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jueves, 18 de octubre de 2012

El nuevo cura de Ars de la Marsella agnóstica multiplica los fieles en un barrio islámico

Por Javier Lozano
Rel

Ha revolucionado la iglesia francesa: cogió una parroquia del centro de Marsella que iba a ser cerrada y ahora no para de bautizar a adultos.

“Traer tantas almas para Dios como sea posible”. El padre Michel Marie Zanotti Sorkine se ha tomado esta frase muy a pecho y se ha convertido en su principal objetivo como sacerdote.

Así lo está haciendo tras haber transformado una iglesia que iba a ser clausurada y demolida en la parroquia con más vida de Marsella. Su mérito es aun mayor cuando el templo está situado en un barrio con una enorme presencia de musulmanes en una ciudad donde menos del 1% de la población es católica practicante.


Había sido músico de éxito. La clave para este sacerdote que previamente había sido músico de éxito en multitud de cabarets de París y Montecarlo es la “presencia”, hacer presente a Dios en el mundo de hoy. Las puertas de su iglesia están todo el día de par en par y viste de sotana porque “todos, cristianos o no, tienen derecho a ver un sacerdote fuera de la iglesia”.

De 50 feligreses en Misa a 700. Su balance es abrumador. Cuando llegó en 2004 a la parroquia de San Vicente de Paúl del centro de Marsella la iglesia permanecía cerrada durante la semana y la única misa dominical se celebraba en la cripta a la que apenas acudían 50 personas.

Como él mismo cuenta lo primero que hizo fue abrir el templo todos los días y celebrar en el altar mayor. Ahora la iglesia permanece abierta casi todo el día y hacen falta sillas adicionales para albergar a los fieles. Más de 700 todos los domingos, más incluso en las grandes fiestas. Casi 200 adultos se han bautizado desde que llegó, 34 en esta última Pascua. Se ha convertido un fenómeno de masas no sólo en Marsella sino en toda Francia, con reportajes de medios de todo el país atraídos por la cantidad de conversiones.

El nuevo cura de Ars en la Marsella agnóstica. Una de las iniciativas principales del padre Zanotti Sorkine para revitalizar la fe de la parroquia y conseguir tal afluencia de gente de toda edad y condición social es la confesión. Antes de la apertura del templo a las 8 de la mañana ya hay gente esperando en la puerta para poder acudir a este sacramento o para pedir consejo a este sacerdote francés.

Tal y como cuentan sus feligreses, el padre Michel Marie está buena parte del día en el confesionario, muchas veces hasta pasadas las once de la noche. Y si no está ahí siempre se le encuentra vagando por sus pasillos o en la sacristía sabiendo la necesidad de que los sacerdotes estén siempre visibles y cercanos para salir en auxilio de todo aquel que lo necesite.

La iglesia siempre abierta. Otra de sus señas de identidad más características es la de tener el templo permanentemente abierto. Esto le ha generado críticas de sacerdotes de su diócesis pero él afirma que la misión de la parroquia es “permitir y facilitar el encuentro del hombre con Dios” y el cura no puede ser un impedimento para esto.

El templo debe favorecer el nexo con Dios. En una entrevista en televisión afirmaba convencido que “si hoy en día la iglesia no está abierta es que de cierta manera no tenemos nada que proponer, que todo lo que ofrecemos se acabó. Mientras que en este caso la iglesia está abierta todo el día, hay gente que viene, prácticamente nunca hemos tenido robos, hay gente que ora y le garantizo que esta iglesia se transforma en un instrumento extraordinario que favorece el encuentro entre el alma y Dios”.

Era la última oportunidad para salvar la parroquia. El obispo le mandó a esta parroquia como última oportunidad para salvarla y le hizo caso de manera literal cuando le dijo que abriera las puertas. “Hay cinco puertas siempre abiertas y así todo el mundo puede ver la belleza de la casa de Dios”. 90.000 coches y miles de viandantes y turistas se encuentran con la iglesia abierta y con los sacerdotes a la vista. Este es su método: la presencia de Dios y su gente en el mundo secularizado.

