Páginas vistas

viernes, 28 de junio de 2024

Declaraciones Ursula Von der Leyen en 2006. Ha modificado su pensamiento.

Economista, médica, científica, madre de siete hijos, ministra federal, Ursula von der Leyen nació europea en la misma Bruselas y cumple 48 años la semana que viene.
Se educó en francés y en inglés, estudió Económicas y se doctoró en Medicina -al año de casarse en 1986- con una tesis sobre cierta proteína en el embarazo. Amplió estudios durante cuatro años en Stanford, lo que la hizo conocer y admirar el dinamismo y la flexibilidad estadounidenses, e investigó luego en epidemias y medicina social, obteniendo un máster en medicina.

Ha sido ministra regional en Sajonia Inferior. Lleva diez años en política y desde hace dos forma parte de la Ejecutiva del partido Unión Democristiana.

Angela Merkel la ha llamado para dirigir el Ministerio federal de la Familia, Mayores, Mujeres y Jóvenes, del que sostiene que es el más importante para la sociedad. Parecería un ejemplo perfecto de «superwoman» para muchas mujeres modernas, si no fuera porque precisamente a algunas sus logros, su determinación y hasta su innegable coquetería les resultan un compendio de éxito abusivo e inalcanzable.

Von der Leyen ha dicho que, como Ministra, su prioridad será su familia, y proyecta ayudas para las mujeres embarazadas sin recursos.
Considera que durante los últimos 30 a 40 años, en Alemania se cometió el gran error de ideologizar la política familiar: tanto la izquierda como la derecha dieron de hecho consignas sobre cómo había que comportarse en el mundo moderno en relación con los hijos y considera que esto causó mucho daño.

Dice: "Entiendo mi política como posibilidad de consolidar en la sociedad un espacio para más niños." Y también: "En mi opinión, existen cuatro campos en los que se puede contrarrestar la tendencia: en primer lugar, crear las condiciones generales para que las familias jóvenes tengan más valentía para tener hijos; muchos desean tenerlos, pero para ello hay que hacer más compatibles la familia y la profesión. Segundo: hemos de ocuparnos mejor de los niños, sobre todo de los más desfavorecidos. La tercera tarea es la integración de los emigrantes; y en cuarto lugar, se puede citar la convivencia entre las generaciones, aprovechar la experiencia de los mayores, para que éstos regalen su tiempo."


Reproducimos la entrevista de Ramiro Villapadierna, publicada en ABC (3-IX-2006)]

-Científica, madre de siete hijos, ministra... ¿Es usted de verdad?

-No soy «superwoman», donde estoy es el resultado de un largo camino de altibajos y decisiones con mi marido, y también de errores. Pero he visto que los jóvenes con buena formación aman su trabajo y les sienta bienoo progresar y organizar su mundo. Y cuando quieren tener niños, tanto el padre como la madre deberían retener en mente el seguir desarrollándose de manera autónoma para luego poder cumplir juntos con su papel educativo.

-Usted podrá, pero algunas empiezan a aducir que eso es un camelo...

-Lo que han percibido es que si desatendían al niño por su carrera eran malas madres. Ante ese estrés y la mala conciencia, dejaron de tenerlos. Tampoco existía la infraestructura para una nueva situación económica en la que ambos cónyuges necesitan trabajar para mantenerse. Lo que ayuda es que el mundo laboral y la sociedad tengan consideración con los niños, que sepan que los necesitan.

-Parece estar mejor considerado el sufrir al jefe ocho horas que el tener un hijo...

-En Escandinava y en EE.UU., donde hay consideración y flexibilidad, los jóvenes más formados siguen teniendo niños. Canadá, Australia o Islandia experimentan un «boom» de natalidad con un 90 por ciento de las mujeres trabajando. Asumen que pese a educar a los niños hay que volver al trabajo, lo que exige un clima favorable y una infraestructura. Saben que los mayores necesitan a los niños, y los niños necesitan socializarse con otros niños, porque ya no tienen muchos hermanos con los que acostumbrarse a estar, a imponerse, a ceder y aprender...

