"Valoraciones éticas y antropológicas sobre el mundo de hoy"
Por Fernando Hurtado
Reza un antiquísimo adagio latino: “Corruptio optimi pessima”. Lo más malo –pessima-
para el mundo es la corrupción de los optimi, de los mejores.
Se refiere al mal que se deriva en la sociedad de aquellos de los que se
espera la mayor virtud y honradez, ya que se les confía la sociedad o grandes
grupos, si defraudan, si dan mal ejemplo
con su conducta, en su trabajo.
De esta sentencia se deducen muchas conclusiones.
.
Lo peor de esta situación no es en cuanto atañe a las personas sin
escrúpulos que puedan tener a cargo la comunidad. Sino lo rápida que se
extiende la corrupción a niveles inferiores, hasta al simple súbdito. Podemos
asegurar que tiende a extenderse la maldad a casi todos, es decir a los que no
valoran el bien sin condiciones. Este es el principal motivo para evitar estos
sucesos. Por eso, en muchos países, para no perjudicar la confianza en los que
gobiernan, con sólo la presunción social de culpabilidad, es justo que el sospechoso pida
la dimisión de sus cargos, aunque tenga
certeza de su inocencia.
Es fácil que la
gente de a pie se haga razonamientos como éste: tanto impuesto, tanto
sacrificio, ¿y adónde van…? Ya no pago, ya no hago más el tonto… Y nace la desconfianza: ¿para qué esa
autopista -o lo que sea-, si la causa principal es la comisión que cobran los
políticos, que al mismo tiempo las encarece tanto?
A eso se une a
que la persona sin valores, no sabe organizar las cosas bien. Y suceden muchas cosas: lo que es de control público, en líneas
generales, empieza a funcionar peor; a ciertos niveles se organizan como mafias intocables; hay recelos sociales porque han bajado
los sueldos o se han quedado sin trabajo muchos, mientras que otros tienen sueldo
seguro hasta la muerte; cuando en muchas colas y trabajos, etc., se funciona por amiguismos … Entonces viene el caos.
Por tanto, cuando la corrupción se
da a un nivel alto, puede suceder lo siguiente, ya que se dan las condiciones:
-Generar cadenas de corruptos, que
se tapan las espaldas los unos a los otros con la amenaza de la denuncia.
-Que sufren peligro, a veces físico,
y siempre material, los que son justos, ya que no tienen la protección debida.
-Que es muy increíble que una gran corrupción
no sea conocida por todos los líderes de los diversos grupos al poco de que
comience; más bien, es previsible que estén “equilibrados” en cuanto a corrupción.
Y salen a la prensa los desajustes o las venganzas.
-Que el pueblo llano, bajo el
principio, “sálvese quien pueda”, comienza
a independizarse de los que gobiernan y del bien común , tiene más facilidad de
ser también corrupto, y de no cumplir con sus obligaciones.
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