La importancia de la liturgia y de la limpieza. Y aquí llega otro punto clave para este sacerdote. Nada más llegar y con la ayuda de un grupo de laicos renovó la parroquia, la limpió y la dejó resplandeciente. Para él este es otro motivo de por qué la gente opta por volver a la iglesia. “Cómo quiere que se crea que Cristo vive en un lugar si todo no está impecable, es imposible”.

Por ello, los manteles del altar y del Sagrario tienen un blanco inmaculado. “Es el detalle el que hace la diferencia. Con el trabajo bien hecho nos damos cuenta del amor que manifestamos a los seres y a las cosas”. De manera tajante asegura que “creo que cuando se penetra en una iglesia donde todo no está impecable es imposible creer en la Presencia gloriosa de Jesús”.

La liturgia se torna en el punto central de su ministerio y mucha gente ha sido atraída a esta iglesia por la riqueza de la Eucaristía. “Esta es la belleza que conduce a Dios”,afirma.

Las misas están siempre repletas y en ellas hay procesiones solemnes, incienso, cánticos cuidados… Todo hecho al detalle. “Le doy un trato especial a la celebración de la Misa para mostrar el significado del sacrificio eucarístico y la realidad de la Presencia”. “La vida espiritual no se concibe sin la adoración del Santísimo Sacramento y sin un ardiente amor a María” por lo que introdujo la adoración y el rezo diario del Rosario dirigido por estudiantes y jóvenes.

Sus sermones son también de lo más esperado e incluso sus feligreses los cuelgan en internet. En ellos llama siempre a la conversión, por la salvación del hombre. En su opinión, la falta de este mensaje en la Iglesia de hoy “es quizás una de las principales causas de la indiferencia religiosa que vivimos en el mundo contemporáneo”. Ante todo claridad en el mensaje evangélico. Por eso advierte de la frase tan manida de que “todos vamos a ir al cielo”. Esta es para él “otra canción que puede engañarnos” debido a que hay que luchar, empezando por el sacerdote, para llegar al Paraíso.

El cura de la sotana. Si hay algo que distingue a este alto sacerdote en un barrio de mayoría musulmana es su sotana, que siempre lleva puesta, y el rosario entre las manos. Para él es primordial que el cura pueda ser distinguido entre la gente. “Todos los hombres, empezando por uno que cruza el umbral de la iglesia, tiene el derecho de reunirse con un sacerdote. El servicio que ofrecemos es tan esencial para la salvación que nuestra visión debe hacerse tangible y eficaz para permitir esta reunión”.

De este modo, para el padre Michel el sacerdote lo es 24 horas al día. “El servicio debe ser permanente. ¿Qué pensaría usted de un marido que en su camino a su oficina por la mañana se quitara su alianza?”.

En este aspecto es muy insistente: “en cuanto a aquellos que dicen que el habito crea una distancia es que no conocen el corazón de los pobres para los cuales lo que se ve dice más de lo que se dice”.

Por último recuerda un detalle importante. Los regímenes comunistas lo primero que hacían era eliminar el habito eclesiástico sabiendo de la importancia de la comunicación de la fe. “Esto merece la atención de la Iglesia de Francia”, afirma.

Sin embargo, su misión no la desarrolla únicamente en el interior del templo sino que es un personaje conocido en todo el barrio, también por los musulmanes. Desayuna en los cafés del barrio, allí habla y se reúne con los fieles y con gente no practicante. Él lo llama, su pequeña capilla. Así ha conseguido ya que muchos vecinos sean ahora asiduos de la parroquia y han convertido a esta iglesia de San Vicente de Paúl en una parroquia totalmente resucitada.

Una vida peculiar: cantante de cabarets. La vida del padre Michel Marie ha estado siempre en movimiento. Nació en 1959 y tiene orígenes rusos, italianos y corsos. A los 13 años perdió a su madre y le causó una “ruptura devastadora” lo que le hizo unirse aún más a la Virgen María.

