Situación
actual de la relación varón-mujer, especialmente en la adolescencia, con
algunas propuestas educativas.
Caterina, a la izquierda |
Por Fernando Hurtado
Hace ya tiempo, tuve ocasión de ver la película italiana Caterina va in città. Una chica de 15
años se traslada a vivir desde un pueblo del Adriático a Roma. En su diario va recogiendo el
impacto que le produce el nuevo ambiente en que se desarrolla desde entonces su vida. El film
presenta un perfil psicológico y sociológico de los adolescentes italianos, un
retrato sencillo y profundo de la sociedad: costumbres y relaciones entre
chicos y chicas y con sus padres, estilos de vida de los padres, situaciones
humanas en las diversas familias, ideales de unos y de otros.
La protagonista es una chica normal, no especialmente guapa ni inteligente.
Destaca, sí, por ser natural, espontánea y reflexiva. Los compañeros de Liceo
en Roma pertenecen a la clase más alta, y ella “es la que menos sabe de la
vida”, y la más ingenua. Precisamente por esas “cualidades tan llamativas”, las
demás chicas buscan su amistad.
Aunque los chicos aparecen constantemente en la película, no juegan papel
alguno. No tanto porque el film se centre en personajes femeninos, sino porque,
a igualdad de edades, representan como un grupo inferior aparte.
Es de destacar que, salvo Caterina, la actuación y decisión de las chicas es
“casi masculina”. Sus expresiones vocales son muy fuertes. Sus sentimientos
específicamente femeninos son pobres; el trato entre ellas es duro y hasta
cruel.
Se advierte en rostros y formas, que, a pesar de su adolescencia, casi todas
han pasado por clínicas de cirugía estética.
La afectividad específica entre chico y chica no aparece en ningún momento.
Apenas se tratan, aunque se buscan ocasionalmente para mantener una relación
física, que no crea entre ellos lazo alguno. Curiosamente se da trato afectivo
entre las chicas. Dos son lesbianas.
Después de esta descripción, llamémosla fenomenológica, perfilo algunas
reflexiones complementarias:
-A esa edad, el rol del varón (no sabemos cuál será su desarrollo posterior en
esta generación) es muy inferior al de la mujer; y su personalidad más pobre.
-La mujer se presenta autosuficiente en todos los ámbitos del vivir cotidiano y
en su afectividad.
-En las relaciones de tipo sexual, la iniciativa y la sensualidad parecen
predominar en la mujer.
-Puede parecer imposible (salvo con la “extraña” Caterina) que entre mujer y
varón se de alguna clase de afecto, o algo distinto que un “rato de sexo”.
-Son personas con experiencias fuertes de desengaño respecto a sus padres, casi
todos divorciados y conviviendo con otras personas. Se percibe como un fondo de
soledad profunda de la que quieren como escaparse alocadamente. No se advierte
felicidad. Lo superficial de la existencia se trata de compensar con un cúmulo
de sensaciones fuertes.
Resumiendo, es como si la vida hubiera tomado de manera inconsciente un rumbo
sin paradero, en desacuerdo con la misma naturaleza. No existen proyectos
vitales; son todos accidentales, a corto plazo, y, en el fondo, no satisfacen
ni atraen suficientemente.
El mundo diverso que se ha configurado actualmente lo veo plasmado en las
amigas de Caterina. Pero van en busca –por necesidad y por atractivo- del mundo
y de la personalidad que presenta Caterina. La ternura, la ingenuidad, y el
conjunto de ideales, penas y amores reales que presenta Caterina, casi una
niña, da un toque luminoso a cuantos la conocen.
La verdadera persona humana
es indicación para las demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario