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jueves, 26 de abril de 2018

¿Es hora de que las feministas de la ONU hagan las maletas?

Kate Gilmore
NUEVA YORK, 19 de Abril (C-Fam) Fue un momento emotivo; una feminista lamentándose por su falta de avances sobre el aborto en la recientemente terminada Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), de las Naciones Unidas.
Ella dijo, “Como caucus nos sentimos muy insatisfechas. Si no vamos a avanzar, esto es un desperdicio de nuestro tiempo como feministas. Ya he tenido algunas conversaciones con ONU Mujeres y otros grupos de que algo ha de cambiar porque, como dije, no merece la pena emplear mi tiempo y energía en venir aquí y hacer esto si lo que nos queda es menos que nada.”
¿Cuánto más contrariada está ella porque el viernes teminamos otra comisión sin documento final? La Comisión sobre Población y Desarrollo acabó el pasado viernes tarde, con los delegados de acuerdo en que no había acuerdo posible.
Para los europeos, el prolongado legado de los políticos de izquierdas perdura en su marca del feminismo. Extendieron ardientemente los principios fundamentales de su ideología, la autonomía sexual radical, por todo el mundo y más especialmente para imponerlo en las mujeres africanas. Los africanos se resisitieron, así como la administración Trump. Los europeos preferirían no tener documento a tener uno que no promueva el aborto. Muy bien. Que no haya documento.
Aquí está la cuestión. Los feministas han empleado un cuarto de siglo promoviendo el aborto en la ONU y no han conseguido ni una sílaba más allá de lo que lograron en la Conferencia del Cairo en 1994. Y cuán humillante para ellos que no puedan venir abiertamente a pedir lo que quieren; tienen que usar un lenguaje deliberadamente vago, engañoso, como ‘salud reproductiva’. Pero, incluso tienen que luchar con uñas y dientes para lograr hacer aprobar su artero lenguaje.
Casi todo el mundo en este sector admite que la salud reproductiva incluye el aborto. Por lo que, cuando la extrema izquierda lo introduce en documentos, y ya van muchas veces, las ONGs provida y las naciones provida insisten en su retirada. Si eso falla, ellos insisten en su reemplazo por términos algo menos ofensivos, como salud maternal. Si eso falla, ellos insisten en títulos que excluyen de la expresión el aborto.
Y los feministas tienen que luchar y luchar cada paso del camino y, en el caso de la Comisión sobre Población y Desarrollo, terminar con nada. Parecen dispuestos a dejar a las mujeres africanas en la estacada a no ser que ellos puedan conseguir su ‘libra de carne’ – la de las inocentes criaturas por nacer.
El proyecto feminista para usar la ONU como un vehículo para avanzar su causa so pretexto de derechos humanos ha sido siempre una propuesta sospechosa. Primero, viola la soberanía nacional el tener algo tan controvertido impuesto por un organismo internacional. Incluso aquellos partidarios del aborto, deberían sospechar de que sea impuesto sobre el mundo desde un edificio de oficinas en Nueva York. Segundo, el mundo no está de acuerdo con el aborto por encargo, como lo tenemos en los Estados Unidos y que es el modelo que los feministas de la ONU quieren usar para el mundo entero.
Los feministas han gastado literalmente cientos de millones de dólares y cientos de miles de horas de trabajo intentando usar la ONU para imponer el aborto en el mundo y no han avanzado su cuestión ni un poquito en veinticinco años. Tal vez deberían hacer caso de la advertencia dada por una feminista después de su derrota en el CSW y hacer las maletas.

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