Al tener un gran talento musical, apagó la pérdida de su madre con la música. En 1977 tras ser invitado a tocar en el café París de Montecarlo se trasladó a la capital dondecomenzó su carrera de compositor y cantante en cabarets. Sin embargo, la llamada de Dios era más fuerte y en 1988 entró en la orden dominica por su devoción a Santo Domingo. Con ellos estuvo cuatro años cuando ante la fascinación por San Maximiliano Kolbe se fue a la orden franciscana, donde también permaneció cuatro años.

Fue en 1999 cuando fue ordenado sacerdote para la diócesis de Marsella con casi cuarenta años. Además, de su música, dedicada ahora a Dios, también es escritor de éxito, ha publicado ya seis libros y poeta.

sábado, 6 de octubre de 2012

Décimo aniversario Canonización de Josemaría Escrivá

Un homenaje con 80.000 flores

Nací en Manila, en una familia numerosa: somos siete hermanos. Durante el último año de carrera en la Facultad de Economía, una amiga me habló del mensaje de Josemaría Escrivá, el trabajo profesional es camino de santificación. Después de algunos años me trasladé a Roma, para trabajar en la administración doméstica de diferentes Centros del Opus Dei en esa ciudad. 

Durante ese período, me ocupé de la decoración floral de algunos eventos importantes, como ceremonias en la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz, o para el centenario del nacimiento de Josemaría Escrivá de Balaguer, en 2002. El trabajo me gustaba y cada vez aprendía a hacerlo mejor.

En junio de 2002, el staff organizador de ceremonia de canonización del Fundador del Opus Dei me pidió hacerme cargo del diseño y la supervisión de la decoración de la plaza de San Pedro y de la Basílica de San Eugenio. El trabajo era el mismo, pero las dimensiones se agigantaban... 

La historia empezó en Ecuador

José Ricardo es hijo de un floricultor ecuatoriano. Había vuelto a vivir en Ecuador después de algunos años de estancia en Venezuela, donde conoció a su esposa, Marie-Aleth. En Quito, adquirió una finca porque había decidido seguir los pasos profesionales de su padre. Desde hace algunos años, Ecuador se ha convertido en uno de los principales productores y exportadores de rosas y variados tipos de flores a todo el mundo. José Ricardo tuvo un buen negocio. 

Cada uno aporte lo que pueda

En febrero, José Ricardo se enteró de la próxima canonización de Josemaría Escrivá, a quien él le tenía una profunda devoción. 
Pensó que un modo de colaborar con esta ceremonia sería enviar todas las flores que pudiera para decorar la plaza de San Pedro. 
Compartió su idea con varios colegas que se subieron al proyecto. 
Su tío Mauricio, un pionero en la producción de flores para exportación, también quiso donar rosas para el evento. Diego y Álvaro, que son hermanos y socios, se ofrecieron a dar varias cajas de rosas... Pero la lista de donantes no incluía únicamente a los cultivadores de flores ecuatorianas. 

A medida que la iniciativa avanzaba, José Ricardo pidió colaboración a algunas empresas holandesas relacionadas con el negocio. En Holanda gustó la idea. Hubo un señor, gerente de ventas de una línea aérea holandesa, que ofreció el transporte de las cajas de forma gratuita, desde Quito a Amsterdam. Un cliente y un amigo alemán, propietario de un negocio de prestigio en todo el mundo, se comprometió a desempacar las flores en Amsterdam, también de forma gratuita. Esto implicaba cortar los tallos e ir poniéndolas en agua, tenerlas listas para ser transportadas a Roma y, al mismo tiempo asegurar que las flores estuvieran en buenas condiciones. En cuanto al transporte terrestre, otro buen amigo, Carlo, gerente de otra empresa del sector, se puso en contacto con una empresa de transporte italiana para llevar toda la mercancía a Roma-de forma gratuita-en la fecha precisa.
Plaza de San Pedro, 6 de Octubre de 2002
Plaza de San Pedro, 6 de Octubre de 2002

