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domingo, 26 de enero de 2014

Entender bien la Ética.

La Vanguardia publicó días atrás en su Magazine una entrevista a Martha Nussbaum, profesora de Derecho y Ética en la Universidad de Chicago. 

          Es reconfortante leer unas cuantas ideas interesantes, en medio de la mediocridad de muchas de nuestras noticias periodísticas. He aquí algunas de sus frases -y mis comentarios. 

          Aristóteles: “Gracias a él aprendemos que los bienes humanos son plurales y no individuales”. 

          No sé si quiere decir que los seres humanos apreciamos muchos bienes distintos, o que nuestros bienes no los descubrimos mirando nuestro ombligo, sino mirándonos en los demás. Viniendo de Aristóteles, me parece que se refiere a esto último. ¡Claro! Hay demasiado individualismo en nuestras vidas. El bien humano se da en la sociedad y se entiende en la sociedad. De ahí pueden salir muchas cosas interesantes… 

          Los mayores obstáculos del presente al desarrollo de buenos ciudadanos son “la avaricia, el miedo y el narcisismo. ¡Los mismos de siempre!”. 

          “Albergar la idea acertada sobre cuáles deben ser los objetivos de una clase política decente no provoca que estos florezcan por arte de magia. Alcanzar ese punto requiere competencia política, y la ética por sí sola no la garantiza”. 

          A partir de aquí podríamos escribir mucho. La ética tiene dos patas, que mi colega, el difunto profesor Pérez López, llamaba racionalidad y virtualidad. La primera se refiere a saber lo que es bueno, por qué es bueno, y por qué lo hemos de practicar. Esa es la ética a la que se refiere Nussbaum. 

          La virtualidad es el desarrollo de las capacidades para actuar éticamente bien: las virtudes. Y ahí no basta saber: hay que saber hacer (otra vez la inteligencia) y querer hacer (la voluntad). No tenemos buenos políticos porque no sabemos ser buenas personas y, más importante aún, porque no queremos serlo. 

          Todos, no solo los políticos. “La mayoría de las personas intolerantes albergan un gran número de creencias falsas, por lo que deberían empezar por informarse acerca de la historia de las principales religiones y de la variedad de modos de vida que cada una acoge en su seno”.

          O sea, la intolerancia proviene de la pereza, de no querer enterarse de lo que piensan los demás… 

          Y sigue Nussbaum: “Por descontado, también necesitan ser capaces de ver el mundo a través de ojos de personas muy diferentes. Esto no significa estar de acuerdo con todos o pensar que tienen razón; solo considerarlas en tanto que personas completas, poseedoras de los mismos derechos humanos básicos que uno mismo”. 

          Esto no se aprende en los libros, o mejor, no solo en los libros, sino en la familia (el padre o la madre que descalifica a alguien sin tener en cuenta sus razones), en la escuela (la tiranía de lo políticamente correcto)… - 

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