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lunes, 13 de mayo de 2019

Menores que hacen porno


10/05/2019 01:59, La Vanguardia

“Se banaliza la pornografía y se ve normal”, señala el fiscal


Hace una década en internet ya había pornografía infantil. La diferencia es que entonces se descargaban vídeos con niñas chinas (deleznable y delictivo), y hoy lo que se “consume” está hecho en Barcelona. Niños y niñas que se han desnudado aquí y han sido grabados. Hay explotación de los menores, y también autoexplotación.
Así lo exponía el miércoles Roberto Valverde, fiscal delegado de criminalidad informática en Barcelona, quien explicaba que en su lucha contra la pornografía infantil a veces ya no se encuentran con “un malvado delincuente sino con chavales de 16 años que han grabado a su novia”. La autoexplotación de los menores, explicaba Valverde, es una realidad
EL 81% de los jóvenes entre 13 y 18 años asegura que ha observado material pornográfico en internet como conducta habitual.

El fiscal hizo estas reflexiones durante las jornadas El riesgo del alcohol y la pornografía como actividades recreativas, organizadas por la Fundació Casa de la Misericòrdia de Barcelona, para señalar que si antes de la explosión de internet la pornografía era “algo marginal”, actualmente el acceso inmediato a todo tipo de contenidos, y sobre todo al material pornográfico, han llevado a su “banalización”.

De forma didáctica explicaba que esta banalización es lo que puede llevar a muchos menores a pensar que si “el acceso a estos contenidos es tan fácil, significa que no serán tan malos”.
Se crea un “efecto burbuja” donde si entre los amigos lo ven y lo comentan se consolida esta idea de normalización.
La burbuja se retroalimenta. Si también es habitual que las famosas salgan desnudas es lógico, a tenor de la reflexión del fiscal, que una menor las imite y que al final las imágenes acaben circulando por internet .

Un tercio de los de entre 10 y 14 años accede con cierta frecuencia


Cuando se graba a un menor que se está desnudando se está elaborando pornografía infantil, recordaba Valverde. Es un material altamente delictivo –precisó que no es lo mismo que quien grabe o posea el contenido sea un menor o un adulto– y las consecuencias para los menores cuando se distribuye son muy duras.

En esta línea, Juan Medina, de la unidad orgánica de la policía judicial, consideró que en un mundo en el que todo va tan rápido con las redes sociales es necesario también adelantar la educación de los jóvenes. La edad media de acceso a la pornografía es de 11 años –o sea, muchos lo hacen antes– y existen, según explicó Anna Plans, presidenta de Consumidors de Mitjans Audiovisuals de Catalunya, “depredadores sexuales de 14 años”.
Se normaliza, según explicaba el fiscal, ver a cuatro hombres teniendo relaciones sexuales con una mujer. Teniendo relaciones sexuales aunque parezca que ella no quiere. O sea, la cultura de la violación. La cosificación (de mujeres,y también de hombres) fomenta el abuso y el acoso sexual y las relaciones abusivas entre menores, según explicó Plans, van en aumento.

La web Pornhub tuvo 35 billones de visualizaciones en todo el mundo en un año


Tal como informaba este diario este mes de marzo, el 81% de los menores de entre 13 y 18 años ha observado pornografía como conducta normal. Y un tercio de los que tienen entre 10 y 14 años ha visitado estas páginas con alguna frecuencia.

Asimismo, hace cinco años ya se dio la voz de alarma ante los casos de menores que planificaban, grababan y distribuían vídeos de contenido pornográfico que protagonizaban.
Durante las jornadas, el inspector de la Policía Nacional Mariano Segura señaló que en muchas ocasiones la práctica del sexting –intercambio de imágenes de contenido erótico entre adolescentes– se realiza por la presión que tienen los jóvenes en ser aceptados en los grupos de amistades. Incluso hay grupos, prosiguió, en los que se solicita a los participantes que suban fotografías. “Creen que no va a pasar nada, pero sí que pasa”.
Hay que hacer saber así a los adolescentes que no participen en la difusión de este tipo de imágenes, explicó Segura. Y subrayar que deben saber decir que no. Y como se ha hecho en multitud de ocasiones recordar que la huella digital no se borra.

El 21% de los jóvenes usa internet de forma compulsiva


Anna Plans desgranó las características de una sociedad hipersexualizada –publicidad en autobuses, televisiva, series, canciones...–, que condiciona cómo se relacionan las personas y, sobre todo, los menores. Si el cuerpo se utiliza como objeto, indicó, se puede desembocar en “anorexias, fobias sociales, relaciones tóxicas y también en el suicidio”.

“Hay un gran negocio en torno a la pornografía –comentó Plans–. El sexo vende y donde es más fácil acceder a los niños es en internet”. Tenemos que hablar a los menores de pornografía “sí o sí explicarles que no tiene nada que ver con el amor”.
En un vídeo grabado desde Argentina, Alicia Peressutti, activista contra la trata de mujeres, explicó que las barreras para que los menores no consuman pornografía no están funcionando. En Argentina, es la segunda adicción tras la del uso del móvil.
Una construcción errónea de la sexualidad, según indicó, que dispara circuitos de perversión y en la que detrás o dentro están las redes de trata. En la pornografía adulta –y no prohibida– están saliendo “niños y niñas adolescentes camuflados entre los adultos”.
La página Pornhub tuvo en sólo un año alrededor de 35 billones de visualizaciones.

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