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sábado, 6 de enero de 2007

La azafata con crucifijo ganó el pulso a British Airways


De nuevo David vence a Goliat: Una modesta azafata cristiana de 55 años, Nadia Eweida, suspendida de empleo por British Airways (BA) por negarse a ocultar una pequeña cruz que llevaba colgada al cuello, ha conseguido que la compañía aérea cambie sus normas y acepte que su personal pueda mostrar los símbolos religiosos que sean acordes con sus creencias.


Todo empezó hace poco más de un mes, cuando Eweida puso su nombre y apellidos en los titulares de la prensa de medio mundo. El motivo, haber plantado cara a BA en defensa de un crucifijo que llevaba colgado del cuello. La compañía aérea le prohibió exhibirlo en público porque, según ellos, no se ajustaba a la política de uniformes de British Airways.


Los responsables de BA argumentaron también que la compañía tiene 34.000 empleados en todo el mundo y que todos tienen que cumplir la normativa de uniformes. Según ellos, su sistema es similar al de sus rivales ya que intentan ofrecer una imagen profesional y consistente en todos los países en que operan.


La alternativa propuesta a la empleada, sino quería recibir una sanción, era ocultar el crucifijo bajo su uniforme. Nadia, que lleva siete años trabajando para la compañía en los mostradores de facturación de BA en la Terminal 4 del aeropuerto londinense de Heathrow, se negó en redondo y rechazó también la oferta de la empresa de dejar el mostrador de BA para prestar sus servicios en oficinas interiores.


Velos y turbantes, ‘no problem’


Eweida, cristiana con familia de origen copto, mantuvo su postura, rebatió los argumentos de British Airways e insistió en que la compañía permite a las empleadas de fe islámica llevar el velo y a las hindúes llevar el turbante, mientras que a los cristianos les está prohibido manifestar su fe en sus ornamentos externos.


Y llegó la suspensión de empleo, ante la que Eweida presentó una apelación que fue desestimada por la compañía aérea: Sólo podría volver a trabajar si aceptaba ocultar debajo de la ropa la pequeña cruz. La tozuda postura de la ex empleada empezó a causar problemas a BA.


Nadia había logrado, de entrada, granjearse la simpatía de una buena parte de la opinión pública británica por la firmeza mostrada en sus manifestaciones públicas y por su coherencia ética con las creencias que profesa.


Boicot de 100 diputados


El siguiente motivo de preocupación para BA fue la contundente respuesta mostrada por 100 diputados del Parlamento británico, de diferentes ideologías, que se solidarizaron con la azafata cristiana y anunciaron un boicot contra la compañía: no usarían los aviones con bandera de BA en sus frecuentes desplazamientos.


El político londinense demócrata-liberal Vincent Cable declaró que es inconcebible que la aerolínea que representa a Gran Bretaña haya tratado a una de sus empleadas de una manera tan vergonzosa, y afirmó que Nadia es una cristiana devota que estaba simplemente manifestando su fe, pero de una forma modesta y sin caer en provocaciones.


Es conocido por todos que personas pertenecientes a minorías religiosas pueden ser liberadas de las políticas vigentes en la forma de vestir. ¿Por qué los cristianos no puede ser tratado de la misma forma?, se preguntó Cable.


Al mismo tiempo, hasta 14 obispos e innumerables usuarios de la línea mostraron a BA la gran oposición social que existe contra sus medidas.


“Profundamente ofensivo”


Sin embargo, la ‘puntilla’ a la compañía aérea vino de la mano del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, quien, ante la decisión de BA, defendió el derecho que tienen las personas a profesar su fe y a mostrar en público sus símbolos religiosos. Es “algo absolutamente básico que las personas de cualquier fe puedan tener el derecho a mostrar los símbolos que indican su compromiso a su fe de manera pública”, afirmó.


“Si BA está realmente diciendo o dejando entrever que llevar la cruz en público es una ofensa, entonces creo que eso es profundamente ofensivo”. Además, añadió, “es posiblemente una ironía que entre los objetos disponibles en los vuelos de BA haya pequeños crucifijos”.


Al mismo tiempo, lanzó una advertencia que, probablemente, acabó de convencer a los directivos de la compañía de cuál había de ser el camino a seguir. “Tendré que consultar con otros en la Iglesia de Inglaterra sobre nuestra actitud global hacia BA, en la cual como saben tenemos algunas inversiones. Esta es una cuestión que ya ha sido planteada”, dijo a los periodistas Williams, líder espiritual de 77 millones de anglicanos en el mundo.


El arzobispo declaró que la Iglesia Anglicana en Inglaterra podría suspender su inversión de 10,25 millones de libras esterlinas (unos 14 millones y medio de euros) en acciones de BA.


El poder del dinero


Tan sólo 24 horas después de realizar el arzobispo de Canterbury sus declaraciones, el director general de British Airways, Willie Walsh, emitió un comunicado en el que manifestaba que la empresa había decidido revisar su política de uniformes “con el objetivo de permitir a los trabajadores usar símbolos religiosos abiertamente y siguiendo las normas de la compañía”.


“El reciente debate sobre nuestra política de uniforme ha acusado injustamente a British Airways de anticristiana. Aunque nuestra política es igual a la de otras líneas aéreas, está claro que debe ser cambiada a la luz del debate público”, ha declarado Willie Walsh, consejero delegado de la compañía. La revisión permitirá llevar un crucifijo y probablemente insignias en la solapa.

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