Acepto la propuesta

Como decía al inicio, fui elegida como coordinadora y supervisora de la decoración de la plaza de san Pedro el día de la canonización. El equipo que formamos iba a trabajar bajo la supervisión de la Oficina de los Jardines Vaticanos. En ese momento me enteré de que existía una Oficina para la gestión de las plantas... ¿Qué tendríamos que hacer? Mi mente giraba en torno a lo desconocido. En estos casos, lo que suele ocurrir es que mi imaginación empieza a funcionar sin descanso.

¿Qué hacer cuando más de 80.000 flores aterrizan en Roma?

"No hay ocupaciones poco importantes. Debajo de este campo cuajado de rosas —decía—, se esconde el esfuerzo silencioso de tantas almas que, con su trabajo y oración, con su oración y trabajo, han conseguido del Cielo un raudal de lluvias de la gracia, que todo lo fecunda." San Josemaria Escrivá. Surco, 530
Empecé a mirar libros con fotos de otras ceremonias. No había prácticamente ninguna fotografía cerca del altar, y mucho menos de la escalinata o abanico ( ventaglio ) como se llaman las escaleras que conducen al sagratodonde el altar que utiliza el Papa se suele instalar. Pasé páginas y páginas ... hasta que encontré una fotografía que me llamó la atención. La toma era de cientos de sacerdotes bajando por el ventaglio , para distribuir la Sagrada Comunión. El ventaglioestá hecho con mármol travertino en color blanco y, en su desnudez, parecía pobre para la grandeza de la Eucaristía. ¿Y si decoramos los escalones?

Buena idea, ¿quién la realiza?

La idea consistía en hacer una alfombra floral en los escalones alternos delventaglio . Algo similar a lo que se suele hacer en muchos lugares donde se celebra la procesión del Corpus Christi. Lo que cambiaría sería la técnica. En vez de usar las hojas o pétalos sueltos, se dispondrían piezas de césped en los escalones. Las flores irían insertadas en la hierba. Miles de crisantemos, claveles, aster matsumoto y solidago, de variados colores y especies son algunos de los ejemplares que adornaban la escalera. Para mantenerlas en buenas condiciones –debían durar tres días- colocamos cada tallo en una ampolla con agua. 

La escalinada de San Pedro o <i>ventaglio</i>
La escalinada de San Pedro o ventaglio
El 6 de octubre al amanecer, las plataformas frente alSagrato parecían un jardín de rosas en medio de helechos, aves de paraíso, ginger y cascadas de potus. La scalinata llena de aves del paraíso, flores indígenas de Australia, el ginger, solidago... Lo que no se podía ver a simple vista es que toda esa explosión de colores era la materialización de oraciones abundantes: los voluntarios sabíamos el valor que podía tener ofrecer a Dios cada una de esas flores cortadas, colocadas en una ampolla e insertadas siguiendo un diseño...

Mucho más tarde, al recordar estos días, veo que la gran lección de solidaridad y buena voluntad de estas personas fue excepcional. La buena disposición, el entusiasmo y el deseo de colaborar en algo relacionado con la canonización fue parte de la alegría de la ceremonia. El agotamiento no tenía importancia. La aspiración de todo el mundo era trabajar lo mejor posible para manifestar de esta manera su devoción y gratitud a Dios, por el don de un nuevo santo en la Iglesia que nos ha enseñado a hacer de lo más pequeño una obra de valor infinito. 


Bessie Briones
Bessie Briones
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Bessie Briones trabaja para la Philippine Foundation for Cultural and Educational Development, Inc. (Fundación Filipina para el desarrollo cultural y educativo).

Escribió el libro: "Un homenaje en Flores", que saldrá a la luz próximamente en la editorial Inkwell, Co. 

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