: “Enseñar para el futuro: prácticas efectivas en el aula para transformar la educación”, hace un alto en ese aspecto para las condiciones en que ha de desenvolverse el profesor que pretenda forjar a los jóvenes de estos tiempos de omnipresencia de la tecnología y de cambio en los modos de relación, que también llegan a la escuela.
El maestro –lo tiene claro el informe, redactado a partir de varias ponencias de docentes en un congreso en Dubái– debe estar motivado, y uno de los resortes para ello es la gratificación. “La enseñanza –afirma el texto– es una tarea compleja y difícil (…). Los profesores necesitan que sus esfuerzos sean reconocidos y retribuidos adecuadamente. La infrarremuneración de los maestros es un problema persistente en los sistemas educativos, pero en la medida en que sus tareas se vuelven más y más exigentes, se les debe pagar de una manera que reconozca esos retos”.
Sin embargo, la sorpresa del director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, al asistir a las ponencias, es que los docentes no ponían el mayor énfasis en lo económico. “No escuché a ninguno, en el Fórum, decir que necesitaba más dinero para empezar, lo cual es notable, pues suele ser el argumento fatal con el que pasamos la responsabilidad a otros”.
En vez de ello, se enteró de algunas propuestas acerca de cómo los profesores pueden asumir su papel transformador en estos tiempos.
Para enseñar y aprender, compartir

Y esta es una: los maestros ya no quieren recibir el guion “desde arriba”. Desean libertad creativa para desarrollar su programa de materias y clases, ajustado a las características de sus estudiantes y a la actualidad. En tal sentido, los ponentes plantearon que los directores de los centros educativos deben darles el espacio y el tiempo que necesitan para innovar y para hacer los ajustes metodológicos pertinentes a cada caso.
Como ejemplo, el de Mareike Hacherner, una profesora alemana que imparte la lengua de Shakespeare y la de Goethe. Hacherner se “salió” del currículo para conectar con problemas contemporáneos de relevancia social, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así, repartió carteles para que los estudiantes se enteraran, les proyectó documentales, los invitó a hacer sus propuestas sobre cómo resolver algunos de los más acuciantes problemas del mundo en desarrollo y, entre col y col, les coló cuestiones propias de la asignatura, a saber, temas de gramática, ortografía, redacción, interpretación de contenidos, etc. Además, les pidió conectar en las redes sociales con investigadores y estudiantes de otras partes del globo para compartir ideas.
Y precisamente por ahí va otra de las sugerencias: la de compartir, en este caso, experiencias. Las de otros maestros y las de otras escuelas. La británica Emma Russo, profesora de física, ha atestiguado la pertinencia de ello con una iniciativa para potenciar el interés de las chicas por las ciencias. Se denomina “Girls in Physics”, y pone a las muchachas de varias escuelas en contacto con renombradas científicas, que acuden a exponer sus historias. El buen resultado obtenido por Russo en su centro motivó que sus colegas la reclamaran desde otros colegios, adonde acude ahora a explicar y replicar su idea. El interés está asegurado porque, como afirma en The Economist Sir Kevan Collins, jefe de un fondo británico de investigación en la educación, “los profesores realmente confían en otros profesores”.
La colaboración interdocente, además, eleva los niveles de eficacia del profesor, entendida a partir de factores como su control del aula, la calidad de su instrucción y la implicación de sus estudiantes. Los informes PISA (2016) y Talis (2014) constatan que la percepción que tienen los maestros de su propia eficacia se dispara entre aquellos que se coordinan con otros para dar clases conjuntas una vez a la semana, y es bastante menor en los que, si acaso, se juntan apenas una vez al año.
Un balance entre habilidades y contenidos

