Por Antonio Argandoña, Universidad de Barcelona e IESE
“La economía que presentan ahora los libros de texto y que se enseña en las clases no tiene mucho que ver con la dirección de empresas, y menos aún con la iniciativa emprendedora. El grado de aislamiento de los economistas respecto de la vida de las empresas es extraordinario y desafortunado”. Coase señala algunas de las causas de ese aislamiento: los economistas escriben para ellos mismos; su enfoque es demasiado teórico y se aleja de los problemas de la vida real; su enfoque, demasiado estático, se centra en laasignación de recursos, y sus instrumentos son demasiado abstractos y especulativos. “La separación de la economía respecto de la vida real ha dañado gravemente a la comunidad empresarial y a la disciplina académica”, de modo que, al final, se ha convertido en una herramienta para la gestión de la economía por el Estado. “Para esta disciplina es suicida el deslizamiento hacia una ciencia dura de la elección, ignorando las influencias de la sociedad, la historia, la cultura y la política en la operación de la economía”.
Me parece que alguna de las opiniones de Coase merecerían alguna precisión. Hay muchas “economías” científicas, y algunas de ellas trabajan cerca de los temas de la empresa y la iniciativa emprendedora, y prestan atención a los factores sociales, políticos y culturales. Pero, si no bajamos a detalles, Coase tiene razón. ¿Su conclusión? “El conocimiento vendrá solo si la economía puede reorientarse como el estudio del hombre, que eso es, y delsistema económico, tal como existe”.
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