NUEVA YORK, 6 de junio (C-FAM) El rasgo distintivo del ambicioso plan multimillonario canadiense para ayudar a las madres y a los recién nacidos no es lo que brinda, sino lo que excluye, concretamente, el aborto.
Como el Primer Ministro de Canadá, Stephen Harper, prometió 3.500 millones de dólares más para su iniciativa sanitaria distintiva que forma parte de su política exterior en la cumbre de Toronto la semana pasada, los defensores del aborto renovaron el pedidode que no «diferenciara el aborto de la salud materna».
Harper dijo al periódico The Globe and Mail: «Lo que hemos estado intentado hacer desde 2010 es lograr un gran consenso público e internacional para salvar las vidas de madres y bebés». «No se puede hacer eso si se introduce ese otro asunto».
El hecho de que Harper haya sido reticente a mencionar «ese otro asunto» por su nombre refleja el estigma en torno al aborto en todo el mundo, incluso en Canadá, que cuenta con una de las leyes de aborto más liberales del planeta. Es debido a este desprestigio que las agrupaciones que defienden el aborto han hecho enormes esfuerzos para encajar dentro del amplio término «salud materna» (y el motivo por el cual protestan enérgicamente al ser excluidos de él).
Canadá no es el único gran donante que bloquea los fondos de ayuda para el aborto en el extranjero: Estados Unidos hizo lo mismo poco después de que el aborto fue legalizado a nivel nacional por el fallo de la Corte Suprema Roe v. Wade.
Cuando la filántropa Melinda Gates anunció su objetivo de convertir la planificación familiar en su cuestión emblemática, dijo explícitamente que no subvencionaría el aborto. Aunque ha suscitado críticas por asociarse a organizaciones que defienden y ofrecen el aborto, Gates no ha cambiado su postura pública.
En la misma entrevista concedida a The Globe and Mail, Gates habló bien de la iniciativa de Harper centrada en el embarazo y el parto. «La salud materno infantil figura en la agenda de salud mundial, en parte, realmente, gracias a lo que hizo Canadá».
Luego reflexionó: «todos los periodistas asimismo se centraron en la política de aborto canadiense». Sostuvo que mezclar el aborto con otros temas estanca el progreso y debilita la cooperación. «He decidido no dedicarme a él públicamente, y la Fundación Gates ha decidido no subvencionar el aborto».
Muchas de las editoriales que instaban a Canadá a que financiara abortos en el exterior como componente de la salud materna citaban la misma estadística: que el aborto causa aproximadamente el 13% de las muertes maternas en todo el mundo. La OMS recientemente publicó un cálculo que afirma que el número real puede ser más cercano al 8%.
Como la Fundación Gates, la iniciativa de salud materna de Canadá prohíbe el financiamiento directo del aborto, pero la situación real en los países beneficiarios puede depender de los organismos que el donante elija como socios. LifeSiteNews informa que la ayuda económica canadiense se destinará a la Federación Internacional de Planificación de la Familia, principal proveedor de aborto del mundo, pero solo en los países donde el aborto es ilegal o se encuentra muy restringido. Entre esos países figura Bangladesh, que permite el aborto bajo el nombre de «regulación menstrual» durante el primer trimestre. No queda claro si el financiamiento sería desglosado a fin de evitar que se use para financiar este procedimiento.
No obstante, Canadá no solo se está consolidando como líder mundial en salud materno infantil, sino que está demostrando que esta labor no precisa financiar el aborto, heredando asimismo la polémica moral y política que conlleva.
«El hecho es que no sólo causa divisiones en nuestro país y en otros países donantes, es sumamente divisivo en los países beneficiarios, donde a menudo es ilegal», afirmó Harper. «Sin duda hay algunas organizaciones que promueven ese asunto, pero el gobierno de Canadá no promueve ese asunto».
No hay comentarios:
Publicar un comentario