Y está, qué duda cabe, la tecnología. Según Schleicher, los nuevos medios pueden ayudar en varias direcciones. Una, la más conocida, es valerse de ellos en el aula como vehículos del conocimiento y potenciadores de habilidades, y otra, la posibilidad de crear inmensas comunidades de profesores a través de Internet, que accederían digitalmente a los recursos desarrollados por otros y los ensayarían en su contexto, a la par que darían a conocer sus propias innovaciones.
Por supuesto que, al mencionar la palabra tecnología, puede asomar el ya concomitante tema de que lo crucial, a día de hoy, es poner el acento en enseñar habilidades informáticas más que en atiborrar el cerebro de contenidos –que a fin de cuentas, piensan algunos, “para esto último está Google”–. Para evitar que al final del curso salga por la puerta del aula una tropa de muchachos diestros en programación pero culturalmente analfabetos, la sugerencia, a ese profesor que ya ha logrado tener voto en el diseño del currículo, es que equilibre la enseñanza de destrezas y la de contenidos. “Después de todo –recuerda el informe–, incluso teniendo habilidades informáticas se necesitan algunos signos y un conocimiento base para encontrar tu propio camino”.
Por último, y para que el maestro no vaya dando palos de ciego, los ponentes subrayan un elemento esencial: la evaluación, tan denostada en ciertos ambientes. Para los expertos, el profesor que hace de sus alumnos sujetos activos, al enseñarles a trabajar en grupo, a resumir contenidos, a cuestionarse planteamientos y a predecir, a través del análisis, determinados fenómenos, puede incentivar en ellos una adecuada capacidad de autoevaluación, y personalmente, a la luz de los resultados, valorar qué tan efectivo ha sido su propio desempeño como guía del proceso.
Porque lo de enseñar, aun en tiempo de pantallas, sigue siendo un asunto muy humano, y como afirmó el pensador, “instruir puede cualquiera –incluido Google, podría añadirse–; pero educar, solo quien sea un evangelio vivo”.

jueves, 10 de mayo de 2018

La felicidad matrimonial tiende a mejorar con el tiempo

Un cliché habitual en algunas películas “románticas” presenta el matrimonio como una institución donde el entusiasmo de los recién casados acaba dando paso, inevitablemente, a una relación mortecina. Pero no es esa la experiencia más frecuente entre quienes llevan muchos años casados, según un estudio dirigido por Paul Amato, profesor emérito de sociología de la familia y demografía en la Universidad Estatal de Pensilvania.
A diferencia de otros estudios longitudinales sobre el matrimonio, que se limitan a seguir a las parejas durante los cinco años siguientes a la boda, el de Paul Amato y Spencer James –titulado Changes in Spousal Relationships over the Marital Life Course– abarca un período de 20 años e incluye a 205 parejas que llevaban casadas 40 o más años al término del estudio. El conjunto de la muestra comprende a 1.617 personas casadas alguna vez, entre las que hay divorciados.
“Como la mayoría de estudios, el nuestro se basa en promedios, de modo que el rango de resultados posibles en matrimonios de larga duración es amplio”, explica Amato en una entrevista realizada por Alysse ElHage para Family Studies. “Algunas parejas permanecen en matrimonios que no son particularmente satisfactorios y las cosas no llegan a mejorar. Otras descubren que sus atribulados matrimonios mejoran con los años. Lo que sí podemos decir a partir de nuestro estudio es que ser feliz, compartir actividades con tu cónyuge y tener un matrimonio pacífico después de 20, 30 o 40 años es bastante habitual”.
En sintonía con otras investigaciones, el estudio constata que hay períodos de más esfuerzo durante los primeros 20 años de matrimonio, cuando la crianza de los hijos, las obligaciones laborales o las dificultades económicas pueden añadir importantes dosis de estrés a la relación.
Los autores del estudio no tienen recetas mágicas, pero sí observan un patrón común en los matrimonios felices. “Cuando las parejas se comprometen a seguir juntas durante las épocas difíciles, permanecen fieles y se esfuerzan de forma activa por resolver sus problemas, los resultados positivos a largo plazo –si bien no están asegurados– son habituales”, dice Amato.
A medida que la relación madura y las circunstancias vitales cambian, la experiencia más común es que la estabilidad juegue a favor de los cónyuges. “En contra de lo que mucha gente cree, la calidad de vida matrimonial no tiene por qué decaer: [de hecho,] suele permanecer alta e incluso mejorar a lo largo de las décadas”. 

