La Pascua, que celebraremos el próximo domingo, es la fiesta más importante del año cristiano. Tanto lo es que su octava (el domingo siguiente) es la segunda fiesta más grande y ahora coincide con el domingo de la Divina Misericordia. Esto bien lo ha entendido la tradición de las tierras del levante de España, la antigua corona de Aragón, donde los días de la semana de Pascua son festivos con vacaciones escolares. En esos días las familias salen al campo o a las playas a comer la “mona de pascua” y volar “cachirulos” y en algunas iglesias se reza el “vía coeli”. Son los días de alegría de la pascua florida que anuncian la esperanza cristiana que da sentido a nuestra vida.
Como postdata incluyo una aproximación sobre los lugares de veneración de los restos de algunos de los testigos directos de la resurrección.
¡Felicidades!
Pd: Resumen de la ubicación de las tumbas de los doce apóstoles.
1) San Pedro en la Basílica que lleva su nombre.
2) San Andrés en la Basílica de Constantinopla, hoy Estambul.
3) Santiago el Mayor en Compostela, España.
4) San Juan en Selcuk cerca de Éfeso.
5) San Felipe en la Iglesia de los Doldici Apostoli de Roma.
6) San Bartolomé enterrado en pedazos en Lípari, Italia. El emperador Otto II llevo parte a Roma y su cráneo a Frankfurt, Alemania.
7) Santo Tomas en Edesa, Turquía. Otra tradición dice que en Chennay (Madrás) en la India.
8) Santiago el Menor martirizado y cortado en pedazos. Se desconoce su tumba.
9) San Mateo, según la tradición, en Salermo.
10) Simon el Zelote en algún lugar de la antigua Persia. Otros dicen en una iglesia de Nicopsis en la costa del Mar Negro.
11) San Judas Tadeo supuestamente en Roma.
¿Qué fue de los Doce Apóstoles?
Pedro. La tradición le sitúa en Roma en el momento del Gran Incendio (año 64), y crucificado poco tiempo después. En 1968 se anunció que Pedro estaba enterrado bajo la cripta de la Basílica de San Pedro. Parece posible que se trate de sus restos, ya que hay continuidad en la presencia de una comunidad cristiana en esta iglesia, y parece razonable que fuera martirizado y enterrado en Roma.
Andrés. Probablemente los restos más viajeros de todos. Martirizado en Patras, Grecia. De allí fueron a Constantinopla, luego (según las tradiciones escocesas) parte de ellos fueron a St.Andrews en Escocia, de donde es patrón; en 1453, con la conquista turca, fueron sacados de Constantinopla y llevados a Morea, donde estuvieron hasta 1461 en que Tomás Paleólogo los entregó al Papa. En 1964 fueron llevados de vuelta a Patras. En Escocia permanecen los que tenían desde el principio. Los de Patras no son más que un dedo, parte del cráneo y algunos trozos de la cruz en que fue martirizado.
Santiago el Mayor. Martirizado en Jerusalén en el año 44, sus restos están en Santiago de Compostela.
Juan. Se supone que murió en la isla griega de Patmos, o por lo menos es ahí cuando le perdemos la pista (no más tarde del año 95) El enterramiento exacto es desconocido. La isla estuvo deshabitada entre los siglos VII y XI, por lo que no quedan trazas de dónde pudiera estar enterrado Juan. Cerca de Éfeso reclaman sus restos pero es inseguro. La identificación que se hace entre Juan Evangelista, Juan el Apóstol y Juan de Patmos (autor del Libro del Apocalipsis) no es trivial.
Felipe. Predicó en Grecia, Siria y Frigia, en Anatolia. Fue martirizado en Hierápolis, alrededor del año 80. La tradición dice que fue enterrado cerca de donde murió. Es probable que la basílica que se edificó poco tiempo después estuviera en ese mismo sitio. Alrededor del año 600 la ciudad fue arrasada por los persas, y posteriormente por un terremoto. Estuvo deshabitada durante más de un siglo en la edad media, y sufrió otro terremoto en el siglo XVI. A día de hoy hay varias excavaciones en curso, y una de ellas está centrada en las ruinas del Martyrium, donde se supone que estuvo enterrado San Felipe.
