Irak, la tierra de Abraham, acoge a los cristianos desde el s. I. Fue evangelizada por los apóstoles. Actualmente la presencia cristiana en aquel país está en vías de desaparición. La persecución religiosa en Irak no solo les impide practicar su fe, sino también desarrollarse profesionalmente. Pese a haber perdido todo lo que tenían, conservan la fe y la esperanza, como nos cuenta Dominik Lustra.
Dominik nació en Polonia. Es teólogo y pedagogo, y sirve a la iglesia con su trabajo en la Ayuda a la Iglesia Necesitada (fundación de la Santa Sede). Ha visitado decenas de países para conocer de primera mano la situación de los cristianos que sufren. Tras su viaje a Irak en la Navidad de 2014 visita parroquias, colegios y cualquier lugar donde estén interesados en conocer cómo viven los cristianos iraquíes.
¿Cuándo comienza la persecución a los cristianos en Irak?
El éxodo y el sufrimiento de los cristianos de Irak comenzó tras la caída del régimen de Sadam Hussein. Antes los cristianos estaban más protegidos. No tenían libertad religiosa, pero por lo menos vivían en paz. Tenían sus trabajos, sus negocios, eran de clase media, media-alta, muchos de ellos.
Prácticamente todo el sufrimiento vino después de la caída de Sadam Hussein y está aumentando, al principio con Al-Qaeda y últimamente con ISIS, con el Ejército del Estado Islámico. Este viacrucis, este sufrimiento, dura ya más de quince años.
La persecución nunca está justificada, pero ¿cuál es su causa?
Los islamistas radicales y a la vez terroristas han declarado abiertamente que el objetivo de sus ataques son las minorías religiosas: en primer lugar los cristianos, en segundo lugar los Yazidíes –una religión nativa y milenaria-. Les persiguen igual que a los cristianos, pero en primer lugar al cristianismo. ¿Por qué? Porque el cristianismo está para ellos, de alguna manera, vinculado directamente con el mundo occidental.
Culpan a occidente por todas las desgracias que están pasando y ven que [el cristianismo] es una religión del occidente. Es una visión errónea. En occidente sí somos la mayoría cristianos, pero los ataques y bombardeos del ejército americano o la presencia de los militares extranjeros no significa que estén allí como cristianos. No tiene nada que ver, pero ellos lo entienden de esta manera.
¿Cuántos cristianos hay en Irak?
En Irak los cristianos son generalmente caldeos o sirios: católicos sirios, católicos caldeos. Hace quince años había en total alrededor de un millón ochocientos mil cristianos. Ahora se calcula que no llegan a trescientos mil.
Sobre todo en Irak están perseguidos los sirios y los caldeos. En otras partes de Oriente Medio, como en Egipto, son los coptos, tanto ortodoxos coptos como católicos coptos. Prácticamente todas las ramas del cristianismo pasan por el mismo calvario.
¿Cuál es la situación actual de los cristianos iraquíes?
La situación de los cristianos ahora en Irak es muy preocupante, muy preocupante. ¿Por qué? Porque no queremos que los cristianos desaparezcan de este país. Aunque el Estado Islámico dice que es una tierra del Islam se equivoca totalmente. Es la tierra de Abraham, es la antigua Mesopotamia, la antigua Nínive ¿verdad? Mosul. Ellos invadieron estas tierras hace algunos siglos, que era tierra de cristianos evangelizada por los primeros apóstoles como Santo Tomás, por ejemplo.
Repito, la situación actual es muy preocupante para nosotros. Disminuyen y no queremos que los cristianos desaparezcan porque forman parte de la cultura, de la tradición, del patrimonio. Forman parte de este país. Son iraquíes también. Viven en su tierra. Creo que deberían tener derecho a permanecer allí.
Actualmente, solamente en el Kurdistán iraquí, donde pasamos la Navidad – una delegación de Ayuda a la Iglesia Necesitada y de iMisión– hay unos ciento veinte mil cristianos refugiados viviendo en tiendas de campaña, en centros de refugiados, en edificios que no terminaron de construirse,… Han perdido todo. Han perdido sus iglesias. Muchas fueron bombardeadas, quemadas, las imágenes sagradas destruidas. Han perdido todo menos la fe y la esperanza. Su existencia hoy depende de toda ayuda extranjera de los cristianos que colaboran con instituciones como la nuestra –AIN– para ayudarles.
Las instituciones internacionales como la ONU o la Unión Europea no ayudan actualmente a los refugiados. La Iglesia es la única institución que les proporciona los alimentos, que les proporciona medicamentos, mantas,… todo, todo.
Detrás de cada familia que encuentras cuando visitas el campo de refugiados hay una historia de gran sufrimiento, hay una historia de pérdida de alguien querido, de algún familiar. Detrás de cada familia hay una historia de éxodo.
Pasó la Navidad en Irak. ¿Qué es lo que más le ha impactado de su viaje?
Impacta todo. Detrás de cada familia que encuentras cuando visitas el campo de refugiados hay una historia de gran sufrimiento, hay una historia de pérdida de alguien querido, de algún familiar. Detrás de cada familia hay una historia de éxodo, de perder todo, de andar durante días para llegar a la frontera con Kurdistán, con Jordania o con Líbano.
A mí me impactó de manera muy especial el testimonio de un sacerdote – el Padre Douglas – que fue secuestrado por los islamistas durante nueve días. Fue torturado. Prácticamente han roto todos sus dientes, la mandíbula y varias costillas. Apagaban cigarrillos en su cuerpo, torturándole sin parar.
Este testimonio me impactó mucho pero más, que él ya ha perdonado. Me ha impactado, más que el testimonio de cómo le torturaban, cómo está viviendo su fe y cómo habla únicamente del amor y del perdón. Esto impacta más.
Tal vez las grandes soluciones no estén a nuestro alcance, pero ¿podemos hacer algo concreto para ayudarles?
Yo creo que hay tres maneras de ayudar a los cristianos perseguidos. La primera, sin duda ninguna, para los cristianos, es la oración. Una oración diaria, fervorosay con mucha fe. La oración realmente puede cambiar el mundo, puede cambiar esta situación. Nos lo piden ellos mismos: ‘Orad por nosotros’.
La segunda cosa es tomar conciencia de lo que está pasando en el mundo. Dar buena información, información realmente correcta, información íntegra, no solamente como los medios a veces presentan, buscando un poco de morbo, sino realmente acompañando a estos cristianos dando buena información, no es necesario diariamente pero si permanente y periódica. Es simplemente saber lo que está pasando, que la gente, de alguna manera sienta que hay muchos cristianos que hoy, en el siglo XXI, por el simple hecho de ser cristianos, están siendo perseguidos.
Y la tercera forma: tenemos que tener en cuenta que los cristianos hoy se quedaron sin nada. Antes tenían su negocio, su trabajo. Hoy no tienen nada. Dependen de nuestra ayuda económica. Hay que recordar que hay varias campañas como la de nuestra fundación, de Ayuda a la Iglesia Necesitada, para ayudarles, para construir las escuelas para los niños de los campos de refugiados, para alquilar o construir infraestructuras donde puedan vivir dignamente. La cuestión de alimentación, sostenimiento de sacerdotes, religiosos y religiosas que siguen trabajando ahí, que siguen con los refugiados y que realmente son pastores. Si faltan ellos, si no tienen medios para vivir ahí, realmente sería un gran desastre para los cristianos.
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