Guía para entender el referéndum del aborto en Irlanda

Dublín.— El próximo 25 de mayo, los irlandeses votarán en referéndum una propuesta de revocar el artículo 40.3.3 de la Constitución, que garantiza el respeto de la vida del no nacido. Ambos bandos sostienen una campaña muy viva. Esta es una guía para comprender el debate.

¿Qué dice la Constitución actualmente sobre la vida por nacer?

El artículo 40.3.3, conocido como la Octava Enmienda, fue incluido en la Carta Magna por referéndum en 1983, y garantiza la protección constitucional de la vida del niño no nacido. Dice así: “El Estado reconoce el derecho a la vida del no nacido y, con la debida consideración para el igual derecho de la madre a la vida, se compromete por ley a respetarlo y, en cuanto sea factible, a defenderlo y hacerlo valer”.
El artículo otorga igual rango constitucional a la madre y al no nacido, y prohíbe el aborto en la mayoría de los casos. Si es revocado, el gobierno presentará una nueva ley, que incluirá –según algunas propuestas que ya circulan– el aborto libre hasta la semana 12, y por motivos de salud hasta el momento de la viabilidad del feto. Además, no habrá plazo límite en caso de grave malformación.

¿Quién está detrás de esto?

En los 30 años transcurridos desde que perdieron el referéndum de 1983, por mayoría de dos tercios, los promotores del aborto se han implicado en una campaña sostenida para quitar el artículo 40.3.3 de la Constitución irlandesa. Sus esfuerzos culminaron el año pasado, cuando una Comisión Parlamentaria aprobó una recomendación de legalizar el aborto. La Comisión mostró desde el principio un claro prejuicio proaborto, por lo que varios miembros provida se retiraron. Prueba de este sesgo es que votó a favor de revocar la Octava Enmienda dos meses antes de publicar sus recomendaciones, aun sin llegar a escuchar a todos los testigos que había decidido llamar a declarar.


Al final, los miembros de la Comisión decidieron que el actual precepto constitucional contra el aborto era “inadecuado”, y hacía falta “una reforma constitucional”. Así pues, votaron a favor de celebrar un referéndum sobre el asunto, y el gobierno se apresuró a convocarlo para mayo próximo, quizás para que tuviera lugar antes de la visita del Papa Francisco en agosto.
La campaña a favor del aborto está liderada por la Coalición para Revocar la Octava Enmienda, una plataforma que abarca muchos grupos políticos y militantes. Solo dos partidos de izquierda, el Laborista y el Sinn Fein, han adoptado oficialmente una postura proaborto en sus partidos; pero el primer ministro, Leo Varadkar (Fine Gael), y varios miembros del gobierno han estado haciendo campaña abiertamente contra la Octava Enmienda.
Hay también un fuerte sesgo a favor de revocarla en los principales medios de comunicación, que sistemáticamente evitan cubrir hechos desfavorables al lobby proaborto o que mostrarían al público la realidad completa de la “cultura del aborto” que se ha desarrollado en el Reino Unido y otros países. (1)

¿Quién hace campaña a favor de la Octava Enmienda?

La movilización de los que desean mantener el texto actual de la Constitución, bajo el lema “Save the 8th”, está encabezada por dos grupos, ambos constituidos en los años 90: la Pro Life Campaign (PLC) y el Life Institute. Los dos son organizaciones muy profesionales, con capacidad para sacar a la calle a decenas de miles de personas en marchas y manifestaciones por la vida. Las apoya un tercer grupo, llamado One Day More, formado por padres que recibieron un diagnóstico prenatal equivocado de sus bebés.

