MIQUEL URMENETA
Este miércoles 27 de julio comienza la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la ciudad de Cracovia. Se trata del 15º viaje del Papa Francisco fuera de Italia, el primero que hace a Polonia y de su segunda JMJ, después del encuentro de Rio de Janeiro en julio de 2013.
Estos eventos nacieron de la invitación del Papa Juan Pablo II a los jóvenes a reunirse en Roma para el Domingo de Ramos de 1984. Asistieron más de 300.000. El año siguiente, que coincidía con el Año Internacional de la Juventud de las Naciones Unidas, se repitió la convocatoria. Y, ese mismo diciembre, se anunció la primera JMJ, que se celebraría en las distintas diócesis en 1986. Así, el encuentro de Cracovia marcará 30 años desde la primera Jornada Mundial de la Juventud.
Los días en Cracovia estarán llenos de momentos especiales. Además de la vigilia de oración del sábado y la misa del domingo, será especialmente intensa la visita a Auschwitz el viernes 29 por la mañana. Allí está previsto que el Papa rece en silencio en la celda donde san Maximiliano Kolbe ofreció su vida por otro prisionero del campo. Ese día se cumplirán exactamente 75 años de su muerte. Otras citas importantes serán las visitas a Częstochowa (jueves 28) y al Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia (sábado 30). En este último, el pontífice atravesará la puerta de la misericordia y tendrá lugar el rito de la reconciliación con algunos jóvenes. En el plan de actos habrá también un recuerdo para los cristianos perseguidos en el Via Crucis del viernes por la tarde.
“La visita a Auschwitz les llama mucho la atención, será una experiencia fuerte”, dice el sacerdote Bruno Berchez, responsable del grupo de 800 personas coordinado desde las diócesis catalanas. Berchez destaca que la experiencia de la JMJ es sobre todo “ir a un país, a una Iglesia que acoge; y compartir lo más propio, que es la fe”. En este sentido, la novedad de Cracovia 2016 es que muchos de los asistentes dormirán en casas de familias polacas. Entre otras actividades, este grupo hará una caminata de 20 km –“al estilo polaco”– hasta Częstochowa. Rememorando sus vivencias en JMJ anteriores, Bruno Berchez señala: “A la vez, es una peregrinación: es duro, comes mal, duermes mal... pero es un testimonio porque a pesar de estos inconvenientes hay alegría”.
El recuerdo de Juan Pablo II
Es de esperar que todo el ambiente de las Jornadas estará impregnado de recuerdos para el primer impulsor de la JMJ: Juan Pablo II. Cracovia era su tierra natal (si bien nació en la cercana población de Wadowice). La catedral de Wawel es una referencia en su vida: en la cripta celebró su primera misa y allí fue consagrado obispo. Además, el Papa polaco es uno de los patrones del encuentro, junto con la Divina Misericordia, santa Faustina Kowalska y la Virgen de Częstochowa.
Juan Pablo II, que siempre dedicó una atención especial a los jóvenes y a las familias, parece un intercesor ideal para una JMJ que se celebra tras la intensa reflexión eclesial sobre el matrimonio, el noviazgo y los desafíos familiares desarrollada en los sínodos de 2014 y 2015.
En el mensaje en vídeo (ver abajo) para la Jornada, el Papa Francisco explicaba: “La ‘salud’ moral y espiritual de una nación se ve por sus familias; por eso, san Juan Pablo II se interesaba especialmente por los novios, los jóvenes esposos y por las familias. Continuad por este camino” (vertranscripción). Sin embargo, el contexto más inmediato es el jubileo de la misericordia, que ha marcado el tema del encuentro de Cracovia: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5,7).
Un evento global
Esta JMJ tiene lugar después que en Rio en 2013 se congregaran más de 3 millones de personas. En este caso, se esperan unos 2 millones de 180 países, que es aproximadamente la cifra de peregrinos que acudieron aMadrid en 2011. El récord de asistencia sigue siendo el de la JMJ de Manila en 1995, en la que participaron cerca de 4 millones de personas y fue el acto papal más multitudinario hasta que fue superado por el encuentro con el Papa Francisco también en Manila en 2015. Ambos eventos se cuentan entre las mayores concentraciones humanas de la historia.
Según las previsiones, acudirán 10.000 sacerdotes, junto con 800 obispos y 47 cardenales de 107 países. A principios de julio, los países con más participantes –además de Polonia (170.000)– eran: Italia con cerca de 80.000; Francia (casi 35.000), España (más de 30.000) y Estados Unidos (27.000). Sin embargo, jóvenes de otros puntos del mundo están encontrando más dificultades que los europeos. Se calcula que irán unos 2.000 jóvenes de China. Para ellos, además del coste del viaje, la poca simpatía de las autoridades respecto del evento puede suponer un problema.
Según las previsiones, acudirán 10.000 sacerdotes, junto con 800 obispos y 47 cardenales de 107 países. A principios de julio, los países con más participantes –además de Polonia (170.000)– eran: Italia con cerca de 80.000; Francia (casi 35.000), España (más de 30.000) y Estados Unidos (27.000). Sin embargo, jóvenes de otros puntos del mundo están encontrando más dificultades que los europeos. Se calcula que irán unos 2.000 jóvenes de China. Para ellos, además del coste del viaje, la poca simpatía de las autoridades respecto del evento puede suponer un problema.
Un estudiante chino que ha pasado este curso en una universidad europea afirma que las trabas varían según las provincias: “En ciudades grandes, como Shanghái o Beijing, es posible que no tengan problemas. Hay una provincia al norte, Hebei, donde hay muchos católicos. Allí la política es muy estricta. El Gobierno da unas orientaciones y son los funcionarios de cada provincia los que establecen las medidas para cumplirlas”. Según explica, algunos de los jóvenes de esa provincia no pudieron participar en la Jornada Asiática de la Juventud de agosto de 2014 en Corea del Sur, a la que también acudió el Papa Francisco. Los funcionarios los pararon en el aeropuerto y les reembolsaron el precio del vuelo y de los hoteles pero no les permitieron viajar.
Finalmente, la JMJ de Cracovia contará con la ayuda de 10.000 voluntarios, de entre las 21.000 candidaturas que recibió la organización. Finalmente serán 7.000 polacos y 3.000 de otros países. Como ha sucedido en otras ocasiones, los voluntarios tendrán un encuentro específico con el Papa antes su partida de regreso a Roma el domingo 31. El atentado en Niza de hace unos días no ha provocado la cancelación de ningún grupo ni supondrá ningún cambio respecto al plan previsto, según afirmó el portavoz del Vaticano la semana pasada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario