"¿Cómo explicamos el ascenso de Donald Trump, el riesgo de Brexit, el hecho de que Marie Le Pen tenga posibilidades de convertirse en el próximo presidente de Francia, y la situación general de un mundo político en el que todos los gobernantes en ejercicio  parecen a punto
 de ser derribados de sus escaños?", se pregunta
el banquero danés.
     La respuesta
es sencilla, según este economista: "¡Es el contrato social, que no sólo se está rompiendo, sino que también está siendo arrojando por la borda! Entretanto, las élites políticas se quedan calvas intentando analizar porqué alguien
 como Trump, un candidato con cuatro bancarrotas a
sus espaldas, inmoral, desabrido y todo  un profesional del auto-bombo puede alzarse con el poder  en el partido Republicano".
     El contrato social se puede definir como "un convenio o acuerdo entre
 el gobernante y sus gobernados que define  los derechos y deberes de cada uno". Pues bien, este contrato social está roto: "La sociedad tal y como la conocemos está harta de ser dócil y aceptar una 'situación de emergencia' interminable. ¡Uno sólo puede afrontar un número limitado  de emergencias en el tiempo de una vida!",
asegura Jakobsen.
     "Ahora
los votantes del mundo quieren cualquier cosa menos a la clase dirigente tradicional. Este es el motivo por el que Hillary Clinton no puede ganar las elecciones de EEUU: ella es la
personificación de la clase dirigente, del orden
 elitista. Trump, por otra parte, representa el caos en un mundo de orden, y esto es lo que los votantes de EEUU quieren", asegura el economista de Saxo Bank.
     Los salarios cada vez representan una menor parte
 del PIB, mientras que los beneficios siguen ganando peso.
Ojo, el crecimiento de los beneficios no quiere  decir que los empresarios se estén forrando, puede significar que las empresas (en su afán  por competir) gasten más en inversión, como incrementar su capacidad tecnológica.
     El auge  de estos políticos de los extremos tiene cierto  sentido: "Económicamente, esto tiene todo  el sentido del mundo, y lleva gestándose largo tiempo. El ratio compensación salarial/PIB en EEUU es el más bajo registrado jamás"
¿Se  equivocan los bancos centrales?
     Los bancos centrales están utilizando una estrategia que podría
 no conseguir el efecto esperado: "Incentivas a los inversores y consumidores para  que gasten o inviertan, y la demanda de crédito crece. Apoyar a los bancos no hará
 nada por la inflación
 o el crecimiento, pero hará  cada vez más probable que se rompa el contrato social. No funciona, y en este momento es contraproducente
tanto para  los bancos como para  alcanzar la meta de la normalización", asegura Jakobsen.
     En este momento, las políticas de los bancos centrales están trabajando para
 atender, o ayudar, al 20% de la economía que ya tiene acceso al crédito: bancos y empresas cotizadas. Esto se hace a
expensas del 80% de empresas pequeñas y medianas, que obtienen menos del 5% del crédito y un 0% del capital político. Entretanto, el 20% (Wall Street) consigue el 95% del crédito y el 100% del capital político.
     Por ello, en 2016 "todo lo que tenga que ver con reequilibrar la economía tiene que basarse en alejarse de Wall Street y acercarse a
Main Street (la clase baja y media, y las pequeñas empresas). Para  que aumenten el crecimiento
y la productividad, necesitamos ver a Wall Street rindiendo relativamente peor y necesitamos ver mejorar a Main Street recibiendo mejores pagas".
     Jakobsen señala
que
"además, las empresas necesitan urgentemente comenzar a invertir en productividad y bienes de capital, algo que en gran medida llevan pasando por alto hace ya casi una década. Este es el motivo por el que el contrato social está roto y por lo que se continuará penalizando a las élites políticas, que en gran medida siguen confiando en que al final 'se impondrá
la lógica'. Es necesario que los gobiernos que pueden endeudarse al 0% de interés proyecten inversiones en infraestructuras a gran escala"
¿Cómo será este cambio?
     Este
cambio que se avecina tendrá un comienzo complicado, como todos los cambios, pero el final será bastante positivo para  la gran mayoría:  "Será ruidoso, y el espectro político se pondrá 'peor' antes de mejorar, pero es una expansión del espectro político que es sumamente necesaria para
 apartarse del escenario político de 'todos en el centro', en el que tener  un par de manos firmes es más importante que la ambición, las aspiraciones elevadas y los sueños", argumenta Jakobsen.
     Jakobsen cree  que este cambio se tiene que producir, no obstante no es necesario dar un giro radical  a las cosas porque "el mundo va bien en términos generales: necesita un poco
 de ayuda  en forma  de infraestructuras e inversiones en capital físico, pero en términos generales el mundo está más equilibrado y preparado para  el cambio que en cualquier momento previo de esta crisis".
     El banquero cree  que este cambio será bueno, y "un nuevo contrato social debe  ser visto como lo que es: el final de la economía planificada que (irónicamente) hemos adoptado desde que cayó el Muro de Berlín. Pero ¿qué significa esto para  los mercados y la política?"
     "En todos los países, la extrema izquierda y la extrema derecha lo hará  mejor: no por sus programas, sino porque están alejadas del centro. Al mercado no le gustará esto y, como ya he dicho, el precio  de esta transición es que Wall
Street necesitará hacerlo relativamente peor, en parte  por una
 transferencia de ingresos hacia  'Main Street'  y en parte  debido a la necesidad de un incremento en las inversiones en la economía real, pero esto es una
 cosa buena. El rey ha muerto, larga vida al rey", finaliza el banquero danés.

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