-Un estudio de Allensbach concluye que la familia desempeña el papel primordial en la felicidad individual. ¿Es su ministerio el más importante del Gobierno?

-Debería... En una globalización que nos supera, retornamos sobre aquello en lo que sí podemos influir y la familia recobra su importancia, no sólo como factor de equilibrio, sino como herramienta para transmitir directamente unos valores, una interioridad o una trascendencia. Además comprobamos que sin niños un país no puede seguir existiendo, por razones económicas y también emocionales.

-Pero las familias se rompen y la gente sobrevive con prozac. ¿Pondría como asignatura aprender a ser feliz en pareja?

-Una gran idea. Una relación equilibrada no es sólo empezar, sino ir juntos por la vida, y exige que ninguno de los dos se hunda o se pierda. Observo entre mis compañeras que muchas parejas, después de quince años, se separan. La mujer suele ser abandonada por otra más joven, y los niños sufren. Frecuentemente sus vidas divergieron: deberían haber seguido desarrollándose cada cual y combinándose juntos.

-¿La familia futura es un «lego» desmontable?

-Pero ésta también puede ser perfectamente feliz. Las investigaciones demuestran que lo decisivo no es el modelo, más tradicional o menos, sino el clima, o sea, la sinceridad y el cariño con que se trata a los padres y a los niños. Mi convencimiento es que una buena familia, la que sea, tiene que ser reelaborada cada día según las necesidades y en consideración al otro: como mujer, saber que mi marido también es importante como padre; o, para él, que tiene una mujer que intelectualmente prosigue su camino, que es responsable con la crianza de los niños y también con la economía familiar.

-Las encuestas insisten en que los alemanes no quieren hijos. ¿Se ve fracasar?

-Estamos en situación muy crítica, sobre todo psicológicamente. Hay que volver a hablar del pan que los niños traen bajo el brazo: se llama alegría, fuerza creadora, seguridad futura... que los niños no significan pobreza, sino perspectiva. Pero viendo las estadísticas, hay que dejar claro que cada vez más es un tema de los hombres.

-A una política de la mujer, ¿le seguirá una política para el hombre?

-Para el padre, mejor dicho. Los hombres hoy tienen miedo de ser padres, no se deciden, no saben cómo van a ser aceptados como padres en la sociedad y en la empresa. Será que ven lo que padece la mujer.

-La ayuda en Alemania por niño quintuplica a la española. ¿Soluciona la ecuación familia-trabajo?

-Sabemos que donde se puede optar a permiso con sueldo, los padres quieren pasar más meses con sus hijos. Aquí, sólo lo toman un 5 por ciento de los padres; pero allí donde hay más tradición son hasta un 80 por ciento y, claro, entienden mucho mejor qué es la educación. Luego, estadísticamente, quieren tener más niños. La empresa está entendiendo que esto es importante para sus empleados y que, si no, los perderá. Tiene que reorganizarse.

-¿No pedía la CDU un sueldo de 600 euros por madre?

-Era otro tiempo. De oposición. Podría estar muy bien, pero lo pagarían los que están trabajando, y de los 40 millones de trabajadores alemanes actuales, dentro de quince años tendremos quince millones menos; y mucha gente mayor. Los adultos estarán sosteniendo a la vez a sus hijos y a sus padres. ¿Pueden subvencionar también a las madres?

-¿Y pasar una pensión a la ex?

-Por eso, países avanzados como éste vuelven a tener niños en el umbral de la pobreza.

-La economía requiere mujeres, pero también niños. ¿Son incompatibles?

-Aquí, un 75 por ciento de mujeres con selectividad, y un 63 sin selectividad, quieren seguir trabajando después de tener hijos, aunque en la práctica un 40 por ciento no se reincorporan. La madre no puede ser abandonada a una decisión que, por experiencia, sé que es muy dificil, y ver que encima tu empresa no te lo pone fácil.

-Algunas empresas empiezan a preferir personal con familia a solteros.

