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viernes, 29 de julio de 2016

Una nueva ortodoxia en California; parecida a España.

La idea de California como una sociedad tolerante y pluralista tiene mucho de tópico. Cada vez más los gobernantes imponen una nueva ortodoxia social que restringe la libertad religiosa y quiere imponer nuevas creencias. Así lo denuncia el arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez, en un artículo publicado en la web de la diócesis.
El arzobispo de la diócesis más multicultural de los Estados Unidos afirma que los gobernantes están adoptando posturas hostiles hacia la religión y la familia. “Cada vez más vemos que están utilizando el crudo poder de la ley y de las políticas públicas para imponer sus puntos de vistas y negar derechos y libertades de los que no están de acuerdo con ellos”.
El arzobispo poner algunos ejemplos de leyes y políticas dictadas en California y por el gobierno federal.
“En California el gobierno del estado está tratando de obligar a que todos los seguros médicos cubran el aborto, incluso abortos hechos en las últimas semanas del embarazo”.
El gobierno californiano, con aquiescencia de la Administración Obama, se ha negado a aplicar la ley federal (conocida como “Enmienda Weldon”) “que protege la objeción de conciencia de los médicos que no quieren participar en abortos”.
Mons. Gómez denuncia también la ley californiana de suicidio asistido, financiada con un millón de dólares de los contribuyentes para facilitar la inyección letal a pacientes pobres.
Estas políticas, afirma el arzobispo, “erosionan la libertad religiosa y el respeto a las conciencias, que son esenciales en una democracia y en una sociedad civilizada”.
La lista de imposiciones que Gómez critica va en aumento. “Podemos señalar los nuevos mandatos del gobierno federal sobre identidad de género en las escuelas y sobre los seguros médicos de los empleados. O los intentos de los legisladores californianos para imponer que los colleges de instituciones religiosas no enseñen o expresen sus convicciones acerca del matrimonio y de la persona humana. O la demanda puesta por la American Civil Liberties Union que trata de obligar a los obispos a proporcionar anticonceptivos y el aborto a los jóvenes refugiados a los que sirve”.
“No es exagerado decir –asegura Gómez– que el gobierno y las élites culturales actúan como si fueran una nueva religión imponiendo una nueva ‘ortodoxia’ al resto de la sociedad, obligando a los demás a creer lo que ellos creen y a actuar del modo que ellos quieren que actúen”.
“El centro de esta nueva ortodoxia es un falso humanismo, unas peligrosas creencias acerca de lo que significa el ser humano y de cómo puede ser feliz”.

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