80.000 personas acuden a una vigilia en Hyde Park (noticia de la agencia EFE)
Benedicto XVI denunció este sábado en Londres que el precio que tienen que pagar los cristianos por la fidelidad al Evangelio "no es ya ser ahorcados o descuartizados sino ser excluidos y ridiculizados por una sociedad en la que el relativismo moral e intelectual amenaza con minar sus pilares".
El Papa hizo esas manifestaciones ante unas 80.000 personas que asistieron en Hyde Park, el gran parque londinense, a una vigilia de plegarias con motivo de la beatificación, este domingo, en Birmingham del cardenal John Henry Newman (1801-1890), un anglicano que se convirtió al catolicismo y está considerado como uno de los "padres espirituales" del Concilio Vaticano II.
En Hyde Park se puede hablar libremente, pero no se pueden desarrollar actividades religiosas, por lo que fue necesaria una autorización especial para el acto, el primer baño de masas del Papa en Londres.
Pasión por la verdad
Benedicto XVI reconoció la fuerte influencia que ha tenido en su formación el pensamiento de Newman y resaltó que la existencia del cardenal enseña a los cristianos la pasión por la verdad, la honestidad intelectual y como la conversión genuina comporta un precio que pagar.
"En nuestro tiempo, el precio que hay que pagar por la fidelidad al Evangelio ya no es ser ahorcado, descoyuntado y descuartizado, sino que a menudo implica ser excluido, ridiculizado o parodiado. Y, sin embargo, la Iglesia no puede sustraerse a la misión de anunciar a Cristo y su Evangelio como verdad salvadora y fundamento de una sociedad justa y humana", dijo el Papa.
Benedicto XVI también se refirió a la crisis de fe que vive el mundo y aseguró que "nadie que contemple con realismo el mundo de hoy puede pensar que los cristianos pueden permitirse el lujo de continuar como si no pasara nada, haciendo caso omiso de la profunda crisis de fe que impregna nuestra sociedad, o confiando en que el patrimonio de valores transmitido durante siglos de cristianismo seguirá inspirando y configurando el futuro de nuestra sociedad".
Llamamiento a los jóvenes
El Papa subrayó que en tiempos de crisis y turbación "Dios ha suscitado grandes santos y profetas para la renovación de la Iglesia y la sociedad cristiana y que cada uno de los cristianos está llamado a trabajar por el progreso del Reino de Dios".
El Obispo de Roma volvió a denunciar el relativismo intelectual y moral, que dijo "amenaza con minar la base misma de nuestra sociedad".
A la vigilia asistieron miles de jóvenes, a los que el Papa exhortó a escuchar a Cristo, "ya que necesita de familias que recuerden al mundo la dignidad del amor humano y la belleza de la vida familiar".
También les animó a dedicarse a la educación y a no cerrar las puertas a la vocación sacerdotal, "ya que hacen falta sacerdotes buenos y santos, hombres dispuestos a dar la vida por la grey".
"Permitidme terminar estas pocas palabras invitándoos vivamente aacompañarme el próximo año en Madrid en la Jornada Mundial de la Juventud, que es siempre es una magnífica ocasión para crecer en el amor a Cristo y animaros a una gozosa vida de fe junto a miles de jóvenes. Espero ver a muchos de vosotros allí", concluyó el Papa.
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