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sábado, 2 de mayo de 2009

Miss California y la libertad de expresión

Algo inusual sucedió el domingo 19 de abril en la ciudad de Las Vegas, durante el certamen para elegir a la mujer más bella de los Estados Unidos. Miss Carolina del Norte, Kristen Dalton, fue elegida Miss USA, pero la cobertura periodística no se centró en la ganadora, sino en la representante de California, Carrie Prejean.

La hermosa chica de 21 años quedó entre las finalistas. Entonces llegó la tradicional ronda de preguntas en donde Miss California debía responder la pregunta del juez Mario Lavandeira, un blogger conocido en el mundo del espectáculo como Pérez Hilton: “Vermont se convirtió recientemente en el cuarto estado en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Cree usted que los demás estados deberían seguir su ejemplo? ¿Por qué sí o por qué no?”

Muy lamentable en el país de las libertades

Carrie Prejean respondió: “Creo que es fantástico que los estadounidenses puedan elegir lo uno o lo otro. Vivimos en una tierra en que se puede elegir el matrimonio entre personas del mismo sexo y el matrimonio heterosexual, pero… creo que el matrimonio debe de ser entre un hombre y una mujer. Sin ofender a nadie, pero así es como me criaron y así es como debe ser: entre un hombre y una mujer.

Acto seguido, se escucharon en la sala algunos insultos y abucheos, pero la mayor parte del público aplaudió la respuesta de Miss California.

Minutos después le dieron la corona a Miss Carolina del Norte. Carrie Prejean se conformó con el segundo lugar.

Sin embargo, lo que más sorprendió a la opinión pública y ha causado gran polémica en el vecino país, fue la agresión verbal del propio juez Pérez Hilton a la concursante. Sin la más mínima profesionalidad, ni respeto a la libertad ajena, y más aún de una dama, le propició a la joven de California una serie de insultos. Además la acusó de ignorante y le dijo que su respuesta le costó la corona.

Contenta con su coherencia (ver video)

A pesar de lo anterior, esta joven valiente y congruente con sus principios, declaró a los medios de su país que ella está feliz de haber mantenido su respuesta.

“Me costó la corona, dijo, pero no la habría tenido de otra forma”. “Dije lo que siento. Manifesté una opinión verdadera para mí y es todo lo que puedo hacer”, explicó a los medios.

Al ser cuestionada sobre la actitud del juez Pérez Hilton contra ella, con determinación respondió: “Es un tema muy sensible (…) Pero me criaron de una forma en la que uno nunca puede comprometer sus creencias y sus opiniones”.

Por todo lo anterior, a lo largo de la semana noticieros y programas periodísticos en los Estados Unidos, le han dado gran cobertura a este tema.

Lo más extraño del caso, dijo O’Reilly, famoso periodista de Fox News, en su programa del jueves por la noche, es que estos ataques siempre se dan a quienes defienden la ley natural o los valores humanos y religiosos. “Qué hubiera pasado, cuestionó el comunicador, si Sean Penn (actor y activista liberal) hubiese declarado algo controvertido”. El ‘hachazo’ siempre va, señaló O’Reilly, a quienes pretenden conservar los valores”.

La libertad es ahora sólo un mito

El punto es que lo sucedido en Las Vegas el domingo 19 de abril, es una prueba más de que la bandera de la tolerancia y respeto de la libertad ajena, ondeada desde hace siglos en los Estados Unidos, hoy por hoy se ha convertido en una farsa, en un simple mito. La verdadera libertad, al menos en ese país, es una libertad teórica pues en la práctica lo nuevo es el tratar de imponer los gustos y preferencias de ciertos grupos y organizaciones. Y quien no sigue sus ideas se atiene, como le pasó a Miss California, a agresiones verbales, descalificaciones e incluso llegar a perder un título de belleza.

En esta época, tristemente cientos de personas ya no se toman en serio la libertad de otros. Pero lo que más vemos es que cada día les cuesta más trabajo a quienes defienden ideas contrarias a ley natural, sustraerse a esta tendencia de intolerancia que demostró el juez Pérez Hilton durante el certamen de Miss USA.

Así las cosas. Ante la mirada atónita de millones de espectadores, se esfuma la libertad de opinión en los Estados Unidos. La pregunta es: ¿Cómo andarán los países que no ondean esta bandera?

1 comentario:

Tariel dijo...

Viva esa mujer, vivan sus padres y viva Dios, en el que cree, y que la hizo. Viva lo que dijo; ha sido coherente con su educación y sus principios en un país en que debería haber sido respetada. Tendríamos que ayudarla entre todos a triunfar sobre los espíritus sórdidos que la están lapidando tan pronto como la elevaron.

Sabemos que no lo está pasando muy bien por las declaraciones que está diciendo, pero sólo me cabe decir una cosa: quién fuera libre ahora para seguirla hasta el fin del mundo, quién fuera el dichoso amado por ella. En este caso, el amor no es ciego, sabe muy bien lo que ve.

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