Anónimo francés, mediados del siglo XVII
Misterio adorable del Verbo Encarnado. Junto a ti, Virgen Madre, permanecemos pensativos ante el pesebre donde está acostado el Niño, para participar de tu mismo asombro. ante la inmensa condescendencia de Dios. Danos tus ojos, María, para descifrar el misterio.
San Juan Pablo II, Navidad 2002