-Indiscutiblemente. Son las cabezas más flexibles, rápidas y maduras emocionalmente. Piense que tener cuatro hijos es ya dirigir una «pyme». Pero ha sido difícil que la empresa alemana se convenza, frente a la estadounidense o la suiza, de que fracasará internacionalmente si no se ocupa de sus padres y madres, de que éstos puedan educar a sus hijos. Aquí hay médicos jóvenes que emigran a EE.UU. porque tienen mejores condiciones, y pueden tener tres o cuatro hijos. Y quieren las dos cosas. Es lo mejor para un país.

-¿Cómo lo hacen sin tanta ayuda?

-Con descuentos fiscales y un abanico de opciones de cuidado de niños, de servicios domésticos. Su economía, sencillamente, se adapta para hacer posibles las cosas. En cambio, en los países nórdicos y del Este mantener el sueldo durante el primer año de permiso es muy importante para poder dedicarte a tu hijo y a planear cómo organizar luego su cuidado, y de ahí que el Estado haya dispuesto guarderías. Pero lo fundamental es que la madre no se desconecte totalmente del trabajo, y que pueda hallar luego alternativas flexibles tras el primer año.

-En España son sólo cuatro meses. ¿Eso desanima a la paternidad?

-También la sociedad tieneque aprender que es bueno tomarse un año para cuidar a un niño, y que las empresas ofrezcan luego opciones variables de reenganche. Siemens, como quiere captar a las nuevas estudiantes, tan bien preparadas, está haciendo guarderías en sus recintos... Al final, gana la empresa.

- Si es inteligente tener hijos, ¿por qué los más formados no los tienen?

-Si la mujer entiende que va a trabajar sólo hasta que tenga niños, pasa que la que no cuenta con perspectivas laborales tiene niños de todas maneras; y la que sí las tiene, y de la que el Estado espera recaudar más impuestos, no se arriesga a perderlas, y no tiene hijos. En esa esquizofrenia vivimos desde hace treinta años: mucha formación, no niños.

-La CDU propone revisar qué valores requiere la nueva sociedad. ¿Hay valores modernos?

-Los valores son los de siempre: la familia, la responsabilidad por el otro, valores cristianos que deben ser traducidos a otros tiempos. La familia no puede pervivir mirando a lo que fue, su economía y la de todos es ya global y la mujer es hoy muy importante. Pero siguen importando que haya niños en las calles, la solidaridad generacional, la buena educación, la subsidiaridad, y hay que preguntarse cómo mantenerlas en un mundo moderno. No caben respuestas de los años 50. Aceptemos que hoy falta ese laboratorio social que eran las familias numerosas, con varias generaciones conviviendo, pues este Gobierno quiere abrir «casas intergeneracionales» donde poder encontrarse con guarderías, ayuda con los deberes, lugares para ancianos... Recuperar el valor de que una generación ayude a la siguiente.

-¿La familia fue enterrada en los años 60?

-Tonterías. Recupera importancia frente a la globalización. La familia es donde se aprende la responsabilidad entre hijos y padres, los valores que queremos para mañana. La educación hoy es transfronteriza, pero igual necesita límites, pues de mayor uno encontrará reglas. Los niños siguen necesitando tiempo, y ejemplo; y deben conocer el valor del esfuerzo para el éxito. Guarderías y maestros tienen que volver a hablar de los rituales del orden, de cómo convivir con un anciano, o cómo recibir a un extranjero.

-¿Alguien sale en televisión por ser un buen padre?

-En sociedades destacadas como Suecia o Australia, no eres una persona de éxito sólo por ser buen profesional, sino si eres buen padre y tienes una familia con éxito. Cuando me presentaba a trabajos en EE.UU., siempre me preguntaban qué hacía además del trabajo, si criaba niños o colaboraba en alguna asociación. ¡Me han dado puestos por tener hijos... En Europa me los darían por no tenerlos! Saben, sencillamente, que un padre es más competente socialmente. Esto va a cambiar, porque esas sociedades tienen éxito.

-En una España sin hijos, la política familiar ha empezado por la boda homosexual...

