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jueves, 8 de julio de 2010

Apoya a Intereconomía TV frente a la ofensiva del PSOE para acallarla

La Prensa libre vuelve a ser objetivo de la izquierda autoritaria. El PSOE ha activado el rodillo del Gobierno para intentar, de nuevo, amordazar a un medio crítico.
REDACCIÓN HO.- Un expediente del Ministerio de Industria, una querella de la Generalidad catalana y una histérica campaña de acoso por parte de los medios afines al poder socialista. A esta ofensiva autoritaria se enfrenta Intereconomía TV desde hace unos días.
La estrategia no es nueva. Desde su llegada al poder, acallar la Prensa libre ha sido una obsesión para José Luis Rodríguez Zapatero.

Primero fue la COPE, luego El Mundo de Andalucía (bajo la bota del poder omnímodo de Manuel Chaves) y, de un tiempo a esta parte, todo el poder del Gobierno y toda la constelación cultural que pregona su propaganda se emplean con saña en el objetivo de acallar a Intereconomía TV.

El éxito de audiencia de programas de crítica política como El Gato al Agua ha contrariado la intención del PSOE de fraguar un páramo de Información y Opinión en España.

Disponer del más potente foco propagandístico con el que ha contado ningún gobierno democrático en España (todas las televisiones generalistas de difusión nacional, la inmensa mayoría de los canales de radio, el periódico de información general de mayor difusión y gran parte de los que le siguen en el ránking,…) , contar con el aparato del Estado y con el BOE para repartir concesiones, subvenciones y fastuosas campañas de publicidad institucional; imponer sin complejos la supervisión de los contenidos de los medios (a través de organismos de censura como el Consejo Audiovisual de Cataluña, replicado en Andalucía con el apoyo del PP, y en vías de implantación en el conjunto de España por la nueva Ley Audiovisual impulsada por el Gobierno socialista),…

Todo este alarde de poder, incomparable con el que ha desplegado ningún otro Gobierno en los 30 años de democracia, no ha podido impedir el éxito de medios de comunicación independientes y críticos. Uno de los más incómodos para el régimen en ciernes es Intereconomía TV.

Despliegue inquisitorial
Éste es el contexto preciso de la campaña de acoso reavivada estos días, nada menos que desde el Ministerio de Industria, el Ministerio de Igualdad y la Generalidad Catalana, con el apoyo diligente y sin fisuras del coro habitual de medios de comunicación afines al poder socialista.

Sin estos antecedentes de persecución de la libertad de expresión, no se entiende el ensañamiento contra Intereconomía TV, el programa El Gato al Agua y contra uno de sus colaboradores, el periodista Eduardo García Serrano.

Hubiera valido cualquier pretexto para reavivar la llama intolerante de los nuevos inquisidores, pero en esta ocasión han sido unos comentarios de García Serrano sobre la política de educación sexual de Cataluña.

La historia es ya conocida por muchos lectores de HazteOir.org que siguen la actualidad y se informan también a través de nuestro sitio web.

En una emisión de El Gato al Agua, Eduardo García Serrano criticó una iniciativa de la consejera de Sanidad de la Generalidad catalana, Marina Geli, para animar a los jóvenes a tener relaciones sexuales precoces, a masturbarse y a practicar todas las formas de placer sexual. García Serrano definió como “guarra” y “puerca” a alguien capaz de incitar de esa forma a los niños al sexo. Luego, ha pedido disculpas públicamente en dos ocasiones; también lo han hecho el director del programa, Antonio Jiménez. Y la Dirección de la compañía presidida por Julio Ariza ha emitido una nota de disculpas y se ha dirigido a la consejera para expresárselas personalmente.

La rectificación ha sido interpretada por el PSOE, el Gobierno de Zapatero y la Generalidad catalana, no como un gesto profesional, sino como un signo de debilidad. El despliegue para el acoso inquisitorial a Intereconomía TV ha sido inmediato. Las iniciativas de represalia han adoptado técnicas de censura pura y dura, exhibicionistas de un talante autoritario desconocido.
 