Bartolomé. Predicó junto a Judas Tadeo en Armenia, y fue martirizado en lo que hoy es Azerbayán. La tradición nos dice que sus restos viajaron hasta Sicilia, y luego hasta Roma, donde llegaron a finales del siglo X. En Frankfurt afirman tener parte de su cráneo.
Tomás. Predicó en la India, donde murió alrededor del año 72. Sus restos permanecieron allí hasta el año 232, cuando fueron trasladados a Edessa, en el sur de Turquía. En el año 1258 fueron llevadas a la isla de Quíos, en el Egeo, y de ahí a Ortona, en Italia, donde dicen tener sus reliquias a día de hoy si bien también hay una tumba de Santo Tomas en Madras, en la India.
Mateo. Desde el siglo I la autoría de su Evangelio no estuvo muy clara Sin embargo, le fue atribuida a San Mateo. Por lo visto, a día de hoy eso es más que improbable. Se ha descartado que se trate de un texto originalmente escrito en arameo y luego traducido al griego, y al parecer se escribió en griego originalmente. Eso descartaría la autoría de San Mateo. Sobre su muerte y sepultura, hay poco que decir. Una tradición sitúa su muerte en Etiopía alrededor del año 80. Otra afirma que fue martirizado en Hierápolis (como Felipe, lo que hace pensar que pueda haber una confusión). En la ciudad italiana de Salerno dicen tener sus restos.
Santiago el Menor. Este es el Apóstol del que menos se sabe. Sólo aparece mencionado una vez en los Evangelios, y no está nada clara su figura. La única fecha referente a su muerte que he encontrado la sitúa en el año 62, y el lugar puede ser Jerusalén (aunque es poco probable) o Egipto (más probable). Al parecer, fue cortado en trozos, lo que explica que no haya rastro de su cuerpo si bien se conservan reliquias en Roma.
Judas Tadeo. La tradición armenia le une a Simón Zelote en su peregrinaje por estas tierras, y por Persia. Una leyenda griega le convierte en el novio de las Bodas de Caná, por lo que sería pariente de Cristo. Sus restos permanecieron en un monasterio cercano al Lago Issyk Kul en el actual Kirguizistán hasta que fueron trasladados a Roma en el siglo XV. Hoy en día sus restos descansan en la Basílica de San Pedro de Roma, pero hay quien sostiene que fueron trasladados al Hindu Kush.
Simón el Zelote. Sobre este apóstol hay múltiples versiones: hay quien dice que fue martirizado en Samaria, o en lo que hoy es Georgia, o en Persia, o que murió pacíficamente en Edesa (en la actual Turquía). Muchas hipótesis y pocos datos.
Judas Iscariote. El Evangelio según San Mateo afirma que se suicidó colgándose de un árbol. Sus restos no han sido nunca objeto de veneración, por lo que no se sabe dónde están. Lo más probable es que terminaran en una fosa común en Jerusalén.
Los restos de San Matías parece que están enterrados en la basílica del mismo nombre en Tréveris (Alemania) y los de San Pablo en Roma.
De los restos de Santa María Magdalena dicen que están Basílica de María Magdalena en St. Maximin-la-Sainte-Baume en el sur de Francia tras vivir en Éfeso. Se desconocen referencias sobre los sepulcros del resto de las santas mujeres. Las reliquias de San Marcos fueron llevadas de Alejandría a Venecia, donde se veneran en la actualidad y las de San Lucas están en Padua donde llegaron de Tebas, donde murió, vía Constantinopla. Hay reliquias atribuidas a Nicodemo en Pisa, a José de Arimatea en Glansbury (Reino Unido) y a San Esteban en San Lorenzo extramuros (Roma) y en otros lugares.
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