En Cartelera: Sí
Dirección: Bennett Miller
Año: 2015
Público: Jóvenes-Adultos (2-3)
Contenidos: VF
Valoración moral: Con inconvenientes
Dirección: Bennett Miller
Año: 2015
Público: Jóvenes-Adultos (2-3)
Contenidos: VF
Valoración moral: Con inconvenientes
Contenidos: Imágenes (algunas V), Ideas (insistente recurso al psicoanálisis freudiano F)
Dirección: Bennett Miller. País: USA. Año:2014. Duración: 129 min. Género: Biopic, drama. Interpretación:Steve Carell (John du Pont), Channing Tatum (Mark Schultz), Mark Ruffalo (Dave Schultz), Sienna Miller (Nancy), Vanessa Redgrave (Jean du Pont). Guion: E. Max Frye y Dan Futterman. Producción:Bennett Miller, Jon Kilik y Anthony Bregman. Música: Rob Simonsen. Fotografía: Greig Fraser. Distribuidora: Vértigo Films. Estreno en España: 6 Febrero 2015.
Reseña:
Tras ganar en Cannes 2014 el Premio al mejor director, obtener diversos galardones de la crítica y optar a tres Globos de Oro, este cuarto largometraje de Bennett Miller (‘The Cruise’, ‘Truman Capote’, ‘Moneyball: Rompiendo las reglas’) está nominado a cinco Oscar: mejor director, actor principal (Steve Carell), actor de reparto (Mark Ruffalo), guion original y maquillaje y peluquería (Bill Corso y Dennis Liddiard). En él, el prestigioso cineasta neoyorquino insiste en la recreación de hechos reales luctuosos y escalofriantes.
Solo, deprimido y sin recursos, el ex campeón olímpico de lucha libre Mark Schultz es invitado por el magnate de la industria química John du Pont a su lujosa finca en Delaware, Pensilvania, para montar juntos allí un equipo poderoso de cara a los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. El tosco e ingenuo Mark aprovecha la oportunidad para salir de la sombra de su popular hermano mayor David, acreditado entrenador y también ganador de la medalla olímpica. Pero una vez que Mark se instala en el centro de entrenamiento que el multimillonario ha montado en su granja ‘Foxcatcher’, la situación se enrarece por el carácter posesivo y patológico de Du Pont.
Como en las anteriores películas de Miller, a veces la narración se espesa y ralentiza en exceso, quizás por su insistente recurso al psicoanálisis freudiano, evidente en las relaciones de Mark con su hermano y de Du Pont con su madre. Esta opción más intelectual que vital cae a veces en la grandilocuencia, acartona un poco la capacidad emotiva de la historia, y rebaja la hondura dramática y moral de sus certeras críticas al afán desordenado de afectos paternales, maternales y fraternales, y a la moral del triunfo a cualquier precio, que a menudo convierte ‘el sueño americano’ en una pesadilla espeluznante.
De todas formas, esa limitación se compensa en gran medida por la progresiva atmósfera malsana que genera la impecable e hipnótica puesta en escena y, sobre todo, por las sensacionales interpretaciones de todos los actores, que añaden suficientes matices de humanidad a los personajes. En este sentido, cabe elogiar el radical cambio de registro del cómico Steve Carell, los denodados esfuerzos de Channing Tatum por estar a su altura y el apabullante despliegue de Mark Ruffalo, que se confirma como unos de los mejores actores de su generación. La sombría fotografía de Greig Fraser y la doliente banda sonora de Rob Simonsen completan este notable dramón, que consolida a Bennett Miller como un director sólido y sugerente.
Dirección: Bennett Miller. País: USA. Año:2014. Duración: 129 min. Género: Biopic, drama. Interpretación:Steve Carell (John du Pont), Channing Tatum (Mark Schultz), Mark Ruffalo (Dave Schultz), Sienna Miller (Nancy), Vanessa Redgrave (Jean du Pont). Guion: E. Max Frye y Dan Futterman. Producción:Bennett Miller, Jon Kilik y Anthony Bregman. Música: Rob Simonsen. Fotografía: Greig Fraser. Distribuidora: Vértigo Films. Estreno en España: 6 Febrero 2015.
Reseña:
Tras ganar en Cannes 2014 el Premio al mejor director, obtener diversos galardones de la crítica y optar a tres Globos de Oro, este cuarto largometraje de Bennett Miller (‘The Cruise’, ‘Truman Capote’, ‘Moneyball: Rompiendo las reglas’) está nominado a cinco Oscar: mejor director, actor principal (Steve Carell), actor de reparto (Mark Ruffalo), guion original y maquillaje y peluquería (Bill Corso y Dennis Liddiard). En él, el prestigioso cineasta neoyorquino insiste en la recreación de hechos reales luctuosos y escalofriantes.
Solo, deprimido y sin recursos, el ex campeón olímpico de lucha libre Mark Schultz es invitado por el magnate de la industria química John du Pont a su lujosa finca en Delaware, Pensilvania, para montar juntos allí un equipo poderoso de cara a los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. El tosco e ingenuo Mark aprovecha la oportunidad para salir de la sombra de su popular hermano mayor David, acreditado entrenador y también ganador de la medalla olímpica. Pero una vez que Mark se instala en el centro de entrenamiento que el multimillonario ha montado en su granja ‘Foxcatcher’, la situación se enrarece por el carácter posesivo y patológico de Du Pont.
Como en las anteriores películas de Miller, a veces la narración se espesa y ralentiza en exceso, quizás por su insistente recurso al psicoanálisis freudiano, evidente en las relaciones de Mark con su hermano y de Du Pont con su madre. Esta opción más intelectual que vital cae a veces en la grandilocuencia, acartona un poco la capacidad emotiva de la historia, y rebaja la hondura dramática y moral de sus certeras críticas al afán desordenado de afectos paternales, maternales y fraternales, y a la moral del triunfo a cualquier precio, que a menudo convierte ‘el sueño americano’ en una pesadilla espeluznante.
De todas formas, esa limitación se compensa en gran medida por la progresiva atmósfera malsana que genera la impecable e hipnótica puesta en escena y, sobre todo, por las sensacionales interpretaciones de todos los actores, que añaden suficientes matices de humanidad a los personajes. En este sentido, cabe elogiar el radical cambio de registro del cómico Steve Carell, los denodados esfuerzos de Channing Tatum por estar a su altura y el apabullante despliegue de Mark Ruffalo, que se confirma como unos de los mejores actores de su generación. La sombría fotografía de Greig Fraser y la doliente banda sonora de Rob Simonsen completan este notable dramón, que consolida a Bennett Miller como un director sólido y sugerente.
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