El Ministerio de Industria ha anunciado enseguida la apertura de un expediencia sancionador. El Instituto de la Mujer (dependiente del Ministerio de Igualdad) ha informado, por su parte, de que instaba al departamento de Industria a actuar contra Intereconomía TV al amparo de la nueva Ley Audiovisual aprobada por impulso del Gobierno socialista, precisamente para garantizarse un poder sancionador y censor en situaciones como ésta, en las que primero se diseña al culpable y luego se fabrica su delito.

La Generalidad de Cataluña también ha anunciado su propia iniciativa: denunciar penalmente a Eduardo García Serrano y al director de El Gato al Agua por injurias a la consejera de Sanidad.
Todas estas medidas son impulsadas desde el poder y son costeadas por los contribuyentes. Precisamente, dos de las muestras de autoritarismo inaceptable en un país democrático, con las que Intereconomía TV y otros medios independientes se muestran implacablemente críticos desde sus antenas.

El doble rasero ante las críticas
Tras el despliegue gubernamental para acallar ejemplarmente a un medio crítico, ha salido a escena la cla de los medios de comunicación afines al poder socialista, proclamando lecciones de ética periodística, alardeando de compunción por los comentarios de Eduardo García Serrano y sentenciando abiertamente la censura contra Intereconomía TV. Es decir, los propios medios de comunicación que cortejan al poder han salido a la palestra para pedir medidas que, de aplicarse, significarán el final de la prensa libre en España.

El doble rasero de estos medios de comunicación al medir los estándares deontológicos es ciertamente llamativo, como hemos evidenciado desde Noticias HO con sólo echar un vistazo a la hemeroteca más reciente. El País, por ejemplo, pedía hace apenas dos meses, con amplio despliegue de páginas en una edición dominical (la de mayor difusión de toda la semana) que se revoquen licencias de emisión para medios como Intereconomía TV, porque en ellos, según El País, se insulta y se agitan pasiones guerracivilistas y “ultras”. Lo dice El País, el mismo diario en el que colabora Maruja Torres, que en 2003 llamó “hijos de puta” a los votantes del PP por negarse a votar al PSOE en unas elecciones autonómicas; el mismo diario en el que se aventa cada día el fuego sectario de las víctimas de un solo bando de la Guerra Civil; el mismo diario que apoyó editorialmente un acto flagrantemente ilegal y manifiestamente injurioso celebrado en la Universidad Complutense en apoyo del juez Garzón, en el que se descalificó como “ultras” y “franquistas” nada menos que a los jueces del Tribunal Supremo; el mismo diario que jaleó a los llamados “artistas” que, antes de las elecciones generales de 2008, pidieron crear un “cordón sanitario” para aislar al PP y, con este partido, a los 10 millones de españoles cuya infamia consiste en que se resisten a votar al PSOE.

Como repasa Elentir en su blog Contando Estrelas: el alcalde de Getafe, el socialista Pedro Castro, ha llamado públicamente “tontos de los cojones” a los electores que votan al PP, y ahí sigue, presidiendo la Federación Española de Municipios.

En otro programa de televisión, el que presenta Wyoming, se ha descalificado como “borracho” a Hermann Terstch, un periodista crítico con el Gobierno socialista. Ningún ministerio ha instado ningún expediente sancionador contra La Sexta.

Ante el éxito de las manifestaciones a favor del derecho a la vida y contra la nueva ley del aborto, el ministro de Fomento, José Blanco, difamó a quienes las encabezaban diciendo que “abortaban por la puerta de atrás” y la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, insultó a los científicos de la Declaración de Madrid llamándoles públicamente “fundamentalistas” y “demagogos”. No han sido destituidos; ni siquiera han pedido disculpas.

Sirvan, entre otros muchos, como ejemplos de la doble sensibilidad ante el lenguaje por parte de un poder cada día más autoritario, cortesano y temible para la libertad.

Firma ahora tu testimonio de apoyo a la libertad de expresión y, en esta ocasión, al grupo Intereconomía TV frente al acoso y el intento de amordazarle por parte del Gobierno de Rodríguez Zapatero y la Generalidad de Cataluña, jaleados por todos los medios de comunicación afines al poder socialista.

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