-Pues perdone, pero eso no sube el índice de natalidad. Es política del artificio, y es jugar emocionalmente con las parejas homosexuales y no tomar en serio sus problemas. Es estúpido reducir la familia a política de partido. Mire, sé que las nuevas generaciones de españolas y españoles están muy bien preparadas. Pero la mujer se topa con el problema de cumplir un modelo de madre española perfecta, que hoy es difícil. No se le puede impartir una formación y abrirle puertas para luego ponerla en el brete de renunciar. Entonces abdica de algo, y pierden todos, la primera ella. La sociedad tiene que decirle: no, porque hoy estás más formada... Puedes hacerlo todo.

Sobre un mundo surgido al azar.

       






La Nebulosa del Cangrejo, restos de una supernova


    


    Marc Halévy (nacido en 1953), físico, discípulo de Prigogine: «Admitamos, con Stephen 

Hawking o Steven Weinberg, que el puro azar esté en el origen del desarrollo de nuestro Universo a partir del Big Bang. Este Universo, totalmente movido por el azar, logró proezas tales como la síntesis de una molécula de ARN autoduplicable. Es posible calcular la probabilidad de dicha síntesis bajo la única presión del azar. Por consiguiente, también es posible calcular el tiempo necesario para un universo aleatorio en lograrlo. Dicho tiempo es de varios millones de millones de veces la edad de nuestro Universo actual. […] La hipótesis del puro azar se ve refutada por su propio lenguaje: el del cálculo de probabilidades»


    Trinh Xuan Thuan (nacido en 1948), astrónomo budista, profesor de Astrofísica en la Universidad de Virginia y en París: «Una de las constataciones más sorprendentes de la cosmología moderna es el ajuste sumamente preciso de sus condiciones iniciales y de sus constantes físicas, que conducen a que un observador [el hombre] aparezca en nuestro Universo. Esta constatación es llamada “principio antrópico”. Si se cambiaran mínimamente las condiciones iniciales y las constantes físicas, el Universo estaría vacío y sería estéril; no estaríamos aquí para hablar de ello. Tal precisión de ajuste resulta asombrosa. Para darles una imagen, la precisión del índice de expansión inicial del Universo es comparable a la precisión que necesita un”“arquero para clavar una flecha en un blanco cuadrado de un centímetro de lado, colocado al otro lado del Universo, a 15 000 millones de años luz». – «Personalmente, pienso que hay un principio creador que ajustó eso desde el principio y pienso que hay un único Universo; es mi intuición. Cuando, por ejemplo, veo en el telescopio toda esa armonía, esa belleza, esa organización, es difícil creer que todo es azar, que nada tiene sentido, que estamos aquí por azar y que toda esta arquitectura cósmica está hecha por azar». – «Por mi parte, estoy dispuesto a apostar por la existencia de un ser supremo».324”


Pasajes de la obra Dios - La ciencia - Las pruebas: El albor de una revolución (Spanish Edition) Michel-Yves Bolloré


martes, 25 de junio de 2024

Los sofistas de hoy (se publica tal como se hizo hace bastantes años: la situación no ha cambiado)

Por el momento sociopolítico-antropológico-cultural que pasamos, vuelvo a colocar esta entrada en primer lugar. Aunque han cambiado personas, no han cambiado los personajes. Recordemos que las personas SON, mientras que los personajes sólo y siempre ACTÚAN.

Por Alejandro Llano

Especializados en convertir el argumento más débil en la razón más fuerte, los sofistas manejan el lenguaje como un instrumento puramente utilitario para convencer a los demás de aquello que a los propios sofistas les conviene. Hablar ya no es una actividad que esté al servicio del encuentro con la verdad, sino que se encamina al logro del poder. Parecen sabios, pero no lo son. Tampoco el sofista se identifica con el retórico. El retórico trata de hacer verosímil lo verdadero, mientras que el sofista intenta hacer verosímil lo falso.

