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domingo, 4 de diciembre de 2016

¿Qué es la conciencia y cómo actúa?

Por Fernando Hurtado, Doctor en Teología

A diferencia de la ley civil que cada vez detalla más lo que es bueno o malo para los individuos, hasta querer cubrir todas las acciones humanas con sus dictados, la conciencia, luz primigenia de Dios en el alma, actúa con sencillez en la mente y en la voluntad, y alcanza a todas las decisiones humanas con naturalidad.

El hombre de hoy, con mucha frecuencia dice: esto hay que hacerlo así, porque lo manda la ley. Y se equivoca. Porque, con exactitud, sólo "hay que hacerlo así, porque es bueno"; y quien detecta que es bueno es sobre todo el hombre de buena conciencia, no el político de turno, que puede ofrecer ahora como bueno, lo que calificaba el año pasado como malo.

¿Y cómo sabe uno que no se equivoca al hacer lo que le señala su conciencia, me preguntaba una persona amiga? Como la idea de conciencia está tan trastocada, ofrezco una pequeña reflexión, la misma que he presentado a esta amiga. Puede ser un poco complicado de entender. Pero el actuar de la conciencia no es simple; de hecho nos jugamos la vida con ella.

La Santa Sede emanó un documento hace pocos años sobre la ley natural. Había encargado estudios a muchas universidades, a intelectuales y teólogos católicos.
La ley natural no es dada al hombre como un conjunto de normas. La LN. es una conformación, modelación, estructuracion de la razón, al crear Dios al hombre, ,que le hace descubrir de manera espontánea, a nivel general , si una cosa es buena o mala.

La ley natural es universal, porque la naturaleza humana, a la que hace referencia, es universal. La mentira es mala; la verdad es buena; respetar la vida es bueno; matar siempre es malo. Para todos, independientemente del credo o partido político. Siempre nos muestra el bien.
Hay que distinguirla de lo que se denomina razón práctica, que ya no es tan general. Por la razón práctica juzgo acciones concretas y a personas concretas: "lo que a hecho Fulanito es un robo, una mala acción, algo malo". Se llama razón práctica a la distinción del bien o mal concreto que se sitúa ante de mí.

"Esto es verdad", "esto es mentira"; esto es un robo. Por tanto, esto es bueno o es malo.

En la voluntad contamos con la sindéresis, que es la base de los principios morales. Ante lo bueno y lo malo, la aristotélica sindéresis impera con un mandato: "haz el bien, evita el mal".
La conciencia es un juicio interior comprometido que aparece cuando vamos a realizar una acción, y en ella se unen la razón práctica y la sindéresis, urgiendo a obrar el bien o a evitar el mal. Juzga y ordena.
En realidad, siempre señala: "eso que vas a a hacer es bueno, por tanto hazlo"; o, "no lo hagas, porque es malo".

Hay dos advertencias por tanto para evitar el mal y hacer el bien. Entendimiento y la voluntad. La decisiva es la bondad o maldad de la voluntad, que acepta o puede deformar el juicio del entendimiento. Ejemplo. El aborto es malo (de L.N.). Pero el que va a nacer tiene síndrome de down, puedes abortar, diría el superficial. Pero si mata la acción realizada sería: "lo mató porque tenía el síndrome de down, o era deficiente". ¿Cómo calificar esta acción?. Mala porque no hay nada, y menos una deficiencia que justifique un asesinato.

Cualquier otro razonamiento resulta falso y sólo puede responder a la maldad en la voluntad o a una perversa superficialidad. La acción sería: lo "mató" porque tenía dificultades económicas; lo mató porque tenía una deficiencia; lo mató porque ya tenía 4 hijos. NINGUNA DE ESAS ACCIONES ES BUENA. Y NINGUNA CIRCUNSTANCIA AÑADIDA LA HACE BUENA.
Y esto en todos los ámbitos del obrar moral.

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