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domingo, 20 de marzo de 2016

Steen Jakobsen: El contrato social ya está roto. O: la naturaleza no perdona nunca








Una nuev claspolític es avanzando rápidamente en OccidenteDesde EEUU hasta Polonia, partidos y dirigentes que hace unos años hubieran estado condenados a la marginación política, hoy están ganando apoyo  e incluso llegando a tocar poder.  El estancamiento de los salarios, el poder  de algunas empresas, la creciente desigualdad dingresos o el cambio demográfico pueden ser algunas de las causas que están motivando este movimiento. Un cambio, que según Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, puede tener  un camino turbulento pero alcanzaun final positivo.

     (Publicado el 18-03.2016 en El Economista, diario digital)

     "¿Cómo explicamos el ascenso de Donald Trump, el riesgo de Brexit, el hecho de que Marie Le Pen tenga posibilidades de convertirse en el próximo presidente de Francia, y la situación general de un mundo político en el que todos los gobernantes en ejercicio  parecen a punto  de ser derribados de sus escaños?", se pregunta el banquero danés.

     La respuesta es sencilla, según este economista: "¡Es el contrato social, que no sólo se es rompiendo, sino que también es siendo arrojando por la borda! Entretanto, las élites políticas se quedan calvas intentando analizar porqué alguien  como Trump, un candidato con cuatro bancarrotas a sus espaldas, inmoral, desabrido y todo  un profesional del auto-bombo puede alzarse con el poder  en el partido Republicano".

     El contrato social se puede definir como "un convenio o acuerdo entre  el gobernante y sus gobernados que define  los derechos y deberes de cada uno". Pues bien, este contrato social es roto: "La sociedad tal y como la conocemos es harta de ser dócil y aceptar una 'situación de emergencia' interminable. ¡Uno sólo puede afrontar un número limitado  de emergencias en el tiempo de una vida!", asegura Jakobsen.

     "Ahora los votantes del mundo quieren cualquier cosa menos a la clase dirigente tradicional. Este es el motivo por el que Hillary Clinton no puede ganar las elecciones de EEUU: ella es la personificación de la clase dirigente, del orden  elitista. Trump, por otra parte, representa el caos en un mundo de orden, y esto es lo que los votantes de EEUU quieren", asegura el economista de Saxo Bank.

     Los salarios cada vez representan una menor parte  del PIB, mientras que los beneficios siguen ganando peso. Ojo, el crecimiento de los beneficios no quiere  decir que los empresarios se estén forrando, puede significar que las empresas (en su afán  por competir) gasten s en inversión, como incrementar su capacidad tecnológica.

     El auge  de estos políticos de los extremos tiene cierto  sentido: "Económicamente, esto tiene todo  el sentido del mundo, y lleva gestándoslargo tiempo. El ratio compensación salarial/PIB en EEUU es el s bajo registrado jamás"

¿Se  equivocan los bancos centrales?

     Los bancos centrales están utilizando una estrategia que podría  no conseguir el efecto esperado: "Incentivas a los inversores y consumidores para  que gasten o inviertan, y la demanda de crédito crece. Apoyar a los bancos no ha nada por la inflación  o el crecimiento, pero ha cada vez s probable que se rompa el contrato social. No funciona, y en este momento es contraproducente tanto para  los bancos como para  alcanzar la meta de la normalización", asegura Jakobsen.

     En este momento, las políticas de los bancos centrales están trabajandpara  atender, o ayudar, al 20% de la economía que ya tiene acceso al créditobancos y empresas cotizadas. Esto se hace a expensas del 80% de empresas pequeñas y medianas, que obtienen menos del 5% del crédito y u0% del capital político. Entretanto, el 20% (Wall Street) consigue el 95% del crédito y el 100% del capital político.

     Por ello, en 2016 "todo lo que tenga que ver con reequilibrar la economía tiene que basarse en alejarse de Wall Street y acercarse a Main Street (la clase baja y media, y las pequeñas empresas). Para  que aumenten el crecimiento y la productividad, necesitamos ver a Wall Street rindiendo relativamente peor y necesitamos ver mejorar a Main Street recibiendo mejores pagas".

     Jakobsen señala que "además, las empresas necesitan urgentemente comenzar a invertir en productividad y bienes de capital, algo que en gran medida llevan pasando por alto hace ya casi una década. Este es el motivo por el que el contrato social es roto y por lo que se continuapenalizando a las élites políticas, que en gran medida siguen confiando en que al final 'se impondrá la lógica'. Es necesario que los gobiernos que pueden endeudarse al 0% de interés proyecten inversiones en infraestructuras a gran escala"

¿Cómo será este cambio?

     Este cambio que se avecina tend un comienzo complicado, como todos los cambios, pero el final se bastante positivo para  la gran mayoa:  "Será ruidoso, y el espectro político se pond 'peor' antes de mejorar, pero es una expansión del espectro político que es sumamente necesaria para  apartarse del escenario político de 'todos en el centro', en el que tener  un par de manos firmes es s importante que la ambición, las aspiraciones elevadas y los sueños", argumenta Jakobsen.


     Jakobsen creque este cambio se tiene que producir, no obstante no es necesario dar un giro radical  a las cosas porque "el mundo va bien en términos generales: necesita un poco  de ayuda  en forma  de infraestructuras e inversiones en capital físico, pero en términos generales el mundo ess equilibrado y preparado para  el cambio que en cualquier momento previo de esta crisis".

     El banquero creque este cambio se bueno, y "un nuevo contrato social debe  ser visto como lo que es: el final de la economía planificada que (irónicamente) hemos adoptado desde que cayó el Muro de Berlín. Pero ¿qué significa esto para  los mercados y la política?"

     "En todos los países, la extrema izquierda y la extrema derecha lo ha mejor: no por sus programas, sino porque están alejadas del centro. Al mercado no le gusta esto y, como ya he dicho, el precio  de esta transición es que Wall Street necesitará hacerlo relativamente peor, en parte  por una  transferencia de ingresos hacia  'Main Street'  y en parte  debido a la necesidad de un incremento en las inversiones en la economía real, pero esto es una  cosa buena. El rey ha muerto, larga vida al rey", finaliza el banquero danés.

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