¿Cuáles son los argumentos de uno y otro bando?

La campaña en pro de la revocación está firmemente asentada en dos puntos: la crítica feminista al statu quo y la negación implícita de la humanidad del niño no nacido, al que los abortistas suelen referirse como “embrión” o “feto”. Según ellos, “la enmienda iguala la vida de una mujer embarazada con la de un embrión o un feto, y ha creado una distinción inviable entre la vida de la mujer y su salud. La Octava Enmienda de la Constitución irlandesa es fuente de discriminación contra todas las mujeres residentes en Irlanda, y crea un sistema de salud discriminatorio en el que la mujer encinta solo tiene un derecho limitado a la atención sanitaria”. La mayor parte de la retórica antienmienda se centra en las mujeres, algo de lo que se hacen eco eslóganes como “Trust Women” (“Confía en las mujeres”).

Por su parte, la campaña provida, naturalmente, insiste en afirmar la humanidad del no nacido, a la vez que reconoce el genuino sufrimiento que a menudo causan los embarazos no deseados. De ahí su principal eslogan: “Love Both” (“Ama a los dos”). Su objetivo es superar la dicotomía que plantean los abortistas entre el bienestar del no nacido y la salud de la mujer.

¿Quién ganará?

Los últimos sondeos, de finales de abril, muestran el mismo pronóstico: sin contar a los indecisos, hay en torno a un 62% a favor de revocar la Octava Enmienda, frente a un 38% que aboga por mantenerla. La cuestión es si la campaña provida podrá convencer al menos a un 13% de que se pase a su bando. No es ciertamente imposible, y los provida están implicados en todo el país en una vigorosa campaña, bastante más enérgica que la de sus contrarios. Parece que el punto central de su argumento, la humanidad del no nacido, está haciendo mella, pero hasta ahora eso no se ha traducido en una decisión de votar para salvaguardar la vida del niño por nacer.
Un caso interesante es el de Nell McCafferty, feminista de renombre, fundadora del Irish Women’s Liberation Movement. Hace poco dijo en una conferencia en Kerry que estaba tratando de decidirse sobre el aborto: “¿Es matar a un ser humano? ¿Es poner fin a una vida en potencia?”. Señaló que no podía responder a la pregunta, “pero no porque no sea capaz, sino porque no estoy dispuesta a afrontar algunos de los hechos relacionados con el aborto”. Afirmó que había buscado en Google cómo es un feto de 12 semanas. En esa fase de desarrollo, los no nacidos “se chupan los pulgares; ya tienen las uñas de los pies y de las manos, y brazos y piernas". Además, dijo que en un aborto “se raspa el contenido del útero. Los provida están en lo cierto. Y cuando se sacan fuera esos brazos y piernas, pienso: Dios mío, ¿esto es lo que yo estoy defendiendo?”.
Pues bien, a pesar de eso, ella confirma que votará a favor de rechazar la Octava Enmienda, porque cree que el aborto es necesario.

¿Qué papel ha desempeñado la Iglesia católica en la campaña?

Se ha dicho que la Iglesia ha estado más callada esta vez. En marzo, The Economist publicó un artículo, titulado “Los católicos evitan llamar la atención durante la campaña del referéndum en Irlanda”, donde señalaba que, en contraste con la campaña provida de 1983, “el catolicismo manifiesto casi ha desaparecido de escena”. Y continuaba: “Aunque la afiliación religiosa de muchos activistas es, por supuesto, conocida, los grupos provida contemporáneos, como el Iona Institute, la Pro Life Campaign, el Life Institute y Save the 8th, se presentan como aconfesionales o multiconfesionales, o simplemente dejan ese tema difuso”.