A los sofistas griegos, Platón los llamó mercaderes ambulantes de golosinas del alma. Ahora bien, su vigencia no se limita a la antigüedad clásica. Los sofistas han revivido y hoy se los encuentra por todas partes. Expenden ideas-basura, comida rápida para alimentar mentes adocenadas por medios de comunicación que ocultan datos y —por poner un caso reciente— han pasado de ser periódicos de referencia a prensa amarilla, según ha dicho Hermann Tertsch acerca de un diario madrileño del que tuvo que salir por atreverse a decir la verdad.\"\"

En la España actual la sofística ha dejado de ser una curiosa anomalía para convertirse en un fenómeno global. Los discursos de muchos personajes cercanos al Gobierno constituyen ejemplos de constantes atentados a la lógica y al sentido común. Cuanto más próximos parece que se encuentran a la verdad, más niegan la evidencia. La reciente declaración de Manuel Conthe en el Congreso representó una valiente excepción. Habló de presiones sobre el organismo regulador del mercado de valores y apuntó cuál era el origen de semejantes extorsiones. Pero, desde el punto de vista del ambiente informativo, también esta excepción vino a confirmar la regla. Porque inmediatamente, esa misma noche, los medios paraoficiales manipulaban sus palabras y tergiversaban sus ideas. Aquí no ha pasado nada. Los socialistas seguimos siendo tan honrados como antes y nunca hemos roto un plato.

El gran maestro de sofistas, el gurú de la confusión mental, es el presidente del Gobierno (
entonces Zapatero). No se sabe cómo, pero cuando la realidad refuta sus palabras, se las apaña para hacer ver a muchos que en rigor ha sucedido lo que él anunciaba y que, por lo tanto, continuará por el mismo camino. Cuando surja el próximo encontronazo con los hechos, ya encontrará otro modo de ejercitar sus artes de ilusionista. Y, si los hechos no concuerdan con sus palabras, ¡peor para los hechos! Al fin y al cabo la tajante diferencia entre la verdad y el error, entre el bien y el mal, entre lo útil y lo perjudicial para el país, todo eso corresponde a un modo rígido y superado de pensar. Él es más comprensivo, más flexible, conecta mejor con el sentir de amplios sectores de la población española.

Y lo peor es que esto último parece ser cierto. En los dos programas de preguntas a Zapatero y a Rajoy, lo más penoso fue precisamente el modo de razonar de la mayor parte de un público presuntamente seleccionado por procedimientos sociológicos neutrales. Salvo contados casos, ofrecieron un panorama de planteamientos económicamente interesados, talantes foscos, actitudes sentimentales y notoria incapacidad para la réplica. Si tal es el retrato robot del español medio, nuestros actuales gobernantes tienen por delante una larga vida política.

El único modo de romper tal círculo vicioso es la formación intelectual y la cultura política. Pero esta educación para la esfera pública tendremos que buscarla cada uno por nuestra cuenta —o trabajar para adquirirla en pequeños grupos más o menos clandestinos— porque lo que nos llegue por vía oficial y burocrática vendrá ya empapado del aroma de la sofística. Siempre se ha pensado que la clave para la educación de todo un pueblo es el bachillerato. Ahora bien, la confusa reforma de este ciclo escolar, tal como estos días se anuncia, no promete nada bueno ni desde el punto de vista de la enseñanza ni desde la perspectiva del civismo. Lamentablemente, la educación se está convirtiendo, cada día más, en adiestramiento y domesticación con creciente ausencia de aprendizaje de las ciencias teóricas y de las humanidades.

Como se trata de una perspectiva dilatada, de un largo camino por recorrer, deberíamos procurar entre tanto no acoger acríticamente las versiones convencionales de las ideas y los acontecimientos. El tópico, el lugar común, es la muerte en flor del pensamiento libre. Lo políticamente correcto nos acogota y empequeñece nuestra talla ciudadana. Sócrates pagó bien cara su disidencia respecto a los sofistas. Pero su conducta sigue iluminando nuestra civilización. Desconfiemos de los panfletos de autoayuda y de los bestsellers de divulgación. Busquemos la mejor calidad intelectual que seamos capaces de asimilar. El mercado laboral se afana por contratar talentos. Pero esa excelencia intelectual sólo la roza quien se decide a pensar por cuenta propia.

Declaraciones Ursula Von der Leyen en 2006. Ha modificado su pensamiento.

Economista, médica, científica, madre de siete hijos, ministra federal, Ursula von der Leyen nació europea en la misma Bruselas y cumple 48 ...