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jueves, 1 de julio de 2010

PRENSA Y PROSTITUCIÓN


El profesor don Julio Pomés Ruiz, Presidente de Civismo.org, ha publicado en el Diario de Navarra, del 21 de abril, un artículo sobre la prostitución que ofrece al lector una serie de datos y cifras que hacen pensar.

Ya se sabe que existe este tipo de esclavitud del siglo XXI (y antes), pero lo curioso es el cinismo: se pueden contar con los dedos de una mano los periódicos que no traen anuncios ofreciendo estos “servicios” en sus páginas.

Resulta chocante y enojosa esta hipocresía. Sí, una tremenda y grave hipocresía, porque a la vez que publican este tipo de anuncios, se rasgan las vestiduras en otras páginas denunciando el atentado contra la dignidad de mujeres inmigrantes que, engañadas, dejan su país con la esperanza de conseguir un buen trabajo para ayudar a su familia y son vilmente explotadas.
No sé el grado de cautelas legales con que esas personas manipularán a sus víctimas, pero la policía debe actuar con contundencia, al igual que los tribunales. Y pedir a la ciudadanía que denuncie estos sucesos y otros similares, sin refugiarse en un miedoso silencio. Porque además la pornografía en Internet -muchas veces dirigida a corromper a un público infantil y juvenil- esta adquiriendo el rango de maquiavélica epidemia: ¡existen nada menos que 70 millones de páginas web pornográficas! Ver datos en un reciente estudio.
¿No le parece una postura cínica que un periódico que se escandaliza de la violencia de género y de los delitos de las mafias de la prostitución  las primeras páginas, no tenga escrúpulos para forrarse en las últimas con anuncios eróticos? La publicidad de la prostitución fomenta siempre los delitos asociados con el tráfico del sexo, y esa doble moral es insostenible en un periódico que quiera demostrar coherencia y ética.

Daré algunos datos extraídos de la Comisaría General de Extranjería y de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida (Apramp). En nuestro país las mafias controlan más de 4.000 burdeles, donde al menos 80.000 mujeres son obligadas a prostituirse. El 90% de estas mujeres son extranjeras. Las víctimas de la explotación sexual tienen entre 18 y 32 años, pocos estudios, son medio indigentes y tienen dificultades para emigrar. De esta lastimosa situación se aprovechan muchas veces los traficantes del sexo, quienes acuden a los lugares más pobres y se publicitan a través de los medios de comunicación como agencias de empleo en el extranjero. Ofrecen un trabajo asegurado en hostelería o servicio doméstico, y la correspondiente financiación a crédito de todos los gastos.

Una vez en España las víctimas son informadas que han contraído una deuda aproximada de 15.000 euros y les fuerzan con violencia a prostituirse, amenazándoles con hacer daño a sus familias. Además les convencen para que no acudan a la policía, pues serían deportadas. Los proxenetas son en un 70% extranjeros y obtienen una media de 110.000 euros por cada una de sus víctimas. Las mujeres captadas reciben malos tratos cuando no dan suficientes beneficios, viven aisladas en unas condiciones miserables y en régimen de semiesclavitud. En ocasiones llegan a hacer 15 servicios diarios, y sólo libran los días que tienen la menstruación.

El Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual entró en vigor el 12 de diciembre de 2008. El desarrollo de este plan ha propuesto la eliminación de los anuncios de contactos en la prensa. Esta medida ha levantado protestas en algunos editores de periódicos. El Grupo Vocento, ese que en la fundación de sus primeros periódicos iba de católico oficial, ha llegado a amenazar con el cierre de algunas cabeceras regionales si se eliminan los anuncios de relax.

Daré tres referencias que muestren que el negocio del sexo es uno de los más lucrativos para la prensa. La cifra total que mueve los anuncios de sexo en los periódicos es de cuarenta millones de euros. El País, periódico que presume de defensor de la dignidad de la mujer, renuncia a sus principios y no hace ascos a sacar todos los años más de cuatro millones de euros en su sección relax. El periódico malagueño Sur, que tiene 188.000 lectores diarios (DN tiene 207.000), obtienen más de 4.200 euros al día por esta publicidad.

A diferencia de lo que ocurre en el extranjero, son muy pocos los periódicos españoles que anteponen sus principios éticos al afán de lucro. Diario de Navarra (desde su fundación), La Razón (desde hace unos meses), Público, Avui, La Gaceta y 20 Minutos son los únicos medios que no insertan anuncios de tráfico sexual en sus páginas. Virgilio Sagüés, presidente de La Información, dio el pasado jueves una lección de coherencia a la mayoría de editores españoles cuando refiriéndose a los anuncios de contactos, manifestó que "Diario de Navarra no los ha tenido nunca ni los tendrá jamás. ¿Por qué? Por respeto a la dignidad humana y al derecho de los niños a tener un periódico en las manos sin ser agredidos por ello". Enhorabuena por ser coherente en tiempo de crisis y defender la dignidad de la mujer. No es lo mismo predicar que dar trigo.

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