Es una afirmación muy extraña. Primero, hasta donde alcanza mi memoria, la campaña provida en Irlanda nunca ha sido confesionalmente católica, sino genuinamente pluralista. Segundo, no hubo escasez de “catolicismo manifiesto” en la Marcha por la Vida de marzo pasado en Dublín: rosarios, imágenes, pancartas, monjas, frailes, sacerdotes (incluido este servidor). Además, en los últimos meses, once obispos han publicado cartas pastorales a favor de la vida.
No obstante, la campaña provida afirma con razón que el aborto puede y debe ser rechazado sobre la base de los derechos humanos, con independencia de las creencias religiosas.
Dicho esto, al haberse presentado el aborto como un asunto de salud femenina, las opiniones de los hombres, y aun de las mujeres que han sobrepasado la edad de tener hijos, tienden a ser rechazadas tout court. Es comprensible entonces que las caras visibles de la causa provida sean mujeres jóvenes, como Cora Sherlock, Caroline Simons, Sinead Slattery o Lorraine McMahon, de la PLC, o Niamh Uí Bhriain, de Save the 8th. Ellas presentan la causa de una manera muy atractiva y convincente.
Ahora bien, los sacerdotes no guardan silencio sobre este asunto en sus parroquias, aun a costa de atraerse críticas de sexismo y discriminación por edad. Un caso notable ha sido el de la expresidenta de la Comisión Parlamentaria, la senadora Catherine Noone, que durante la misa de Pascua en el Santuario Nacional de Irlanda, tuiteó: “En la misa de Pascua en la Basílica de Knock, esta tarde con mis padres, un sacerdote octogenario nos predicó al menos tres veces sobre el aborto. No me extraña que la gente se sienta desilusionada con la Iglesia católica”. El tuit provocó mucha indignación en las redes sociales, y fue finalmente retirado.

¿Qué consecuencias tendrá el referéndum?

Una derrota de la Enmienda sería sin duda motivo de desánimo para muchos en Irlanda y fuera de Irlanda. Vendría a ser la confirmación de que Irlanda se aparta de los valores defendidos durante siglos, tras la legalización del matrimonio homosexual en el anterior referéndum de 2015.
Una victoria, aunque dulce, no estaría exenta de riesgos, pues exacerbaría lo que se dio en llamar, tras el referéndum de 1983, “la segunda partición de Irlanda”, entre conservadores y liberales, y reforzaría la actual hostilidad hacia la Iglesia católica, tan extendida en muchos sectores de la vida irlandesa. Esto añadiría además una nueva y problemática dimensión a la planeada visita del Papa en agosto para el Encuentro Mundial de las Familias.
Asimismo, otra muy seria y preocupante consecuencia de la revocación de la Octava Enmienda sería que supondría un paso fatídico en el proceso por el que el Estado irlandés pasa de un modelo de ley natural a un modelo positivista. Ha habido significativos pasos en esa dirección en los últimos años, especialmente con el gradual desmantelamiento de los derechos naturales de la familia, que culminó con la toma del control del matrimonio por parte del Estado a raíz del referéndum de 2015. Desde ese momento, el Estado ya no reconoce el matrimonio como una institución que precede a las leyes, sino que ahora se erige en árbitro del matrimonio.
Análogamente, y de modo más grave, un resultado favorable al aborto en el referéndum del 25 de mayo convertiría al Estado en árbitro de la vida y la muerte. Una vez establecido ese principio, quién, cuándo y por qué ha de morir será solo cuestión de sutilezas legales. La discriminación por edad, mencionada por algunos en su campaña contra la Octava Enmienda, llegará pronto a sus últimas consecuencias en un intento para legalizar la eutanasia en Irlanda.
Gavan Jennings es director de la revista Position Papers

(1) N. de la R. Sobre el aborto y la salud de la mujer, es interesante recordar que la mortalidad materna es menor en Irlanda (8 por 100.000 nacimientos) que en el Reino Unido (9), según datos del Banco Mundial.

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